martes, 22 de septiembre de 2020

22 de septiembre. César Vallejo sustenta su tesis. / Donde esboza su sendero.


22 DE SEPTIEMBRE, 2015
CÉSAR VALLEJO SUSTENTA SU TESIS: 
“EL ROMANTICISMO EN LA POESÍA CASTELLANA” 

DONDE 
ESBOZA 
SU SENDERO 

Danilo Sánchez Lihón 



César Vallejo. Pintura de J. Cabeza


1. El poderoso 
y el siervo

 

Eje en la tesis de César Vallejo “El romanticismo en la poesía castellana”, para obtener el grado de Bachiller de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Libertad, ahora Universidad Nacional de Trujillo, titulada es la poesía como género y como actitud, que a partir de este hito, que es su tesis, podemos identificar a la poesía como su destino, su estigma y su marca en la frente; y el llamado ineludible que él siente en su ser por ella y para ella.

Lo interesante es que la tesis en este sentido y a este respecto, es su primera declaración de amor. Es como su tarjeta de presentación en sociedad portando el emblema de la poesía en el alma como su bandera, insignia y estandarte.

Pero este es tema en el cual ya no cabe insistir ni alegar nada desde fuera, porque he aquí sus propias palabras al inicio de la tesis en donde defiende el ser de la poesía y en donde se expresa del siguiente modo:

El degenerado y el virtuoso, el asceta y el sacrílego, el triste y el que vive entre sonrisas y placeres, el poderoso y el siervo, todos constituyen la esencia inspiradora y el objeto de la poesía.

 

Universidad de La Libertad


2. Intrínseca

e inherente

 

Y prosigue:

Siendo cada hombre el fondo mismo de la poesía, la inspiración es personal, subjetiva, porque en cada canto va ya una esperanza y una pena, ya una dicha y un desengaño, ya una sonrisa y una lágrima.

Sentimos que este eje, el de la poesía, como los otros que los hay, no solo son un tema de su tesis, sino que es ya una esencia fundamental de su vida, a la cual se afilia definitivamente reconociéndola intrínseca e inherente a todo su ser y, como él lo dice, al ser humano en general.

Así como otro eje será un referente fundamental en su quehacer literario, cuál es el idioma castellano, del cual finalmente hará su lengua poética, con la cual logra su plena consagración a partir de innovaciones y transformaciones significativas, obligándola a expresar condiciones humanas que antes dicha lengua no había sabido ni siquiera modular, reconociendo que hay en la elección del tema de su tesis un homenaje directo al instrumento de que se ha de valer para su poesía.

 

La tesis restaurada


3. Genuino

vocero

 

Sobre la base de estos dos ejes, cuales son la poesía y la lengua castellana, se corrobora el resultado que al final César Vallejo se consagrará a alcanzar como un poeta tanto de los contenidos esenciales y profundos de la condición humana, pero también como un poeta del lenguaje y del idioma castellano, como materia sorprendente y fundamental de la expresión verbal.

Dimensión en la cual realizó la proeza de expresar lo más raigal del ser del hombre, pero a la vez potenciando y transformando su instrumento expresivo como es el idioma castellano.

Y su tesis también muestra esta coherencia, cuando no se dedica a estudiar a autores de una lengua extraña, sino de su lengua propia, materna y ligada a su identidad, en la cual finalmente se consagrará como su vocero más genuino y extraordinario, quien fue capaz de extraer de dicha lengua contenidos inusitados, nunca antes hallados, y en muchos aspectos estremecedores.

Es decir, hay total acierto en la elección de sus ejes temáticos, que lo confirma su elección final de estudiar la lengua a la cual después se consagra, que la enriquece, la transforma y la representa, erigiéndose como el poeta más importante en dicho idioma que él mismo pulsa y entona en el plectro de su arte.

 

Una de las ediciones de la tesis


4. Profesión

de fe

 

Pero quiero destacar una característica más y que resulta especial en el trabajo de su tesis, cuál es su temperamento fervoroso, vibrante, creyente y entusiasta; en donde el autor sabe admirar y toma la pluma para agradecer y encomiar a los poetas que estudia, y de quienes se descubre sus habilidades, destrezas y virtudes secretas.

Admitiendo que hay en Vallejo una actitud devota, de sentida admiración y congratulación, de un ser que sabe estimar y que no tiene la soberbia de la diatriba sino más bien de la gratitud y del aplauso. Donde se descubre sin ambages de que sabe querer y sabe amar; donde se muestra maravillado por uno y otro autor. Así: por Manuel Quintana, por José Espronceda y por José Zorrilla, principalmente. Cada uno de ellos le parece un genio, un portento y un creador absoluto, lumbreras dignas de embeleso y aclamación.

Es pues la actitud de un ser noble, a quien le impacta cada uno de los autores que lee, sin mezquindades ni reticencia; sin dobleces ni malas intenciones. No es el geniecillo dominical que nada valora ni aprecia; y todo lo critica y condena, como si él supiera y fuera mucho, cuando nada es, ni sabe, ni hace. Quien todo lo zahiere, deforma y denigra; que todo lo ve mal y de todo descree. César Vallejo no. En su tesis a todo le encuentra un sitial relevante y alturado. Y todo lo celebra, lo alaba y encomia.

 

Hotel El Arco donde Vallejo redacta su tesis


5. Imbuido

de ideales

 

Ahora bien: ¿por qué César Vallejo enaltece a los poetas que incluye en su obra y no a otros que aparentemente faltan? Hay una razón al menos: porque los tres que hemos mencionado y que son de quienes mayormente se ocupa son los que concretaron una obra sistemática, consistente y profesional. No obra surgida del acaso y del azar, sino que son quienes hicieron de la literatura un compromiso leal y ferviente.

Hay entonces en la selección un inclinarse por aquellos que han elegido la poesía como una profesión de fe, madura, convicta y confesa; como una militancia de una fidelidad total, lo que corrobora a esta tesis como una obra formativa.

Por todo ello, creo que “El romanticismo en la poesía castellana” es una flecha que apunta a lo que César Vallejo será después. En el fondo es una muestra de cómo llegar a ser el genio que él llegó a ser. Porque con genio no se nace, sino que principalmente se hace, se forja y se cincela.

Tesis donde el joven que la lea ha de aprender a cómo ser humilde, cumplido y puntual. Y no ser el intelectual extravagante, estrafalario y dislocado. Y lo peor: vanidoso y soberbio; sino el adalid imbuido de ideales, de gratitud y reconocimiento por la obra que otros lograron concretar.

 

Tesis restaurada


6. Sitial

de sobresaliente

 

Escuchemos sino como muestra un breve pasaje de lo que nos dice acerca, por ejemplo, de José Espronceda, el autor romántico español:

Otros poetas habrán hecho cosas mejores en materia de pensamientos altos, perfección lineal y belleza en las tonalidades plásticas, pero ninguno ha conseguido copiar tan fielmente las misteriosas mansiones señoriales de la edad media, llenas de penumbras inquietantes y abstracciones monacales, las negras noches de tempestad que enlutan las bravías sierras de España y en las que brama el viento y reina un religioso tono de tristeza espiritual; y en fin, ninguno ha logrado mostrarnos tan claramente los matices esfumados ya, del espíritu de la raza, matices ora de salvajes ímpetus de altanería, ora de suavísimos y alados deliquios de ternura, ya de sublimes fanatismos cristianos, ya de maldiciente y violenta irreligión; ora de sangre criminal, ora de púrpura de martirio.

Habremos notado en los párrafos citados además de los buenos sentimientos y razonamientos, la buena prosa, porque la tesis de que nos ocupamos es una obra bien escrita, con buen tono y buena cadencia, extraordinaria que lo haya podido hacer un mozo de apenas 23 años, con plena capacidad para escribir lo que sentía y pensaba, razón por la cual el jurado lo calificó con el promedio de 18 puntos más cuatro quintos, que hacen una nota de 19 puntos alcanzando el sitial de sobresaliente.

 


El Rector de la Universidad Nacional de Trujillo
mostrando el ejemplar de la tesis restaurada


7. Versación

y enjundia

 

Es pues la tesis “El romanticismo en la poesía castellana” de César Vallejo para optar el grado de Bachiller de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Libertad, una obra escrita con solvencia intelectual, propiedad y gran temperamento, donde la expresión es lúcida como segura y convincente.

Donde el estilo es firme, seguro, aplomado. La prosa es melódica y cadenciosa, con buen ritmo, compás e imágenes estupendas sin apartarse de lo que es una retórica académica necesaria y pertinente para la ocasión de su sustentación, sin dejar de ser preciosa y sorprendente.

Demuestra un gran y pleno conocimiento de la literatura universal, galanura de estilo, pulcro, terso y superior. Tiene buen juicio, ponderación y sabiduría en el enfoque; abunda en información, juicio crítico y apreciación certera, que nos inunda de momentos relevantes, y de elevación del espíritu a lo moralmente superior.

Tesis escrita y sustentada que tiene versación, enjundia, como también limpidez; buena e inflamada redacción, con plena exaltación del verbo y del alma. Donde se encuentran esbozados los senderos y la tierra de promisión que él después sigue para llegar a ser lo que ahora él es: la voz solidaria, salvadora y ecuménica.

 

 

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