22 DE ABRIL
DÍA DE LA TIERRA
CRÓNICA
DE EXTRAÑARTE
POR LOS CAMINOS
Danilo Sánchez Lihón
1.
Es
de madrugada en el Gran Cañón
y la luna
alumbra en el cielo insondable, ya
sin nubes
ni arreboles; sola y rutilante en el
azul misterioso.
Apenas hay un lucero que fulge
solitario
y desvelado en la bóveda sideral.
La noche
en el camino es vasta, inmensa
y diáfana.
2.
Mis
hermanos cansados ya de hablar
callan
arrebujados en sus mantas. Han
hecho
el arqueo de la jornada con notas
graciosas
que a todos han hecho reír. Pero
yo entristecido
en la oscuridad, pienso solo en ti.
En cómo y
¡dónde estás! Es tan lejos y cerca
encontrarte.
3.
Pero,
tanto te traigo y llevo escondida
conmigo
por los caminos. Tanto hablo yo
a solas
contigo, que resecos tengo mis
labios. Y
mis oídos solo distinguen tu voz
en estos confines;
Donde para siempre quedará mi
alma fundida a
la tuya, junto al rumor y silencio
de estos farallones.
4.
Quieta
tú en esta agua estupefacta, ¡que
el río no sé
adónde desliza, pero que a ti deja
conmigo!
Y mi anhelo de ti es tal como esta
agua que corre, y
como estas rocas cortadas a pico
que se alzan.
De perfil límpido. Con el bermejo
ilusorio,
fijo en la fragosidad de la peña y
la fosa.
5.
¡Paloma!
Estas montañas hacen millones
de años
están fusionadas como tú y yo
con el aullido
del viento en los roquedales y la
caída
en vértigo de no sé qué sentido
indescifrable
que se guarda en estas piedras.
Igual
a cómo estás fundida y grabada
tú en mi corazón.
6.
Entonces
en mis sueños me acerco hasta
tu puerta
de puntillas reverente, llego a tu
cabaña.
Y entro hasta donde tú duermes
Te miro
extasiado y te adoro. Y recién
encuentro
explicación y justificación para
que haya abismos,
como aullidos en las gargantas
exhaustas.
7.
Yo
hincado hacia ti. Ululando igual,
de veloz y
en vértigo. Extrañándote exacta,
con los volcanes
rugiendo a mis pies. Con tu mano
que sujeto
a tientas. Sin saber de ti, dónde
se pliegan
tus aleteos. Amándote simple y
llanamente
porque sí, sin explicación, razón
ni motivo.
8.
¡Y así
entonces qué hondo ¡y vasto es
amarte!
Asir y sujetarme a tu cabellera, y
rasgar
tus vestidos en mi delirio, con el
perfil
de tu rostro fijo y perenne en el
precipicio,
igual que estas montañas y estos
ríos. Y
bajo el pulso que soportan estas
oquedades.
9.
Solo
así se explica ¡extrañarte tanto!
Y estar
engarzado en la diadema de tu
pelo, y
al topacio de tu cuerpo, y de tu
sangre.
Velando despierto en el fondo
de tus sueños,
Mientras aquí trina el pichón de
un zorzal
entre los árboles, y en mi pena
tu canción.
10.
Y otra vez
ya para despedirme la luna llena
alumbra
inmensa y solitaria, sin una sola
nube.
Donde apenas un lucero destella
desde lejos
desvelado como estoy, solitario
y ojeroso.
Boga la luna en el cielo sereno
y azul. Y
en mi corazón late inconsolable
tu ausencia.
Fotos 2, 4, 5, 6, 7, 9 y 10
Jaime Sánchez Lihón
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