viernes, 18 de septiembre de 2020

18 de septiembre. II Jornada del Congreso Mundial de las Letras Hispanas, Cervantes y Vallejo. / Los pasos de Vallejo en España.

18 DE SEPTIEMBRE 
SEGUNDA JORNADA DEL CONGRESO MUNDIAL 
DE LAS LETRAS HISPANAS, CERVANTES Y VALLEJO 

LOS PASOS 
DE VALLEJO 
EN ESPAÑA 

Danilo Sánchez Lihón 



Capulí, Vallejo y su Tierra en España


1. La sangre 
y la lengua

 

Los dos abuelos varones del poeta César Vallejo fueron naturales de España, nacidos en la península ibérica, tanto el de su linaje paterno, como el de su linaje materno. En el primer caso su abuelo fue don Rufo Vallejo, padre de don Francisco de Paula Vallejo Benites. Como también fue originario de España don Joaquín de Mendoza, su abuelo por el linaje de su madre, doña María de los Santos Mendoza Gurreonero

Pero, además, ambos fueron sacerdotes, y fueron plenos hombres de iglesia, devotos y fervientes, convictos y confesos, ungidos hasta los últimos días de sus vidas en la fe cristiana, pese a tener descendencia y progenie, con lo que aparte de la sangre de ellos absorbe y hereda interiormente el halo del cristianismo.

Aparte de heredar también de parte de su comunidad el ancestro telúrico y, desde la época de la conquista de América, la lengua castellana hablada de manera corriente desde aquella época en la región en la cual está enclavado el pueblo originario de César Vallejo como es Santiago de Chuco, en donde el quechua de los Incas no llegó en ningún tiempo a ser lengua que allí se hablara sino más bien la lengua culle de índole regional.

 

Santiago de Chuco. Foto JSL.


2. Con lo mejor

de la poesía

 

Pero hay otro hecho significativo en esta relación y empatía de César Vallejo con España, y cual es el hecho de que él dedica su tesis de Bachiller en Letras de la ahora Universidad Nacional de Trujillo, al estudio y valoración de la poesía castellana, lo cual significa una declaración de fe, de adhesión y de una filiación manifiesta.

Pero no solamente es que César Vallejo dedica su tesis al estudio y valoración de la poesía castellana, puesto que el teatro del Siglo de Oro Español también se escribe en poesía, sino que nuestro autor en su quehacer poético siempre estableció un vínculo y entronque con lo mejor de la poesía española, principalmente con Francisco de Quevedo, Jorge Manrique y Calderón de la Barca.

Es decir, en ningún momento se dejó tentar por la poesía francesa, pese a que vivió buena parte de su vida en París, ni se dejó persuadir por la poesía inglesa siempre descollante, ni por la poesía alemana ni italiana, sino fiel siempre a su raigambre y tradición castellana.

Siendo así los lazos de César Vallejo con España fueron intensos y de una profundidad muy honda.

Ya en la presencia física de César Vallejo en tierras de España se pueden identificar tres etapas en la permanencia de César Vallejo en la península ibérica, y más concretamente en Madrid.

 


La tesis de César Vallejo


3. Primera

etapa

 

La primera vez que César Vallejo viajó a Madrid fue desde París el año 1925, como beneficiario de una beca de estudiante. Sin embargo, eso no quita que cuando por primera vez aviste el suelo español no sienta la emoción del descubrimiento, o más bien antes de tocarlas, ya la emoción le embarga y le reboza en el alma.

Arribó entonces como estudiante y beneficiario de una beca, y tuvo que trasladarse en varias ocasiones puesto que tenía que acreditar que asistía regularmente a clases.

Felizmente hay un testimonio de esta época en un artículo que lo escribió él mismo cuando por primera vez avista las cumbres de los cerros de la cordillera del Pirineo, que es cuando dice:

“Vislumbro los horizontes españoles, poseído de no sé qué emoción inédita y entrañable, sin duda vuelvo a mi América Hispana reencarnada por el amor del verbo que salva las distancias en el suelo castellano”.

Vuelve en el año 1926. Se lo ubica en el café La Granja del Henar en la calle Alcalá. En junio de 1927 lo reciben Domingo de Córdoba y Javier Abril en la calle de la Aduana, entre Montera y Peligros. Hay, asimismo una foto con Juan Domingo Córdova en el Monumento a los Caídos en la Guerra de Cuba en La Moncloa o Parque del Oeste.

 

César Vallejo y Juan Domingo Córdoba, en Madrid


4. Segunda

etapa

 

Una segunda etapa de su permanencia en España la ubicamos en el año 1931, en la cual él viaja a España ya no como estudiante sino como escritor, autor literario y militante político.

Se inicia el 29 de diciembre del año 1930 cuando César Vallejo sale expulsado de territorio francés. El viaje lo realiza junto con su compañera Georgette Philippart y llega a la capital española en vísperas del año nuevo. Entonces vive en la Calle Alcalá, número 100, cuadra 1.

Escribe en los Poemas humanos: “Cuando alguien se va, alguien se queda. El punto por donde pasó un hombre ya no está solo”, casa en donde se ha puesto una placa que registra que en ese solar vivió el poeta.

En mayo del año 1030 viaja a Salamanca donde conoce a don Miguel de Unamuno. Visita también Burgos, León, Toledo. Pasa una semana en San Sebastián, en el golfo de Vizcaya, en el país vasco.

En marzo del año 1931 publica en Madrid la novela El Tungsteno, que escribió, toda ella, mientras residía en la calle Encanto de esa ciudad. Cuenta Georgette que se reúne frecuentemente con Fernando Ibáñez en el café La Castellana. En abril empieza a escribir Rusia 1931 que se publica en el mes de junio de ese año.

Viaja una semana a Astorga a reunirse con Leopoldo Panero y su hermano. En el mes de octubre enrumba hacia Rusia. Catorce meses después regresa a París, el 12 de febrero de 1932.

 

En el Monumento a los caídos, en Madrid


5. Tercera

etapa

 

Esta tercera etapa de su vínculo con España, que abarca principalmente desde el año 1936 hasta su muerte, ocurrida el 15 de abril de 1938, período que lo consideramos como la presencia en aquel suelo de un ser trascendente, la de un visionario y la de un ser superior.

En enero de 1936 Vallejo viaja a España. El 2 de julio de 1937 sale de París para España: Barcelona, Valencia, Jaén. Madrid para participar en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura tuvo lugar entre el 4 y el 17 de julio de 1937 en París y en tres ciudades de la España republicana: Valencia, Madrid y Barcelona, más conocido como el Congreso Antifascista.

Viene ya con su máxima conciencia crítica y espíritu solidario. Viene ya en su plena madurez. Ya no es solo el Vallejo del dolor. Ya no es solo el Vallejo de Los heraldos negros ni de los Nueve monstruos, sino que también es el Vallejo de la lucha: de Pedro Rojas, de Los desgraciados, de los Milicianos de España. Es el poeta de “El poeta saluda al sufrimiento armado”.

Ocurre ese cambio del hombre que había llegado a la máxima conciencia de la realidad y a la esencia de todo, de aquel que escribiría un nuevo Padre Nuestro titulado Padre polvo, a propósito de bombardearse y prácticamente haberse demolido y enterrado la ciudad de Durango, convertida en escombros por la División Cóndor de la aviación nazi.

 

Con Juan Domingo Córdoba, en Madrid


6. Así como

es otro puente

 

Fue el año 1937 cuando César Vallejo sufre una angustia atroz y un dolor muy hondo al constatar cada día el derrumbe de la República Española, pese al heroísmo del ejército republicano y de las milicias de voluntarios que arriban de muchos países y que se pliegan a la causa socialista, y que desde julio del año 1936 era su desvelo, su preocupación, su pasión y su consagración absolutas. Quien renunció a todo y se consagró a la solidaridad humana involucrándose con la Guerra Civil Española hasta perder por ella el último aliento y energía. ¡Y con ello la vida! César Vallejo murió en este holocausto el 15 de abril del año 1938 en París en plena Guerra Civil Española, diciendo: Quiero ir a España. Llévenme a España. Me voy a España.

Y siendo así, como cuando un personaje de la historia nace en un lugar y aquel lugar cobra su pertenencia, así también cuando se muere por una causa o un país, ese personaje es y pertenece a esa comunidad puesto que ya es parte de esa realidad. Consecuentemente Vallejo es un poeta de España. Y más aún si es que es un poeta que nos tiende un puente entre esos dos mundos.

Por eso, y a partir de entonces, tenemos un vínculo infalible entre el Perú y España, y ese vínculo es César Vallejo. Y es a nosotros los peruanos a quienes corresponde hacerlo ostensible, nítido y contundente; como en conocer y ahondar en estos puentes que él nos tiende.  Así como es otro puente que César Vallejo se encomendaba al Apóstol Santiago el Mayor, y que lo hacía íntimamente, de manera secreta y confidente, en su mayor soledad. Lo testimonia una carta que dirige a su hermano Víctor Clemente el 18 de junio del año 1929, enviada desde París.

 

Inaugurando el Capulí de Madrid


7. Mensaje

y consigna

 

En conclusión, la Guerra Civil Española descubrió para el mundo que España no solo eran los conquistadores codiciosos y sin escrúpulos, ni tan solo era la Santa Inquisición que azotó, afrentó y condenó a la hoguera en nuestras tierras, sino que allí había también un pueblo sufrido contra quien como con cualquier otro de nuestros países, se cometían las mismas injusticias, crímenes y atrocidades que esas mismas autoridades aplicaron en nuestros pueblos.

Así fue como por la Guerra Civil Española es que los peninsulares descubrieron la solidaridad de los intelectuales de América Latina que se enrolaron a sus luchas. De allí que los primeros admiradores de César Vallejo surgieron a la muerte de este y en España. Por eso, la intelectualidad española como ninguna otra tiene por César Vallejo una admiración lindante con el culto. Esto lo cuenta el poeta Félix Grande en diversas declaraciones y testimonios de cómo se leía clandestinamente a César Vallejo en la España de Franco.

Siendo así, César Vallejo nos tendió un puente de oro en la relación entre nuestros dos ámbitos: el de España y el de América Latina. Vallejo sin dejar de ser consecuente con su cultura nativa y con el destino de nuestros pueblos, con una identidad irrenunciable, supo identificarse con esa otra cultura matriz y la esencia del pueblo español hasta el punto de haber dejado un mensaje y una consigna cuál es:

Niños del mundo,

si cae España, –digo, es un decir–

… salid, niños del mundo; id a buscarla!...

 

 

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