10 DE OCTUBRE. DÍA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL
VOLVER
A LA VIDA
SENCILLA
Danilo Sánchez Lihón
No se puede hacer nada
para cambiar lo que ya pasó.
Pero sí se puede hacer mucho
para cambiar lo que viene.
1.
– Abuelo, háblame del sol.
Hubo un largo silencio: luego el abuelo
habló:
–
Es redondo y amarillo, y al atardecer se torna rojo.
Expresiones
que nos señalan una esperanza al fondo de una absoluta e insólita tragedia.
La
primera esperanza es la pregunta del niño; y la segunda es la respuesta del
abuelo, tan simple.
Pero
que encierra la maravilla felizmente aún no perdida de lo que es el universo.
Porque
la esperanza general es volver a la sencillez de las cosas.
En
donde el niño que no sabe del sol vuelve a la voz antigua del abuelo que guía,
que conduce y sabe, a fin de conectarse y reivindicar al sol en nuestras vidas.
2.
En
relación a todo lo dicho, también es natural pensar que es de un legítimo
futuro este diálogo, que he extraído de un libro titulado “Háblame del sol”, de
Ángel Esteban, en donde el niño inquiere:
–
Abuelo, háblame del sol.
Porque,
¿qué nos indica el diálogo del inicio? Un hecho dramático: ¡Que había
desaparecido la experiencia del sol en nuestras vidas!
Que
habíamos dejado todo por ingresar a un mundo artificial, convencional y
mecánico.
Olvidándonos
completamente de la naturaleza. Y al final de la vida ordinaria y simple;
porque el sol significa la vida.
3.
Donde
ya el sol era una referencia lejana, que solo el abuelo la tenía en cuenta y la
albergaba. Y quien dice, como evocando:
–
Es redondo y amarillo, y al atardecer se torna rojo.
Y,
acaso, ¿no es así el mundo en donde hemos caído y en donde estamos atrapados?
Por
eso, no será prohibitivo sino más bien esencial de los grandes cambios, que han
de ocurrir en el futuro, volver al sentido de lo simple, de lo elemental y
natural de las cosas.
Que
sea una opción de las grandes revoluciones, que ocurrirán en el futuro, volver
a coger la mano del “abuelo” como ser que protege, orienta y aconseja.
4.
De
alguna manera lo es ya, cuando el mensaje universal para detener la pandemia
del coronavirus 19 es: “Quédate en casa”.
Porque,
¿habrá algo más simple que eso? Con lo cual se nos está diciendo: vuelve al
hogar, no andes perdido, busca tu nido. Y ahí protégete.
Y a estas características muy sencillas, pero
reales y verdaderas de los acontecimientos, corresponden ahora el derrotero de
la cultura que nos es ineludible forjar, y qué mejor hacerlo desde el mundo
andino, o inspirados por él, donde el sol:
“...
es redondo y amarillo y al atardecer se pone rojo”.
Volver a la experiencia del sol en nuestras
vidas. Ese es el mensaje y de eso se trata.
5.
Porque es en esta perspectiva en donde el
hombre pareciera haberse extraviado dejando su alma en algún recodo para enclaustrarse
en falsedades.
Como es ser prisionero de sus ojos y de sus
sensaciones, por ejemplo, en donde habremos sucumbido ante el dominio de las
imágenes.
Y en donde todo es apenas referencial; en
donde ya no hay evidencia de nada. Como hemos sucumbido también ante el poder
de las máquinas.
Y, más aún: aquellas que nos atosigan de
informaciones dañinas y falsos problemas
El mensaje es volver a lo simple y
sencillo, al arrobamiento por la naturaleza, a la vida y el cosmos; a la luz
y suave abrigo del sol.
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