lunes, 21 de septiembre de 2020

21 de septiembre. Día de la Paz. / Hay que erigir puentes.


21 DE SEPTIEMBRE 
DÍA DE LA PAZ 

HAY QUE 
ERIGIR 
PUENTES 

Danilo Sánchez Lihón 



Hermanos y hermana ante el puente del Parque Central de NY.


Nunca ha habido 
una buena guerra, 
ni una mala paz. 
Benjamín Franklin 


1. Al lado 
mío

 

Para hacer posible la paz no se trata de levantar muros ni encerrarnos tras cercas sino hay que erigir puentes.

Y no me refiero tanto a la paz para aliviar las guerras, que son esporádicas, lejanas y peregrinas.

Me refiero más bien a la paz sencilla, cotidiana y de todos los días. Aludo a la paz casera con el vecino, el colega del trabajo, en el hogar entre esposos, como entre padres e hijos.

La paz con el presente, el pasado y el futuro pendientes de una relación cordial con ellos.

Concordia con lo que está al frente, detrás y a mi alrededor.

Paz con el cielo y el mundo bajo las plantas de nuestros pies; con la vid que tengo dentro y al lado mío.




Puente de los Suspiros en Barranco, Lima


2. Llegar

al mar

 

¡Paz con la naturaleza!

Aunque incluso utilizamos los ríos como cercos y fronteras, ubicando al otro lado de la orilla a los que consideramos enemigos.

Pero para exorcizar toda separación hay que tender puentes. Contra las diferencias y contra todos los sufrimientos.

Porque los puentes nos llevan de una a otra orilla; como de lo conocido a lo desconocido e ignoto a fin de al menos escudriñarlo.

Porque las dos orillas de un río nunca se juntan ni siquiera al llegar al mar.

Son la misma esencia pero que nunca se unen salvo con los puentes.

Por eso, lo que más ama el río son los puentes. ¡Y qué importantes que son ellos!

 


Puente de la Bajada a los Baños en Miraflores, Lima


3. Llegan

o se van

 

Pero hay formas y clases distintas y variadas de puentes:

Los hay de fierro con figuras moldeadas en sus balaustres, aunque existen otros de cemento y concreto armado, y con cables que se alzan hacia lo alto.

¡Y los más bellos fueron hechos de piedra en los lejanos tiempos!

Se extienden sobre ríos hondos y caudalosos. O sobre lagos sonámbulos, ¡como vigías desvelados e insomnes!

Vistos desde la base hacia lo alto se lo siente etéreos y celestes.

Y mirados desde el aire son lazos que juntan dos cuerpos sobre un tajo abierto.

Mirados desde cerca son bálsamo sobre una herida palpitante y abismal que apenas alivian, superan y finalmente ayudan a atenuar los caminos que llegan o se van.

 


Puente en Arequipa


4. Tienden

lazos

 

¡Pero son tan bellos sus arcos detrás de las colinas y de la neblina que los envuelve!

 ¡Y del rocío de la alborada que los exornan en el amanecer de un día propicio!

Hay puentes que unen parajes, islas, continentes. Hay puentes vistosos y otros escondidos.

Como hay miradas puentes, que inician una nueva historia, que juntan destinos que venían por rumbos diferentes. Son miradas puentes.

Hay gestos, expresiones, actitudes que son puentes porque tienden lazos, vínculos y conjunciones.

Hay tantas formas y clases de puentes evidentes e invisibles.

 

Puente Parque de la Amistad, en Surco


5. Entre una

y otra orilla

 

Pero ninguno que no sea hermoso por su significado. Eso sí, hay unos livianos y otros fuertes; unos horizontales y otros curvos.

Y a veces los puentes no se hacen visibles. Son anhelos y pura ilusión; son trazos que uno imagina cuando nada nos une y todo nos separa.

Pero ellos, pese a ser así, sin cuerpo, también nos salvan.

Y hay tantas maneras de ser puentes. El asa de este pocillo en que sorbo el café que me abriga y trata de ponerme contento, es un puente.

Las palabras son en realidad, todas ellas, grandes puentes.

¡Cuán distinto sería si en vez de callar hubiéramos dicho la palabra precisa que tendía un puente entre una y otra orilla!

 

En Las montañas neblinosas en los EE.UU.


6. En

lo cotidiano

 

¡Cuán distinta sería la vida si hubiéramos tendido los puentes que eran oportunos y exactos!

La paz hay que anhelarla y luchar por ella para que se imponga no sólo en donde hay guerras o conflictos bélicos.

Porque es importante la paz allí donde están erizados los ejércitos. Y la manera de hacerlo es tendiendo puentes.

Pero también es fundamental en el ámbito cotidiano, al interior de cada casa o de una familia. La paz en un centro laboral, vecindad u organización social.

Y mucho más aún en donde hay una aparente paz, una paz de cementerios, y en donde nuestras relaciones están quebradas.

Porque hay desconfianza y hemos elegido ya la perspectiva de la desavenencia, la pugna y el conflicto.

 

Sobre el Puente del Parque Central de NY.


7. Atesorarla

como un diamante

 

Por eso hay que tender puentes.

Y entre las palabras puentes hay una que es fundamental, y ella es hermano. Como otra es abrazo.

¿Y qué mejor puente en realidad que abrazarse?

Y entre los puentes más bellos lo es una mano tendida hacia otra mano. ¡Y aún más la mano para sujetar al hermano que caía!

Como hay un puente que hasta ahora nos asusta y que une cielo y tierra, y ella es la muerte.

Hay que verla más bien como puente, grave y difícil es cierto, ¡pero al fin puente! Y puente de paz.

Porque en el fondo la paz no solo hay que sentirla y pensarla sino imaginarla y atesorarla como un diamante, como el bien supremo en el alma y en el universo.


*****

 Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente

 

dsanchezlihon@aol.com

danilosanchezlihon@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario