17 DE JULIO
SU MAJESTAD LA ADIVINANZA
GENIAL
JUGUETE
MENTAL
Danilo Sánchez Lihón
Homenaje a Giorgo de Chirico
creador de todas estas pinturas
que son prodigios de adivinanzas.
1. Para aguzar
la inteligencia
El tema de las adivinanzas en la
educación y en la cultura en general de los pueblos, es un capítulo aparentemente
mínimo, curioso y hasta superfluo, razón por la cual se pierde y se nos escapa
su extraordinario valor, y con ello su potencial intrínseco para cultivar en la
persona
humana valiosos e insospechados contenidos y cualidades.
Por eso, es importante comprender esta
expresión literaria y poderoso elemento pedagógico, verdadera maravilla arquitectónica,
filosófica, mágica y musical, que todo eso y mucho más es, contiene y
representa la adivinanza.
Interesa también ofrecer algunos alcances
metodológicos respecto a cómo vincularla al afianzamiento de algunas
habilidades y destrezas básicas en el niño por ser ella, además de una de las
fundamentales y excelsas expresiones de la poesía lírica popular, un juguete
mental idóneo para aguzar la inteligencia y la sensibilidad de la persona
humana.
También porque niños, jóvenes y adultos lo
acogen siempre con simpatía, entusiasmo y hasta pasión.
2. Adivinanza
es el destino
Las adivinanzas, o también denominadas
acertijos, son antiquísimas como el agua o el aire; o el corpúsculo de materia
y energía que dieron origen al cosmos, a la vida y a nuestro destino de
estrellas fugitivas en el errante espacio estelar. Gota y viento que están en
el germen del mundo.
Se encuentran ligadas al origen de nuestro
destino y civilización las palabras o frases como: “¿Qué es?” o “¿Qué será?”,
núcleo de las adivinanzas. Fueron sin duda esas frases, cuando aún ni siquiera
eran palabras sino borrones de ideas y garabatos de intenciones de la mente, y las
primeras sensaciones que modulara el hombre en su alma, y todo ser que sintiera
algún temblor y extrañeza frente al cosmos. Por ello y frente a ello es que se
hicieron algunas metáforas inevitables ante el estupor de los elementos
naturales que se desencadenaban o desenvolvían ante sus ojos. Y es esa la
materia que compone las adivinanzas.
Aunque el “¿qué será?” ya tenga la calma de
la contemplación del mundo, tras la grieta de la cueva o bajo la sombra
extasiada de un árbol del pleistoceno de la humanidad, no deja de tener el
desamparo del interrogante acerca de cuál es nuestro destino sobre la faz de la
tierra. Pregunta y ojalá que calma, aunque jamás pretendamos que haya respuesta
a estas interrogantes, que será la misma que se escuche cuando resuenen las
trompetas, llenas de dudas y acusaciones, en el exabrupto, aunque al parecer inevitable,
Juicio Final.
3. En
su fragor
Se registran adivinanzas en casi todas las
lenguas y culturas del universo, tanto que se podría afirmar que junto a Dios y
al licor no hay grupo humano que no las haya urdido, trabado o inventado; hecho
que nos da la clave de su trascendencia y la noción de que en ellas se encierra
un contenido de enorme significación, muy hondo y muy grave.
Y, ¿cuál es ese? Puede ser: la construcción
y desconstrucción del mundo, porque a ello nos enfrentamos cuando las
formulamos y tratamos de resolverlas, deshaciendo algo para volverlo a
recomponer. En su fragor juntamos retazos de un universo que se deshace a cada
instante, como de otro que se vuelve a configurar, proceso que es el drama de
las adivinanzas:
“¿Quién es y no es,
que corre y no corre,
que no se detiene
y no tiene pies?”
(El tiempo)
Es ¿literatura?, Sí. ¿Pedagogía?, Sí.
¿Música?, por su puesto. ¿Filosofía?, claro. ¿Magia?, ¡indudablemente! ¿Verdad?
¿Quién lo ha de poder negar?
4. Poder
interior
Pero aún más que todo eso junto, la
adivinanza es tan grande como el mundo, y tan pequeña como el corpúsculo de materia
y energía que dio origen al estallido que aún perdura y que somos nosotros.
Ella, en síntesis, es el mundo:
Vence al tigre,
vence al león,
vence al toro embravecido,
vence a señores y reyes,
que a sus pies caen
rendidos”.
(El sueño)
He aquí, pues, este prodigio del arte,
dialéctico y por tanto arduo, feroz y por lo tanto embravecido; vasto y hondo por
antonomasia, que junta contrarios, ideas antagónicas y en pugna.
Con el gran poder interior que poseen
exponerse a ellas como hacen los niños que es jugar a ser dioses, en participar
en la hechura del ser de las cosas, deshaciendo la realidad y volviendo a
crearla.
5. ¿Cuál es
el animal?
Se encuentran adivinanzas inmersas en viejos
relatos persas. Pero, ya en lo que es la cultura griega, de la cual somos en
parte herederos, figura con un brillo bronco y singular en la vida y el destino
de sus grandes héroes.
Está en el núcleo de la campaña de Alejandro
Magno, quien rompe el nudo gordiano en su incursión para sojuzgar el lejano
oriente, hecho que tiene toda la estructura y aureola de una adivinanza.
Y está en la estrella de Edipo Rey, quien
antes de poder acercarse a la amurallada Tebas, camino que recorre antes de dar
muerte sin saberlo a su padre y en el desposar luego también sin saberlo a su
madre.
Urdimbre en la cual el trasfondo es una
adivinanza que él desentraña, pero no su destino –¡y ésta es la paradoja!–,
cuando la Esfinge, que tenía cabeza, cuello y pecho de mujer, como cuerpo y pies
de león, le formula este acertijo:
“¿Cuál es el animal
que al empezar la mañana
camina en cuatro pies,
al mediodía en dos
y por la tarde en tres?”
(El hombre)
6. Dar
sentido
Adivinanza ésta que es formulada:
a). En una encrucijada de vida y muerte, ya
que acertar en la solución significaba la auto inmolación del animal
mitológico,
b). Desencadena una decisión trascendental,
ya que sin la oscuridad del enigma la vida de la esfinge no tendría razón de
ser,
c). Es una metáfora que refiere
dramáticamente de nuestras vidas, abarcando desde cuando somos niños, pasando
por cuando somos jóvenes para finalmente aludir a cuando nos volvemos viejos, y
d). Curiosamente esa esfinge cuidaba el paso
del camino, cerrándolo hasta la absolución de la pregunta, como nos ocurre
frecuentemente ante las esfinges y adivinanzas con que nos encontramos en
nuestro paso por la vida.
Todos esos elementos y muchos otros con
relación a la adivinanza nos señalan que radica en ella una raíz y una pieza
clave vasta y valiosa para explicar y dar sentido a la vida y al destino de las
personas.
7. Escrutan
el infinito
De allí que no solo las esfinges, que son
monumentos al misterio, al enigma y a la adivinanza, sino que el más grande
edificio de la antigüedad, y más concretamente de la lúcida y luminosa cultura
helénica, fue el laberinto de Creta, que era una adivinanza. Nunca se invirtió
tanto en la construcción de un enigma como fue la construcción de ese edificio,
fabricado por añadidura por una cultura, como la griega, que amaba las
respuestas directas, inclinada a esclarecer las preguntas esenciales acerca del
ser de las cosas:
“Correrías, correrías,
correrías por la pampa,
correrías todo el día
y nunca me alcanzarías”
(El viento)
Y el excelso santuario de Machu Picchu,
construido de piedra colindante a las nubes y las estrellas, ¿no tiene todos
los abismos y las alturas de una adivinanza? Creo aún más, que la tierra y los
planetas son adivinanzas, que el mundo y el cosmos es una adivinanza absoluta,
y cada pulso de nuestras venas son hechizo y sortilegio, formulados como
adivinanzas. Más aún, cada hombre es una adivinanza. Y así también las
pirámides de Egipto, la mítica Torre de Babel son otras tantas adivinanzas. ¡Y
las Líneas de Nasca, que custodian y escrutan el infinito son otras tantas
adivinanzas hasta ahora sin respuesta posible!
INVITACIÓN
PARTICIPE EN EL AULA VIRTUAL CAPULÍ
EL DÍA Y HORA DEL SÁBADO 18 DE JULIO
A LAS 6 PM. HACIENDO CLIK EN ESTE ENLACE:
https://byu.zoom.us/j/98390655989
Los
textos anteriores pueden ser
reproducidos,
publicados y difundidos
citando
autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo
Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos:
ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí:
capulivallejoysutierra@gmail.com
*****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
*****
Teléfonos:
393-5196
/ 99773-9575
Si no
desea seguir recibiendo estos envíos
le
rogamos, por favor, hacérnoslo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario