3 DE JULIO
MI
MAESTRO
INOLVIDABLE
Danilo Sánchez Lihón
1.
No hay lección más nítida y vívida para los alumnos que la existencia y
la propia conducta del maestro.
Por eso, para todo maestro lo principal debiera ser en todo momento la
vida y cómo nos comportamos en ella.
Y cómo nos comprometemos con lo más significativo que la vida tiene.
Y cómo nos comprometemos con lo más significativo que la vida tiene.
Y cada maestro lo que más debiera reconocer, antes que lo que enseña como lección, es la lección que constituye su
vida, sus actos y su ejemplo.
Si se identifica y se toma en cuenta este aspecto, tienen que ser
entonces cualidades máximas en un maestro su persona misma como referente, modelo y paradigma.
2.
Educar no es enseñar a los demás lo que uno sabe, y ellos no.
Quizá, en parte, será enseñarles a conducirse como no se conducían antes.
Pero, respecto a la conducta, ¿de quién aprenden los niños y jóvenes?
Quizá, en parte, será enseñarles a conducirse como no se conducían antes.
Pero, respecto a la conducta, ¿de quién aprenden los niños y jóvenes?
Aprenden de aquellos que logran ganarse su confianza, su afecto y hasta
su cariño.
Aprenden de quienes saben que les corresponden con el significado de que
representan algo o mucho para sus vidas.
Porque sólo se abre el alma y se aprende lo esencial de
aquellos que han ganado su adhesión con su ejemplo de vida.
Y aquello se logra con valor, inteligencia y, sobre todo, corazón.
Y aquello se logra con valor, inteligencia y, sobre todo, corazón.
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