3 DE
FEBRERO
EL BIEN ES EL EJE DEL UNIVERSO
Y
SIEMPRE
TRIUNFARÁ
1. Felices
y contentos
El bien es el principio, el
fundamento y punto de partida de todo lo creado. Y es el sentido que anima al
universo.
Todo está sustentado en el bien. Es
lo que alienta a que la flor brote, crezca, abra sus pétalos, se meza en su
tallo y luzca espléndida en la rama los días primaverales.
El bien es el eje en torno al cual
todo gira y se organiza. El mal es apenas un accidente y una excrecencia que el
soplo del bien esfuma y hace que desaparezca.
El bien es el que hace que haya
lluvia y se erijan recios techos que de ella nos guarezcan.
Que haya calles por donde deambule
la gente. Por donde los niños pasean cogidos de las manos de sus padres.
Y haya tiendas, y en alguna de ellas
se expenda pan que traído a casa hace que nos sentemos en torno a la mesa
felices y contentos a la hora del ángelus.
2. Es
la esencia
El bien es el primer soplo y la
intención primigenia de todo, el temblor original e incipiente de la vida.
Es la esencia de la naturaleza y del
ser de los seres y las cosas que solo se explica y es posible si es que el bien
es su propósito.
El bien es lo que hace que asome el
sol por el horizonte en cada amanecer y se oculte por el mar del poniente, o en
el perfil de la arena o las montañas, en cada atardecer.
Siendo el bien lo que más define y
distingue a un hombre. Y no la vanidad de un rango, o de ser autoridad ni
fungir de una posición social.
Tampoco es el lujo ni la riqueza, ni
el dinero ni el poder, ni la gloria ni el placer, lo que hacen a la vida verdadera,
sino vivir en la morada del bien.
Poner el brazo a favor de la
justicia lo que encumbra a un hombre. Lo que hace a un ser humano auténtico es
su sensibilidad y conciencia para hoy, ayer, mañana y siempre.
Y es que en el fondo la fibra última
que mejor y más nos define es ser generosos y solidarios.
3. Sobrevive
a la muerte
Siendo el amor bondadoso aquel que
prevalece sobre todas las cosas, tomando en cuenta que:
El
hierro es fuerte,
pero el
fuego lo derrite.
El
fuego es fuerte,
pero el
agua lo apaga.
El agua
es fuerte,
pero
las nubes lo evaporan.
Las
nubes son fuertes,
pero el
viento se las lleva.
El
viento es fuerte,
pero el
hombre lo vence.
El
hombre es fuerte,
pero el
miedo lo derriba.
El
miedo es fuerte,
pero el
sueño lo vence.
El
sueño es fuerte,
pero la
muerte lo es más.
Pero el
amor bondadoso
sobrevive
a la muerte.
4. que el agua
corra
¡Y hermoso es el rostro del bien! El
bien es simple, sencillo, común y corriente.
Siempre viste un atuendo simple,
escaso y llano; y sin aspavientos. Pero cuando fulgura es un espejo radiante.
Tiene la imagen de quien acuna en el
corazón a una avecilla. El bien es maternal. Se arropa en la cuna. Es inherente
al nacer, y balbuce siempre nanas de niños tiernos en las cabañas humildes.
Y hermoso es el rostro del bien. Es
lo básico, cabal y esencial en la existencia. Y es el fundamento de todo lo
visible e invisible. Está en lo mínimo como en lo grandioso y desmesurado; en
lo inabarcable. Todo lo fecunda y lo hace pródigo.
El bien es compasivo, es lo que
ampara que el agua corra por la pendiente, labre una acequia y que esta se haga
arroyo. Y que el arroyo se arroje en una cascada desde una alta montaña.
El bien es lo que lo impulsa a que
luego se precipite y corra caudalosa por el río. Y que de cuando en cuando lo
atraviese un puente primoroso. Y se detenga y forme una fuente, un lago o un
mar, dulce o salado.
5. El fuego
que arde
El bien es la flecha que atraviesa y
vivifica el corazón del hombre. Y es que el hombre es un ser que tiene el
aliento de lo sagrado, en quien el bien es su impulso originario.
Y es la luz de su entendimiento; que
le permite que todo lo puede corregir y enmendar. En que todo lo puede mejorar
y sanar.
Por el bien siempre arribaremos a la
paz. En donde las pruebas que nos da el sufrimiento son para ser mejores, más
puros, más cabales, más victoriosos.
Donde el miedo que nos acosa y nos
confina en un desierto, que solo puede ser vencido por el bien que nos consagra.
El bien convertido en valor, en
coraje y en pasión por vencer toda adversidad. Porque todo aquello que arde se
quema, se consume y hace carbón. Y de lo que es carbón consagrado surge el
diamante.
Y nosotros somos carbón consagrado y
somos diamante que hay que buscar incluso debajo de las cenizas en donde yace
presente el fuego que arde. Y ya que siempre tenemos un más allá pendiente de
recorrer y de cumplir.
6. En ti
está la
fiesta
Porque, ¿qué somos? Ángeles que
despliegan sus alas y se elevan. Que han dominado el mar y los aires con sus
vuelos. Que han convertido sus alas haciéndolas brazos y manos para crear y ayudar
a construir y proteger. Brazos y manos que son alas enhiestas y escondidas.
Seres que no solo contemplan con sus
ojos y adoran con su corazón las lejanas estrellas, sino que cada vez se
acercan más hacia ellas
Somos la palabra que vence, igual
que la espada que abre la roca, y hace la luz en lo más hondo, oscuro y
escabroso. Somos la idea que horada las sombras, rayo en el insondable
firmamento, en la noche estelar y en el intrincado misterio.
Así, tu vida pertenece a una misión,
a una lucha y tiene una causa que defender y qué cumplir.
Que para conocerla haz de conectar
con lo que es vital. Y bebiendo de tu propia fuente. Directamente de dónde
brota y mana el manantial.
Esa es nuestra insignia. Donde tú
eres verdad. Tú eres el centro. En ti se celebra la fiesta.
7. Surgirá
de nuevo
Porque tú eres proeza. Y eres
pureza. Estela que se eleva y que se alza. Mañana espléndida e inmensa.
Eres lo noble y excelso. Fuente que
no merma ni se agosta.
Todo en ti es trascendencia. Tú eres
un ser de esperanza. Eres quien lleva la espada. Amado por la luz, por el sol,
por el viento. Tú eres el baluarte.
Y todo es así porque siempre quien
inspira al bien es el amor. Y el bien cae siempre sobre tierra fecunda.
Que en primer lugar es el alma de
quien hace el bien. De allí que el bien jamás deja de tener recompensa.
Y quien brota hasta de lo inerte, de
lo escaso y desértico. Allí donde veamos que todo ha sido exterminado, de allí
el bien surgirá de nuevo.
Porque el bien no se suma, ni se
resta, sino que siempre se multiplica. De allí que siempre ¡hermoso es el
rostro del bien!
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y
difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede
solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí:
capulivallejoysutierra@gmail.com
*****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
*****
Teléfonos:
393-5196 / 99773-9575
Si no desea seguir recibiendo
estos envíos
le rogamos, por favor, hacérnoslo
saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario