25 DE MARZO
DÍA MUNDIAL DE LA VIDA
TODO
SALDRÁ
BIEN
Danilo
Sánchez Lihón
1.
Todo saldrá bien, porque es honda la raíz sumergida
en la tierra pródiga. Porque somos parte de este portento donde cada uno somos
fuente.
Somos raíz, savia y somos estrella. En ti y
en mi se abren todas las flores y se colman todos los huertos y graneros.
En ti y en mí se mueven las galaxias que se
expanden, los mundos que se crean. En ti y en mí resplandecen los soles, las
lunas, los luceros.
Las auroras boreales, los mares y sus
orillas; están dentro los barcos y los aviones. El rocío y los meteoros.
En ti y en mí todo renace, todo se gesta,
todo se renueva. Vuelve a salir el sol. Y a prenderse al borde de la teja la
gota del día de ayer.
El niño y el perro
2.
Las voces de los seres queridos no se
pierden en ningún lugar. La voz de tu abuela con quien te dejamos de niño está
ahí.
Te cuidará por siempre. La puerta del
callejón estará abierta por si algo te asusta para que por ella salgas o bien
entres
Según tus latidos te guíen. Los brazos que
te acunaron jamás ya se cierran. Porque el bien busca senderos por donde alcanzarnos
su mano como el trigo sus espigas.
Te ampararán siempre, en cualquier
tránsito. La parada del ómnibus para que tu bajes o subas. Y el hito en el
camino.
La cuchara en la mesa te esperará siempre,
así te demores por refrescar tus cabellos en la poza de agua. Entonces que ya
cese este sudor en tu frente.
Niños comiendo
3.
Todo lo volverás a tener, a tocar, a coger en tus manos. Retrocederá el
tiempo hasta el punto en que tú quisieras reiniciar el camino.
Porque nos salva ser una cuerda del arpa que es el universo entero, que se
tiempla con los movimientos celestes y tañe la nota esperada.
Porque cura y alivia escuchar la dulce melodía de los seres y las cosas
en nuestros corazones.
Porque sana el canto de los pájaros en la buganvilla
que tiende hacia tu balcón sus ramas. Y el agua que fluye en la cascada como la
fe en el alma.
Porque redime todo acto de bondad. El
servir en las cosas grandes y mínimas de la vida, y la ternura que cunde de
todo lo creado.
Mujeres en la ventana
4.
Y ahora duerme. Duerme, viendo los valles prósperos que se abren a nuestros
pies.
Siguiendo el vuelo de la libélula azul que carga su pepita de oro
elevándola sobre el torrente que brama.
Y confía, porque de ese modo hacemos que la dicha reine el fondo de
nuestros corazones, que así dejarán de estar atribulados.
Confía en la nube, en el viento, en la pared que lo ataja y en la flor
en el muro. En la leña que arde en el fogón que trepida. En el cucharón, el arnero
y la olla colgada.
En el tambor que resuena a lo lejos. Porque nunca morirá quien canta en
el fragor del combate.
Joven y vieja
5.
Por eso, todo saldrá bien. Porque este es
un mundo sagrado donde todo es Dios. Es Dios la brizna, la piedra, la hoja que
se revuelve en la acequia.
Es Dios el dulce tañido de esas campanas,
como aquel canto de los gallos al amanecer.
Por eso, siente mis brazos, y mi hombro
para que en él te recuestes. Y mis manos que están listas a protegerte.
Convéncete que estamos del lado de quienes afirman
y defienden la vida. Duerme y descansa.
Así podrás besar a la muchacha que te esperaba en su puerta ya de noche.
Y sin pasar ni poder hablarla, como es de lo que te arrepientes.
Niños jugando dados
6.
Y siente a tu lado y contigo mi pulso y mi
sangre. Siente que soy el puente tendido para que tú cruces el abismo.
Soy la cueva donde te guarezcas de la
lluvia que arrecia, de los rayos que atruenan y del torbellino que arrasa.
Soy la mano que te coge en tu caída. La
flecha disparada a la sombra en la rama del árbol que intentaba lanzarse a tu
paso.
El parpadeo que te despierta en la mañana
cuando el sol dora el umbral de la ventana.
Soy quien te abraza desde siempre y para
siempre donde sea. Y defiende tu vida, hijo mío.
Todas las pinturas:
Esteban Murillo
Foto 1.
Rosas, de Jaime Sánchez Lihón
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Los textos anteriores pueden ser
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