Me han preguntado,
y requerido alguna explicación, acerca de por qué Capulí, Vallejo y su Tierra tiene
como uno de sus lemas permanentes, desde hace varios años y para los tiempos futuros
la proclama: “Construyendo los Andenes Nuevos”.
Y entre otras
razones expongo que nada tipifica mejor la justicia social y la grandeza de
concepción y la energía puesta de manifiesto en el imperio incaico, que en la
utopía andina como su correlato que es la construcción de los andenes,
tecnología que se ideara y pusiera en práctica mucho antes que los Incas, pero
que en la época del Tahuantinsuyo se hizo política de Estado.
Porque en la
construcción de los andenes se dio la clave de la solidaridad humana, porque
ellos nunca podrían haberse hecho a partir del hombre solo ni en la separación
como individuos sino integrados de manera colectiva, inspirados en el bien
común, como himno solidario, cantando y bailando como fue y es la
característica principal del mundo andino.
2. Abismos
y cumbres
Andenes significa
hacer llanos los abismos y alcanzables las cumbres inhiestas de las montañas.
Es hacer lisa y transparente la profundidad y la cúspide. Y alcanzar trascendencia.
Pero, ¿cómo fue
posible que se concibieran, se levantaran y finalmente alcanzaran a concretarse
estas estructuras de portentosa construcción? ¿Cómo surgieron? ¿Cómo fue
posible que aquí se concibieran?
Lo fue cuando se
llegó a la siguiente conclusión: ante lo imposible, ¡juntarnos! Ese es el
secreto del portento, y esa es la raíz de la utopía que aquí se forjara.
Allí nace otro
germen que es el concepto Pachacútec, que significa organización, y allí nace
el germen Amauta, que es sabiduría hecha para enseñar.
Y el resultado es Sacsayhuamán;
y el resultado son los Andenes, que se extendieron por todos los confines.
3. El
trabajo
solidario
Indudablemente, fueron
los sabios amautas las personas que concibieron y plantearon la construcción de
los andenes, quienes fueron decantando la experiencia que se obtenía en este
rubro; hombres de pensamiento y doctrina que llegaron a la conclusión que había
que hacer graderías.
Y esto luego del
estudio de la nomenclatura de nuestra geografía en cuanto a la conformación de
nuestras montañas y suelos, como también plantearon la necesidad de tener una
agricultura sostenida para resolver el problema de la alimentación y el
crecimiento de la población. Y todo lo hicieron con alegría, cantando y
bailando
Porque cantar y
bailar es reverenciar a la tierra, confundir y entregar a su palpitar nuestros
latidos, a su exaltación nuestra gratitud, a su generosidad nuestra esperanza.
Porque es el portento de ser sociedad solidaria lo que nos hace comprender un
concepto de felicidad que traspasa el individualismo letal y nos acerca a la
redención humana mediante el trabajo solidario.
4. Madurar
los frutos
Porque no hay
tierras más abruptas y empinadas que las nuestras, ¡y había que recuperarlas!
Porque no hay abismos de espanto y alturas de vértigo más erguidas y agudas que
las nuestras. ¡Y había que allanarlas!
¡Y porque las
tierras eriazas había que hacerlas fecundas! ¿Cómo lograrlo? Juntándonos todos
los hombres en la realización de esta proeza, hombres y mujeres, jóvenes y
niños, adultos mayores y hasta ancianos, sin excluir a ninguno que pudiera.
Volviendo a enfilar
las piedras y rellenando con diversos tamaños de piedras, guijarros, arena y
distinta calidad de tierras, buscándoles un nuevo sitio, siguiendo el contorno
de los cerros, y haciendo escalas sucesivas, horizontales y asequibles con las
escalinatas para complementar lo vertical de la geografía.
Y a fin de que en
esa cama tendida se depositasen las semillas, germinase lo sembrado, floreciesen
las plantas y se echaran a madurar los frutos.
5. Ayáu
haylli
Y así fue cómo al
unísono floreció la poesía de triunfo y de victoria, como son ¡los hayllis de
júbilo!, que dicen:
AYÁU HAYLLI, AYÁU HAYLLI
¿Tiene acaso ají tu sementera
para que vengas en su nombre?
¿Tiene acaso flores tu sembrío
para que vengas en su nombre?
¡Esa es la reina!
Ahaylli ¡esa es la bailarina!
Ahaylli ¡solo por el borde!
Ahaylli ¡esa es la princesa!
Ahaylli ¡esa es la muchacha!
¡Ahaylli! ¡Ahaylli!
6. Florecer
y dar frutos
Porque los andenes
se extendieron a lo largo y ancho de todo el territorio, que se abarcaba con la
concepción de los cuatro suyos o rosa de los vientos, proyectándose a la
totalidad del universo.
Así se eliminó el
sentirse solos, excluidos y arrojados, y más bien se modeló el fondo y el
perfil de un ser humano afectivo, entrañable, agradecido y solidario. Así
surgió el ayni o la reciprocidad andina como la mayor virtud, el mayor bien y
la mejor verdad en las relaciones humanas.
Y los andenes se
alzaron y erigieron por todas las regiones y lindes. Y se abrieron anchos y
gratos caminos. Y florecieron el maíz, la quinua, la cañihua, la papa.
Y las familias en
grupo salían de amanecida a cultivar las parcelas del Sol, del Inca y del Común,
que así estaban repartidas, cantando y bailando. Y así cultivaron la tierra, la
hicieron florecer y dar frutos.
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