viernes, 2 de octubre de 2020

2 de octubre. Vallejo sobre el cuerpo mortal.


2 DE OCTUBRE 

VALLEJO 
SOBRE EL CUERPO 
MORTAL 

Danilo Sánchez Lihón 



César Vallejo. Oleo de Róger Vejarano Ponce


“Y olvido 
por mis lágrimas… 
mis ojos”. 
César Vallejo 

1. Formalizó 
este anhelo

 

Tratando de coincidir con la celebración del Día de la Medicina en el Perú, que se conmemora el día 5 de octubre, qué mejor homenaje que resaltar la figura de César Vallejo ligado a la medicina, quien escogió inicialmente dedicarse a este desempeño y se matriculó para ser un profesional de la salud, en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Formalizó este anhelo el 19 de abril del año 1911, teniendo 21 años de edad cumplidos, inscribiéndose en esa casa de estudios en el primer año de la Facultad de Ciencias y siguiendo los cursos de anatomía, fisiología, antropología, física, botánica, química y dibujo imitativo.

Vive en una habitación de la calle Corcovado 445, junto a su amigo Nemesio León Guzmán. Ha contado, para arribar a Lima, con el apoyo de su padre y de su hermano Víctor Clemente, con la consigna de conseguir lo más pronto posible un trabajo para sostenerse, el mismo que no lo consigue.

Ya no le alcanzan los recursos y tiene que aceptar un puesto de preceptor en un pueblo lejano a Lima, en Ambo, en el departamento de Huánuco adonde viaja a fines del año 1911, abandonando definitivamente sus estudios en la Universidad de San Marcos.

 

Facultad de Medicina de San Fernando de la UNMSM


2. Aliviar

el dolor

 

Pero interesa considerar y apreciar en su real significado esta elección de las ciencias de la salud, de parte de quien posteriormente se consagraría como el poeta de la solidaridad humana, recordando en primer lugar que él era un destacado alumno en las materias de ciencias que eran las de su mayor predilección.

Interesa también registrar el hecho de que la medicina es la ciencia al servicio del hombre la que le atrae, en donde aparece ese otro rasgo constitutivo de su personalidad y de la vida de César Vallejo, cual es su inclinación por todo lo humano y lo que signifique y represente aliviar el dolor de la gente en cuanto a sus sufrimientos.

Respecto al tema del cuerpo en la poesía de Vallejo existe un libro titulado César Vallejo. Cuerpo y Palabra, de los doctores Roberto Beltrán y Carlos Heredia, que valdría comentarlo en el Día de la Medicina que se celebra en homenaje a Daniel Alcides Carrión, personaje eminentemente vallejiano, puesto que se inmoló inoculándose el virus de la verruga conmovido por la muerte de sus hermanos de raza que construían el Ferrocarril del Centro del Perú, libro que dilucida temas relacionados a la medicina y la salud:

 

Daniel Alcides Carrión


3. Por

eso

 

La proeza de la ciencia y de la sabiduría en general siempre será plantearse una buena, sustantiva y radical pregunta.

Y lo primero que quisiera relevar en el libro “César Vallejo. Cuerpo y palabra”, es la dificultad, la temeridad y la visión de la pregunta:

El cuerpo y la palabra en la obra poética de César Vallejo, que es lo mismo a decir cómo, desde el cuerpo, se siente la poesía.

Y, de qué manera con el verbo, se puede mirar, comprender y transformar la realidad, a través del lenguaje poético, elaborando significados para la vida, y los mundos y trasmundos como lo hace Vallejo.

Un tema así, realmente es arduo porque une opuestos, tratando de conjugar lo concreto, palpitante y tembloroso, como es el cuerpo, con lo etéreo, evanescente y vibrante como es la palabra.

Por eso, lo primero que quisiera destacar en esta obra minuciosa es la osadía en la elección del tema, como es este.

 

El cuerpo y la salud humana


4. Une la tierra

con el cielo

 

Una investigación, desde la ciencia, y mucho más desde la medicina, y aún más desde la odontología acerca de la presencia del cuerpo en la poesía de César Vallejo, tiene temperamento y fascinación.

Pero aún más: ¡tiene riesgo! Es campo minado, por lo peligroso, y en donde el más hábil explorador puede perderse y sucumbir.

De suyo es una investigación acertada por lo sencilla y a la vez extraordinaria.

Como la actitud de Diógenes que de día andaba con una lámpara encendida por las calles de Atenas en búsqueda de un hombre verdadero y que según la leyenda nunca encontró.

Porque, ¿qué es el cuerpo? Es ala y es cruz. Es enigma, adivinanza y sortilegio.

El cuerpo es el vértice donde se une la tierra con el cielo, donde la palabra nace y donde también fenece.



CésarVallejo

 5. Sino

además

 

Asumir el cuerpo es asumir nuestra condición vital y a la vez mortal. Al mismo tiempo lo sublime y maravilloso, como lo abismal y pavoroso.

¿Qué es?

El cuerpo es dolorosamente evidente, pero a la vez misterio y arrebato. El cuerpo humano es arcano e incógnita dormida y despierta.

El cuerpo en su inclinación de hacer el amor como cuando se arrodilla en la adoración y el perdón.

Que se estira para crecer, luego se reduce, y después se vuelve a estirar para morir.

Para un poeta podría haber sido lo deleznable. Para Vallejo no, desde ahí parte.

Por eso Vallejo no solo es poeta trasgresor, sino además de poeta innovador y, más precisamente, un apóstol y un profeta.

 

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