25 DE MAYO
DÍA DE LA EDUCACIÓN INICIAL
CLAVE
Y
CONSIGNA
Danilo Sánchez Lihón
1. La rama
más alta
Reza el aforismo del siguiente modo:
“En educación, nunca se consigue todo lo
que se desea, pero nada se pierde de todo lo que se hace”.
Es decir, siempre el acto verdadero de
educar enriquece, fecunda y acrecienta, acción mediante la cual entresacamos
del interior de los seres, de las situaciones y fenómenos el significado
coherente, armonioso y de bondad infinita acerca de la vida que cada aspecto de
la realidad contiene y nos lo ofrece.
En donde ocurre igual que al agua, que por
donde pasa así sea piedra o tierra yerma, algo renace, brota y florece. Y
eventualmente echa fruto.
Así todo esfuerzo que hagamos en educación
tendrá un resultado siempre favorable en función de la vida y del bien común,
así tarde y no se trasluzca de manera ostensible o inmediata.
La labor en educación es como aquella de la
semilla, que se desenvuelve interiormente de manera lenta, silenciosa y
paciente; porque lo alienta la fe más profunda. Tanto es así que en cualquier
momento nos sorprende con la presencia del prodigio de un fruto primoroso en la
rama más alta y prominente.
2. Vigoroso
y tenaz
También en educación es donde se avanza por
la fuerza de las ideas anteriores, pero asimismo al impulso de las nuevas y revolucionarias
proposiciones. De allí que José Antonio Encinas nos decía:
“La escuela debe mantenerse en un estado
latente de revolución”
En cualquier nivel educativo el nuevo
conocimiento no descartará, sino que se asentará sobre las viejas nociones,
categorías y constructos.
Y terminará renovando lo existente y
haciendo florecer lo nuevo y distinto, porque la historia en educación no
desanda un solo paso.
“Todo conocimiento nuevo se construye a
partir de otro anterior”.
Se afirma en este campo.
Hecho que significa que hay un proceso de
acumulación y decantamiento, de perfección y afinamiento constante, vigoroso y
tenaz.
3. Conciencia
y valores
De allí que no puede haber educación sin
ideas nuevas, renovadas y siempre actuales. Por lo que hace falta siempre en
este ámbito es saber aceptar las ideas innovadoras, y tener como actitud la
elaboración mental continua, así como el insuflar del mayor viento o energía a
los ideales, e izar lo más alto los estandartes de la convicción y la esperanza.
Siendo la educación el factor que
destacados profesionales en diversas disciplinas del conocimiento, así como
pensadores, estrategas y actores del desarrollo social, aquello que reconocen
como la clave fundamental para resolver de forma óptima y cabal los problemas
pendientes de solución en nuestras sociedades.
Ninguna otra vía resulta confiable como
esta. Y, al contrario, algo que no se apoye en la educación tendrá un
desarrollo endeble, contingente, inestable y no duradero.
Campo el de la educación en donde es
importante capacitar en alguna profesión, desempeño laboral y función práctica
para hacer seres exitosos, pero en donde es trascendente generar sensibilidad,
conciencia e imbuidas de valores que acrecienten el sentido de ciudadanía.
4. Educar
en el bien
Porque educar solo el cuerpo y la mente y
no el alma y el corazón de la gente no es tocar lo básico y esencial en la
formación del hombre.
En tal sentido, la formación integral del
ser humano es la piedra de toque fundamental para acometer el desarrollo en el
presente y el futuro con los recursos indispensables que pone en nuestras manos
el arte, la ciencia y la tecnología.
En donde, así como hay que educar en
habilidades, destrezas y competencias prácticas es importante y necesario
educar en el bien, la verdad y la belleza.
Siguiendo esta vía podemos garantizar el
éxito en todos los campos del acontecer humano, puesto que el manejo y control
de todos los procesos depende de personal idóneo y bien capacitado.
En donde mediante el proceso del
aprendizaje hemos de ir avivando y estimulando dones, haciendo evidentes nociones
que estaban ocultas, imprecisas y nubladas, que develadas han de ponerse en
claro y proyectarse hacia el porvenir.
5. La educación
de los hijos
Todo esto afán es importante tenerlo en
claro, expresarlo y ponerlo en práctica, porque en nuestros países uno de los
vehículos de movilización social que funcionan con mayor celeridad, acierto y
vigor en las últimas décadas es la educación.
Tanto es así que seguramente todos los que
ahora son adultos y también los jóvenes, superan el nivel de grado en la educación
formal que tuvieron o alcanzaron sus padres y mayores.
En nuestras sociedades es la educación la
que todo lo anima, y todo lo llena de entusiasmo. Se realizan certámenes,
festivales, muestras y se hacen exposiciones de los trabajos realizados. Y se
organiza la vida comunal a partir de la escuela constituyendo ello una fiesta
del alma y la construcción de los andenes nuevos que tanto anhelamos que se
activen en nuestra sociedad.
Siendo un hecho que ahora la educación
ocupa un lugar privilegiado en la imaginación de nuestras sociedades. Siendo,
además, el derrotero y la razón de ser de la mayoría de hogares que encuentran su
sentido, su justificación y su razón de ser en la perspectiva de la educación
de sus hijos, como una vía de cambio cualitativo y cuantitativo de su actual
condición económica y social.
6. Para
afrontar
los retos
Es por dichas razones que ahora cada
familia invierte en educación aproximadamente un tercio de su presupuesto
familiar.
¿No es todo ello alentador, formidable y
hasta exultante? ¿No es un sueño hecho realidad? ¡Que hay que reconocerlo para
albergar mayor entusiasmo, fervor y hasta felicidad!
Con dicho presupuesto se paga la pensión
escolar y el mantenimiento de los hijos en los establecimientos educativos, se adquiere
libros y útiles escolares, se proveen los recursos para la realización de
tareas y actividades pedagógicas.
Hecho natural que nos revela y nos
demuestra cuál es la creencia y la apuesta por la educación en nuestras
colectividades.
Siendo aquello que ha funcionado y viene
funcionando. Y que indudablemente lo hace en la perspectiva de mejorar al
hombre, dotándole de mayor capacidad y eficiencia; ante lo cual es
imprescindible reforzar todo aquello que tenga que ver con la ética y la virtud.
Y todo ello para afrontar los retos que nos
impone la realidad, adoptando las decisiones más correctas y certeras en todo
orden de cosas.
7. Una mañana
eterna
Todo lo comentado anteriormente desemboca
en el concepto más alto de educación, cuál es el de educabilidad, que es el de
concebir la educación como compensación colectiva, como equilibrio y justicia
social.
No educación para el lucro, ni para la
ganancia ni para el egoísmo personal, o la individualidad exacerbada, sino que
a través de ella hagamos una sociedad mejor haciéndonos cargo de los débiles,
desamparados y las poblaciones vulnerables.
Educabilidad es concebir la educación como
un medio y vehículo de eliminando las diferencias de clase social y superando las
anomias, los desarraigos y las exclusiones.
Y la de hacer a través de ella sociedades
solidarias, fraternas e imbuidas de la conciencia de que a todos nos
corresponde un destino común en donde los más fuertes apoyen a los que están en
situación desventajosa.
De lo contrario siempre vamos a tener un
mundo amenazado y una sociedad insegura e inestable, donde el rico se aprovecha
del pobre, el patrón del asalariado, el educado del que no alcanzó a tener
titulación.
Hagamos de la educación la vía para
alcanzar la utopía social del ideal vallejiano de una mañana eterna en que sentados
a la mesa desayunemos todos.
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