16 DE FEBRERO
DÍA MUNDIAL DE LA LECTURA EN VOZ
ALTA
LECTURA
EN EL REGAZO
MATERNO
Danilo Sánchez Lihón
1. Es bueno
que así sea
Los
hijos reproducen de sus padres, y es bueno que así sea, tanto los modelos de
conducta como los de comportamiento personal; tanto los hábitos de trabajo como
los estilos de vida; y hasta los ejes y canales de proyección social, adoptados
por sus mayores.
Crecen
a nuestra sombra o bajo la capacidad de luz que nosotros podamos prodigarles.
Son un resultado y una consecuencia de lo que nosotros hacemos, sentimos y
pensamos.
Ellos
despiertan y, cuando son pequeños, piensan inmediatamente en nosotros, sus
padres, y hasta lo primero que hacen es buscarnos.
Somos
su centro, su faro, su norte. Mal o bien, feliz o lamentablemente, es así.
Pero, ¿hemos considerado entonces la importancia de ser cada día mejores para
cumplir con estas expectativas?
2. Acto
de fe
En esta
perspectiva que doy aquí un asidero o una salvaguarda, cuál es la de leer algo
juntos, y aquello que nos conmueva, nos impacte y apasione a todos en familia,
y con la voz de cada uno de sus miembros.
Porque
los hijos crecen o decrecen sobre la base de las palabras que hacemos vigentes
y qué mejor que hacerlo en la mesa; y crecen en proporción directa al cariño y
amor verdadero que nos esmeramos en darles sus padres.
Pero no
en relación al amor declarativo, ni únicamente al sentimental o al rapto emotivo;
sino al hecho concreto y real, al que se manifiesta en actos u obras.
Como
por ejemplo en compartir la lectura como un acto de fe, de devoción y comunión
entre los seres humanos que integran un hogar.
3. Acto
de amor
Porque,
lamentablemente somos los padres los que fallamos en la tarea de hacer lectores
a nuestros hijos o a los niños cuya educación se nos confía y encomienda, y
respecto a la cual en nosotros recae dicha responsabilidad.
En el
mejor de los casos, apartándolos con la lectura solitaria, aislada e individualista,
con el fin de mantenerlos lejos, separados y desembarazarnos de ellos.
Muchas
veces a fin de tenerlos entretenidos, para nosotros hacer lo nuestro, muchas
veces ocupándonos de lo banal e intrascendente.
Lo que
hará que la lectura se vuelva confusa y pierda sus caminos seguros y
verdaderos, y deambule por evasiones y escapismos.
4. No hay amor
solitario
Porque
la lectura requiere ser motivada, conducida y orientada desde el hogar y por
los seres queridos. Y requiere en principio ser oral e ir acompañada de la voz
irremplazable de nuestros seres queridos
Ya que
ella empieza antes del proceso de alfabetización de lo cual se encarga la
escuela, en lo que se ha dado en llamar “lectura temprana”, que queda ubicada
en el espacio de la casa y en el tramo de la primera infancia o educación
inicial.
Para lo
cual al leer el adulto ha de prestarle al niño sus ojos y su boca, a fin de que
la lectura constituya también una cálida relación humana
Solo
así el niño amará la lectura, cuando al inicio es un acto compartido porque
ella es fundamentalmente un acto de amor y no hay amor solitario, salvo el amor
frustrado cuando este se convierte en fracaso, desdicha y en una expiación que
muchas veces conduce a la autoinmolación.
5. En el regazo
materno
Abogamos
aquí por recuperar la lectura como un espacio en comunidad, en donde los
miembros del hogar se junten, en donde todos nos hagamos contertulios de las
historias que se recreen.
En
donde cada uno de los miembros del hogar encarnemos personajes y tengamos que
poner nuestra cuota de emoción, fantasía y creatividad en cada trama y
argumento que se vivifique y se expanda.
Porque
la lectura se siembra; y se la cultiva en la primera infancia de la persona
humana, en las faldas y en el regazo materno, al calor del brasero y al abrigo
del techo materno, paterno y tutelar.
Condición
ineludible y sin plazos ni sustituciones si queremos que la lectura adquiera
todo su potencial transformador.
6. Lo
más
amado
Y si
queremos que sea todo lo que el hogar construye de afectivo, de honda filiación
y pertenencia, en vínculo y ligazón del hombre con el universo.
Esas
mismas cualidades absorberán entonces la lectura del hogar y la tierra en la
cual se arraigue
De este
modo la lectura entonces estará fusionada a los quereres más profundos y
comprometidos de la persona humana, a la entraña absorta de nuestro origen y
nuestra trémula raíz nativa.
Se
vinculará a las resonancias de lo que es lo más amado, a las paredes de nuestra
casa tutelar, a los rincones de donde provenimos y en donde hemos jugado de
niños.
Lo
relacionaremos a la mesa del hogar en que hemos compartido cariño, como grandes
preguntas e ilusiones.
7. Acto
compartido
La
lectura de este modo ha de estar enlazada a la oralidad, al relato de sucesos
de nuestros antepasados, a los cuentos fantásticos, a las recreaciones mágicas
de los mitos y leyendas.
A la
evocación de los cuentos de hadas y a la versión extraordinaria de lo ordinario
y cotidiano que se dan porque en la lectura se vuelven a unir realidad y
fantasía.
Estará
ligada a ser un acto compartido entre los diferentes miembros del hogar,
convertida en voces que se escuchan antes que, en decodificación silenciosa y
solitaria.
]Dispuestos
a intercambiar experiencias, a evocar vivencias, como a la expansión amable,
afectiva y entrañable de nuestros más caros anhelos, basada en la confianza
mutua y la intimación.
Inclinados
a contarnos nuestras vidas, optando por la lectura que junta ánimos y voces en
los momentos más gratos que los días nos ofrecen y deparan.
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