Tratando de coincidir con la
celebración del Día de la Medicina en el Perú, que se conmemora el día 5 de
octubre, qué mejor homenaje que resaltar la figura de César Vallejo ligado a la
medicina, quien escogió inicialmente dedicarse a este desempeño y se matriculó
para ser un profesional de la salud, en la Facultad de Ciencias de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Formalizó este anhelo el 19 de
abril del año 1911, teniendo 21 años de edad cumplidos, inscribiéndose en esa
casa de estudios en el primer año de la Facultad de Ciencias y siguiendo los
cursos de anatomía, fisiología, antropología, física, botánica, química y
dibujo imitativo.
Vive en una habitación de la
calle Corcovado 445, junto a su amigo Nemesio León Guzmán. Ha contado, para
arribar a Lima, con el apoyo de su padre y de su hermano Víctor Clemente, con
la consigna de conseguir lo más pronto posible un trabajo para sostenerse, el
mismo que no lo consigue.
Ya no le alcanzan los recursos y
tiene que aceptar un puesto de preceptor en un pueblo lejano a Lima, en Ambo, en
el departamento de Huánuco adonde viaja a fines del año 1911, abandonando definitivamente
sus estudios en la Universidad de San Marcos.
Facultad de Medicina de San Fernando de la UNMSM
2. Aliviar
el dolor
Pero interesa considerar y
apreciar en su real significado esta elección de las ciencias de la salud, de
parte de quien posteriormente se consagraría como el poeta de la solidaridad
humana, recordando en primer lugar que él era un destacado alumno en las
materias de ciencias que eran las de su mayor predilección.
Interesa también registrar el
hecho de que la medicina es la ciencia al servicio del hombre la que le atrae,
en donde aparece ese otro rasgo constitutivo de su personalidad y de la vida de
César Vallejo, cual es su inclinación por todo lo humano y lo que signifique y
represente aliviar el dolor de la gente en cuanto a sus sufrimientos.
Respecto al tema del cuerpo en la
poesía de Vallejo existe un libro titulado César Vallejo. Cuerpo y Palabra, de los
doctores Roberto Beltrán y Carlos Heredia, que valdría comentarlo en el Día de
la Medicina que se celebra en homenaje a Daniel Alcides Carrión, personaje
eminentemente vallejiano, puesto que se inmoló inoculándose el virus de la
verruga conmovido por la muerte de sus hermanos de raza que construían el
Ferrocarril del Centro del Perú, libro que dilucida temas relacionados a la
medicina y la salud:
Daniel Alcides Carrión
3. Por
eso
La proeza de la ciencia y de la
sabiduría en general siempre será plantearse una buena, sustantiva y radical pregunta.
Y lo primero que quisiera relevar
en el libro “César Vallejo. Cuerpo y palabra”, es la dificultad, la temeridad y
la visión de la pregunta:
El cuerpo y la palabra en la
obra poética de César Vallejo, que es lo mismo a decir cómo, desde el cuerpo,
se siente la poesía.
Y, de qué manera con el verbo,
se puede mirar, comprender y transformar la realidad, a través del lenguaje
poético, elaborando significados para la vida, y los mundos y trasmundos como
lo hace Vallejo.
Un tema así, realmente es arduo
porque une opuestos, tratando de conjugar lo concreto, palpitante y tembloroso,
como es el cuerpo, con lo etéreo, evanescente y vibrante como es la palabra.
Por eso, lo primero que quisiera
destacar en esta obra minuciosa es la osadía en la elección del tema, como es este.
El cuerpo y la salud humana
4. Une la tierra
con el cielo
Una investigación, desde la
ciencia, y mucho más desde la medicina, y aún más desde la odontología acerca
de la presencia del cuerpo en la poesía de César Vallejo, tiene temperamento y
fascinación.
Pero aún más: ¡tiene riesgo! Es
campo minado, por lo peligroso, y en donde el más hábil explorador puede
perderse y sucumbir.
De suyo es una investigación
acertada por lo sencilla y a la vez extraordinaria.
Como la actitud de Diógenes que
de día andaba con una lámpara encendida por las calles de Atenas en búsqueda de
un hombre verdadero y que según la leyenda nunca encontró.
Porque, ¿qué es el cuerpo? Es
ala y es cruz. Es enigma, adivinanza y sortilegio.
El cuerpo es el vértice donde se une la tierra con el cielo, donde la palabra nace y donde también fenece.
5. Sino
además
Asumir el cuerpo es asumir
nuestra condición vital y a la vez mortal. Al mismo tiempo lo sublime y
maravilloso, como lo abismal y pavoroso.
¿Qué es?
El cuerpo es dolorosamente
evidente, pero a la vez misterio y arrebato. El cuerpo humano es arcano e
incógnita dormida y despierta.
El cuerpo en su inclinación de
hacer el amor como cuando se arrodilla en la adoración y el perdón.
Que se estira para crecer, luego
se reduce, y después se vuelve a estirar para morir.
Para un poeta podría haber sido
lo deleznable. Para Vallejo no, desde ahí parte.
Por eso Vallejo no solo es poeta
trasgresor, sino además de poeta innovador y, más precisamente, un apóstol y un
profeta.
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