14 DE FEBRERO
DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD
EL
QUERER
CALLADO
Danilo Sánchez Lihón
Obra de Bolívar Quiñones
1.
¡Mira
cómo has dejado huecas mis
manos!
Con el gesto de tu ausencia y
de aquello
que se pierde, para siempre.
Mira
cómo para todo permanezco
callado a
fin de volver caminar contigo
los sitios
por donde anduvimos juntos.
¿Pero,
oyes? Cómo has instaurado,
aquí,
y allá adentro, tanto silencio
al fondo
de mis palabras. Y oquedad
¿tanta
en el temblor de mis latidos?
El beso, de Mario Urteaga
2.
¿Oyes
mis pasos llenos y colmados
de ti?
En las baldosas y escaleras,
en las puertas
que traspaso y en los muelles
adonde
llego, porque es donde siento
estar
más cerca de ti; aunque sepa
que por aquí
nunca pasas, pero donde aún
te espero.
Donde no debiera nombrarte,
pero te nombro,
tenaz, porque eres puñal, y a
la vez, quimera.
Pero, ¿oyes cómo hay tanto
cariño
negado e insepulto aquí en mi
pecho?
El amor, escultura de Víctor Delfín
3.
Vas
conmigo, como una sombra
cantarina
jugando feliz a mi lado. Y yo
sonámbulo
y transido de penar: De ser
sólo tú
de mí. Y no, como debiera
ser,
también yo de ti. O en ti. O
para ti.
¡E infinitamente, hasta el fin
del mundo!
Por eso, ¿oyes cómo todo
está
callado y mudo en el confín
de los mares
por donde te sigo, te hablo
y te extraño?
Obra de Claude Theberge
4.
Y, ¿podrás
palpar también, cómo es que
hay ahora
tanto vacío al fondo de todas
mis cosas?
Y tantas ausencias al fondo
de mis palabras
En mis lápices y en mi mesa,
en donde
han caído desmayadas mis
manos.
¿Y cómo hay tanta soledad
recostada y
yerta en la almohada donde
mi cabeza
te sueña y apenas reposa?
La Primavera de Pierre Auguste Cot
5.
Sin
ti, el sabor de moras y fresas
silvestres,
se hacen en mi boca lágrima
salada,
Y hasta lo dulce se torna hiel
y amargo.
¿Sientes ahora cómo la lluvia
me consuela
dulcemente tratando de cubrir
con un manto
de cardosanto y de flores esta
herida?
Aunque hermosas, hondas y
estremecidas
resulten las horas recordando
tu gracia.
La tormenta, de Pierre Auguste Cot
6.
Y, ¿no
sientes que hay una tristeza
que
por dónde vas, te sigue? Que
hay siempre
vivaz y cautiva, a tu lado una
golondrina
revoloteando feliz y dichosa.
Y yo
con ella para estar contigo,
aunque
aquí solo para mí quede el
castigo?
¿Oyes cómo has sembrado
tanto
silencio que estalla en todo
lo que
siento, miro y ansío?
Obra de Frederic Leighton
7.
Por todo
eso, allí donde te encuentres,
y
viniendo desde muy lejos, ¿no
sientes
que hay una voz que te llama
y que
se enreda en tu pollera de
niña?
¿Y mil mariposas que vuelan
en torno
a tu frente, coronada por mi
pena,
que anhela de veras, para que
yo viva,
que es hora que tú llegues o
que yo te olvide.
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