domingo, 20 de septiembre de 2020

18 de septiembre. Fiesta de La Soledad, en Pataz. / Un ángel caído del cielo.

18 DE SEPTIEMBRE 
TERCER DOMINGO DEL MES 
FIESTA DE LA SOLEDAD, EN PATAZ 

UN ÁNGEL 
CAÍDO 
DEL CIELO 

Danilo Sánchez Lihón 



Pueblo de La Soledad, en Pataz


Hay soledad en el hogar; se reza; 
y no hay noticias de los hijos hoy. 
César Vallejo 


1. Nada con qué 
defenderse

 

Era el poeta Luis Valle Goicochea un ángel caído del cielo. Totalmente inerme, indefenso, y expuesto al mundo arisco, despiadado y cruel de cada día. Realidad ante el cual batirse con toda la ingenuidad y la bondad herida que a él lo aprisionaba, era una batalla anteladamente perdida. Era un ángel aislado, solitario y, por los vacíos y huecos que asolan la vida, doblegado; pero no era ángel réprobo. Volvía a la casa de Dios para quien el creador del mundo ordenó que la puerta siempre estuviera abierta.

Porque no todos los ángeles con algo de extravío son quienes entraron ni entran en rebelión con el padre todopoderoso; y se hicieron o se hacen protervos, sino que la mayoría de poetas son ángeles desterrados y desguarnecidos, aunque no herejes ni en rebelión con Dios, ni sembrando el mal sobre la tierra como hacen diablos y demonios.

Como Luis Valle Goicochea, quien era un ángel vagabundo, lejos del ejército y la hueste celestial. Más bien auto expulsado y marginal y, como tal, un ángel despeñado, aunque conmovedoramente bueno. No es que pretendiera el trono de Dios y fuera castigado haciéndose execrable y siniestro. En él ocurría lo contrario. Él a todo renunciaba. Y bebió el cáliz de la dulzura hasta probar su gota más fatal y amarga.

 

Luis Valle Goicochea


2. Los saúcos

viejos

 

Ángel calmo, apacible y desvalido fue Luis Valle Goicochea; habitando el horror del mundo ante el cual no tenía ningún escudo ni adarga con qué defenderse. Fue una “rara avis” entre los seres humanos. Un ser signado con un estigma en la frente y en el alma:

Nunca olvidaré tu cara triste todo el tiempo,

niño muerto del pueblo, compañero...

Nunca te olvidaré... Gustabas como yo

de ir a ver el monito de Leoncio

y de arrancar flores

en los caminos próximos en Mayo...

Ya no volverás un 24 de diciembre

con tu mamá a la casa,

a tomar el nocturno té de Navidad...

Hoy los gorriones cantan tristes,

y no los alegra el agua. No sé dónde

diez mil cuervos clavan sus picos

en el asno despeñado que se pudre,

y amarga la corteza

de los saúcos viejos...

 

Pueblo de La Soledad, en Pataz


3. Meandros

de lo sagrado

 

Como vemos, en quien hicieron mella todos los más simples dardos, lanzas y espadas con que nos hiere la vida, sin que hubiera rodela o broquel tras el cual pudiera guarecerse. Y esto desde cuando era niño. Lo supieron sus padres que le buscaron un refugio en el seminario de San Carlos y San Marcelo de Trujillo.

Quizá para ser amparado, arropado y protegido por las únicas manos que pudieran salvarlo del cierzo y la nevasca que sobre él se cernía, y que no podían ser otras que las manos de Dios. ¡Fue en vano! Era demasiado honda su pena. Y a la herida de sí mismo se sumó otra herida: la herida de lo divino, con lo cual quedó consumado su dolor.

Tocado por Dios y sus hondos e inabarcables enigmas, demasiado asustado por los pozos negros de las cosas para ser conducido sin tropiezos en este mundo, no pudo ya sosegar su angustia sino con otro dios terreno y mundano que destruye acerbamente, y cuál es el licor.

Y con él deambuló sin fin por los laberintos del lenguaje, como por los meandros de lo sagrado, yendo de taberna en taberna, aún con su sotana o hábito de monje desde y hacia donde escapaba a medianoche de la celda de los conventos que lo acogían, sea en Trujillo, en Lima, en Arequipa o el Cuzco.

 

Casa de Luis Valle Goicochea en La Soledad


4. El pajarito

y nosotros

 

Herido porque las cosas desaparecen y se esfuman, o se tuercen. Herido por la vida de un pajarillo, como es Rinono, que un día desapareció del árbol frente a su casa en el cual se cobijaba. Herido por lo que se sabe, pero más por lo que no se sabe y solo se presiente o simplemente nos hiere. Así:

Rinono cantaba todas las mañanas

en los árboles del frente.

No tenía lindos colores: era oscuro pero

bueno.

La Rarra lo llegó a querer

y como nosotros lo quería.

Pobre pajarito: una tarde

le contó un cuento no sé quién.

Rinono voló por donde quedan

los eucaliptus del Tingo.

Y desde entonces no volvió jamás.

Nos queríamos, el pajarito y nosotros:

así: él en su árbol, nosotros en la casa.

Toda la tarde hemos llorado con la Rarra.

Rinono ya no volverá.

 

Día de fiesta en La Soledad


5. El alma

blanca

 

Dios no solo no fue suficiente para apartarlo del abismo en el cual caía, sino que él bebía para condolerse de Dios, y sufriendo por él.

Era entonces testigo y peregrino del absoluto, en quien palpitaba el desconcierto bajo el ritmo acompasado, los sones y tambores broncos de la compasión y del dolor que no es herida sino dolor de ser, que es total puesto que abarca a la existencia misma.

Quien escondía su temblor, su vibración y conmoción interior en el rezo y el alcohol. Por ello, le rondó la pobreza en todo sentido.

Su vida fue escueta, parca, y simple. Hundido más en visiones, delirios y mansos crepúsculos. Y que se apagaron a sus 42 años; edad en la cual acabó con su vida que fue un lento suicidio.

Y el día que murió ya fue suicidio definitivo. Pero antes se fue consumiendo de pena. Se fue secando de añoranza. Se fue agostando de soledad, de nostalgia y melancolía. Ernesto More, quien lo conoció y fue su amigo, escribió:

"Valle, que parecía destinado al ara y al misal, terminó sólo con el cáliz. Murió fiel a la sangre de Cristo y fiel también a la Doctrina del Maestro: sin un centavo y con el alma blanca".

Eso es, con el alma blanca, es decir: murió candorosamente, sin reproches a Dios, sin alzar la voz, sin acusarle nada al creador, sin levantar un solo dedo, apenas musitando para condolerse con algo humilde, cándido e ingenuo como era su naturaleza.

 

Vista de La Soledad desde la torre de la iglesia


6. Sones

de arpa

 

Es sus versos es parco y sobrio, conciso y simple como fueron sus padres y sus ancestros, y la gente de su aldea nativa, para mayor designio llamada La Soledad, como si hasta en eso hubiera una predestinación.

Tienen sus versos un giro hacia lo diminuto y prosaico. No se deja tentar por lo sonoro ni mucho menos por lo solemne y rimbombante. En ellos recuerda su calle, la lluvia y los tejados de su aldea pobre, sumida como él, en le inocencia.

Y desde allí desprende una manera de decir, de mirar y contemplar, y que es un modo inusitado, raro e imprevisto, como si descubriéramos el hechizo en el borde del rebozo de un ser querido al interior de una casa.

Son versos sueltos, si es posible decirlo: descarnados, lacónicos; mondos y lirondos; a palo seco, de tierra menesterosa y mano mendicante. Hechos con una música libre, de honda y rara belleza. De fragancia matinal, desvencijada.

Donde el lenguaje es suelto, desaliñado; es otro lenguaje, otro acorde, otra música. Con sones de arpa, destemplada. Pero, hay algo inexplicable por lo cual se siente estar ante un gran misterio, un gran enigma y un gran poeta.

 

Día de fiesta en La Soledad


7. Guitarrita

muda

 

Estaba en la mesa,

en busca de migas,

a la hora del almuerzo

la señora hormiga.

La encontró Juancito

al coger su copa

y apostó con ella

a tomar la sopa.

Casi no le oía

cuando la hormiguita

después repetía

con su voz finita:

“Guitarrita muda

toca ahora, toca,

que un niñito bueno

acabó la sopa.”

 

 


Pueblo de La Soledad, en Pataz


Fotos proporcionadas por el profesor

Orlando Peña de Huarichaca, Pataz



*****

 

Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente

 

dsanchezlihon@aol.com

danilosanchezlihon@gmail.com

 

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:

Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com

Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com

Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe

Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com

Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es

 

  *****

DIRECCIÓN EN FACEBOOK

HACER CLIC AQUÍ:

 

https://www.facebook.com/capulivallejo

 

*****

 

Teléfonos:

393-5196 / 99773-9575

 

Si no desea seguir recibiendo estos envíos

le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.


No hay comentarios:

Publicar un comentario