miércoles, 30 de septiembre de 2020

30 de septiembre. César Vallejo, médico.


30 DE SEPTIEMBRE 

CÉSAR 
VALLEJO, 
MÉDICO 

Danilo Sánchez Lihón 




“No todos los ojos cerrados 
duermen, 
ni todos los ojos abiertos 
ven”. 
César Vallejo 


1. ¡Tú 
lo viste tanto!

 

“César Vallejo, cuerpo y palabra” de Roberto Beltrán y Carlos Heredia, es una obra que desde la medicina constituye un estudio y una reflexión rigurosa, seria, ecuánime sobre la poesía de nuestro más ilustre poeta.

En este aspecto lo primero que sorprende a los investigadores es el conocimiento profundo que tenía el poeta acerca del cuerpo humano por su inclinación al estudio de la fisiología tanto que él se matriculó para seguir estudios de medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

El conocimiento que Vallejo tenía de la anatomía y de la fisiología era cabal y especializada, como cuando, revelan los autores, Vallejo escribe este verso “pasa el órgano bueno, el de las tres asas”, que es el oído interno, que es el único que tiene tres asas. Solo un especialista conoce de este órgano del oído en donde está el equilibrio humano.

O como cuando se revela que César Vallejo incluso presenta casos clínicos propios de la odontología, cuando por ejemplo dice: “cuya encía late en aquel lácteo hoyuelo / que inadvertido lábrase y pulula ¡tú lo viste tanto!”

 

 

Dr. Carlos Heredia, lamentablemente fallecido


2. Nos

revelan

 

Pero, además, es importante este libro porque nos revela la admiración que suscita un poeta como César Vallejo entre personas plenas e imbuidas del máximo rigor científico, sin salirse de su órbita, midiendo y cotejando la obra poética desde su campo, materia y hasta su profesión de fe.

El libro nos revela en uno de nuestros grandes poetas que poesía y ciencia no son opuestos, ni son campos divorciados, sino que, al contrario, mutuamente se fecundan.

Hace palmaria la unión del arte y la ciencia, hecho que corrige otro prejuicio, cual es de que Vallejo es poeta subjetivo, que no tuvo mirada hacia otro punto que no fuera versificar. Al contrario. Así como interés para la ciencia lo tuvo para la política.

Nos revela, que de 284 poemas de César Vallejo solo 18 no contienen alusiones al cuerpo. ¿Cómo llamarlo entonces un poeta metafísico, extrañado de la realidad o etéreo? Sino al contrario, un poeta concreto, casi físico, corporal, tangible. No evadido del mundo, ni extraño ni curioso.

 

Dr. Roberto Beltrán disertando en el marco de Capulí


3. Uno

de los temas

 

Pero, además, se sorprenden los autores de otra revelación en este rastreo, en este contar minucioso de las palabras referidas a uno y otro asunto del cuerpo: cual es que es admirable la cantidad de vocablos referidos a la boca. He allí otro rasgo de un poeta vital.

Y sobre todo de un poeta que privilegió el lenguaje. Vallejo es un poeta del lenguaje: “El yo poético recurre al cuerpo para transmitirlo poéticamente como ve, siente y razona la realidad que vivió desde la infancia hasta su muerte”.

 Nos revela este estudio, en la visión de la poesía desde el cuerpo y al contabilizar referencias y analizar cuál es la expresión acerca de los órganos que más se mencionan son: la boca, con 102 referencias, los sexos 71 referencias, las manos 67 repeticiones, el corazón 59 repeticiones, los pies 55 referencias, la sangre 44, el pecho 36, el brazo 30, el labio 29, la frente 24.

Nos revelan los autores lo siguiente y como lo dicen textualmente: “Uno de los temas que nos llamó la atención por su frecuencia e intensidad fue el relativo al erótico sexual”.

 

César Vallejo en la playa de Barranco


4. Tres

cerebros humanos

 

¿Podremos después de este análisis seguir considerándolo a César Vallejo como el poeta del agobio, de la tristeza, de la melancolía y hasta de la depresión?

O, al contrario, de acuerdo con esta revelación como un poeta vital, como “un buen cholo”, seductor, vital, conquistador, como decimos en mi tierra Santiago de Chuco.

Hay otro rasgo sutil en el análisis cual es que las referencias a los órganos sexuales Vallejo los oculta en metáforas quizá por un especial candor. De los 71 vocablos referidos al sexo utiliza 69 en sentido metafórico.

Se hace una sonda en profundidad, en cómo Vallejo calaba tan hondo, en los estados vegetativos y en los estratos cerebrales, en el funcionamiento de su poesía en los niveles de la conciencia humana con consideraciones basadas en los tres cerebros humanos: el cerebro primitivo, reptiliano (que,), el cerebro del mamífero primitivo (palopallium, y el cerebro del mamífero superior (neopallium).

 

César Vallejo


5. El principio

y el fin

 

Un tema como el elegido en este libro es revelador de la poesía del más humano de los poetas, porque el cuerpo es la cercanía con lo humano en su estado más natural y primigenio.

Porque es en el cuerpo en donde late o aletea lo fugaz como lo perdurable, lo efímero como lo eterno. Y es el cuerpo herido, maltratado, mortal.

¿Qué mejor comprenderlo que en la poesía de Vallejo? Porque es en el cuerpo, en nuestra condición sufriente u óptima en donde se da y reside la condición y el destino del hombre.

Las alusiones al cuerpo en Vallejo no se agotan con segmentos, no se reducen a miembros u órganos, sino que incluyen sus productos como la saliva, las heces, la orina, el sudor, las lágrimas y aún: el coágulo, la pus.

Así como Vallejo incorporó referencias a posturas corporales, como: de pie, de hinojos, de codos.

De allí que él sea el principio y el fin, el alfa y omega, como lo definiera alguna vez otro espíritu hondo y lacerado, como es José María Arguedas.

 

Don Luis Ruiz, médico legendario de Santiago de Chuco


6. Dicen

los autores

 

Y así como Vallejo en la poesía ya no dejó que esta deambulara en los escenarios de los palacios, los salones, ni las alcobas, e hizo ingresar a la poesía en la cocina y hasta al fogón familiar, así cambió la perspectiva en la consideración del cuerpo.

Pasó de la mente y el corazón, para entrar en relación con el cuerpo más integral, para entrar a la sangre y a la boca.

A la sangre circulante y derramada, como hechos llenos de asombro, sufrimiento y expectación, desde donde entona su himno de redención por el hombre

Por dicha razón, este es un libro extraordinariamente revelador por el ángulo, la óptica, el plano desde donde se mira la obra poética de Vallejo.

Es, además, un libro fervoroso, conmovedor y encima un testimonio que se tiende entre la vida y la muerte

“Vallejo se nos muestra trágicamente incurso en la brevedad de una vida que transita a la sombra de la muerte”, dicen los autores.

 

Tumba de Vallejo en París


7. Rigurosidad

y desvelo

 

Qué importante es esta unión entre ciencia y arte. Entre mundo racional y el otro emocional, entre razón y pasión. Y la osadía del enfoque de este análisis: el cuerpo en la poesía de Vallejo.

La dirección es básica y directa. Pero también es un salto hacia el fondo del abismo. Y el cuerpo lo es. Es un abismo que lo llevamos a cuestas.

Nos revela esta obra el dominio pleno y cabal de parte de los autores de la obra de Vallejo para extraer los versos y las citas del texto, pero sobre todo para hacer un análisis exhaustivo, juicioso, e inteligente de los mismos.

Es esta una investigación de verificación estadística de resultados, pero más de estupor, de asombro y de esperanza.

Con investigaciones así, sea desde el arte sea desde la ciencia, estamos cada vez más cerca y cada vez más lejos, al mostrarnos la inmensidad del océano Vallejo.

Y de maravillarnos ante el arcano que representa y significa la poesía de nuestro poeta universal.

 

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Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente

 

dsanchezlihon@aol.com

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