SOLO LA MUERTE MORIRÁ
DONDE
EL ZORZAL
SE POSA
Danilo
Sánchez Lihón
1.
El agua
que cae
hosca e impetuosa
por el
precipicio
cuando
se arroja en catarata,
estrellándose
en mil
torbellinos de espuma
y
hervores,
es la
misma linfa que antes
o
después
discurre
tranquila, reflejando
en su
légamo, y
dulce y
transparente entraña,
los
luceros,
la luna
arrebolada y el perfil
difuso
de las
montañas. Y de ti, niña
mía,
tus
ojos luminosos
y tus trenzas
recogidas.
2.
Tanto,
que es
difícil imaginar ¡que
ella sea
la
misma agua que después
se
retuerza
en su caída
por el peñasco!
O, ¿es
otra?
No. ¡Es ella! ¿Pero,
se puede
cambiar
tanto, que parece
su opuesto?
Ello por
el ímpetu, el arrojo
y la
bravura
cuando
humea la espuma
en el
fragor
de
lanzarse hacia el vacío
en la
cascada.
3.
Sí. Y
ocurre
igual con el destino
de la
gente,
que de
un momento a otro
cambia,
se
torna a veces dichoso y
boyante.
O
¡infeliz,
amargo y adverso!
En la
vida
todo
depende, en verdad,
del
momento
en que
se vive, del terreno
que se
pisa.
Pero
más, ¡de la rama, niña
hermosa
en que
el zorzal se posa. Y
de la
rosa
que
desde el fondo del alma
nos inspire.
Los
textos anteriores pueden ser
reproducidos,
publicados y difundidos
citando
autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
*****
Teléfonos:
393-5196
/ 99773-9575
No hay comentarios:
Publicar un comentario