miércoles, 7 de octubre de 2020

7 de octubre. Semana Mundial del Espacio. / Todo danza en el espacio estelar.


7 DE OCTUBRE
SEMANA MUNDIAL DEL ESPACIO 

TODO DANZA 
EN EL ESPACIO 
ESTELAR 

Danilo Sánchez Lihón 





Nunca des una espada 
a un hombre 
que no sepa bailar. 
Confucio 

Solo creería en un dios 
que sepa bailar. 
F. Nietzsche 


1. Danzan 
las estrellas

 

La danza es arte primigenio que nace con la aparición del hombre sobre la faz de la tierra, porque se vincula a su palpitación, al ritmo de la sangre y a la respiración de nuestro cuerpo que interiormente danza, así como danzan las estrellas y las galaxias del universo. La danza es el arte más antiguo de la cultura de los hombres y los pueblos.

Y aún antes de que el hombre existiera ya había danza, puesto que lo más ínfimo y lo más vasto en el universo, danza. Las aguas y el mar danzan. Basta escuchar el descender de un río, y distinguir el ritmo de timbales, trompetas y tambores que resuenan en sus chorros. Y en la altamar de los océanos las aguas se agitan ondulantes. Como a la orilla de las playas el oleaje fluye y refluye en una danza interminable.

Danzan los árboles y sus copas. Danza la sabia dentro del tronco y sus ramajes. Danzan las espigas al soplo del viento estival. El sistema solar danza, acompasados los planetas y satélites, con movimientos ondulantes; donde la tierra bailarina recorre vertiginosa y girando como un trompo, y bamboleándose de la cabeza a los pies.

 


2. Por lo que se es

y no se es

 

En el arte rupestre de las Cuevas de Altamira, en la Cantabria de España, así como en las Cuevas de Toquepala, en Ilabaya, provincia Jorge Basadre, en el departamento de Tacna, en el Perú, los hombres pintados en la piedra danzan hasta cuando cazan.

En las primeras manifestaciones humanas la danza adquiere un carácter ritual; en primer lugar, para exorcizar las fuerzas de la naturaleza a fin de hacer propicia la caza y la pesca. Como también se danza antes de las confrontaciones y las batallas entre tribus rivales. Y se danza después para celebrar y adorar a las entidades divinas y agradecer su concurso favorable en los asuntos que más nos importan e incumben en la vida.

Y se danza por gozo, por solo el anhelo y el deseo de reconocer la dicha de vivir, como por entrar en armonía con todo lo demás, con uno mismo, pero a la vez con todo lo que nos rodea, el presente, el pasado y el futuro, lo que es y no es; por lo vivido y no vivido, agradeciendo simplemente el hecho de existir.

 


3. Agua, aire,

fuego y tierra

 

La danza es la conjunción del cuerpo con el espíritu en el centro más esencial y culminante en que estas dos verdades se juntan: en el acto ceremonial de la celebración y la fiesta.

Y cuyo lenguaje es el movimiento en su expresión más intensa y sublime, mediante el ritmo y el compás que trazan unas líneas creadoras, imposibles de que antes o después existan.

Salvo en el presente en donde la danza nace y se configura, principalmente en base a impulsos y emociones que se traducen en ritmos, compases y evoluciones.

Y como todo aquello inherente a la conjunción más alta del cuerpo y el espíritu está ligado a la adoración.

Así como todo aquello en relación con la naturaleza está ligado al agua, al aire, al fuego y a la tierra.

 


4. Variedad

e intensidad

 

Sea porque en la danza se incorporan aquellas presencias naturales que veneramos como los cerros, los ríos, las lagunas, los picachos nevados, o bien sea porque estén dedicadas a las deidades en las cuales creemos fervorosamente; y que no tienen una expresión externa, sino que son espíritus que más habitan en el espacio interior de nosotros los seres humanos, la danza es sagrada.

Por ambas razones, sensoriales como simbólicas, las danzas han incorporado a la expresión natural del cuerpo una vestimenta y parafernalia que representa la mímesis de fenómenos naturales, anímicos y sociales que vale asumir, interpretar y valorar.

Otro aspecto es la coreografía que desarrolla una estructura compuesta de momentos o estadios en el transcurso de esta expresión artística, a fin de darle variedad por un lado e intensidad por el otro. Y expresión simbólica de los contenidos del alma humana.

 


5. Lo más

supremo

 

Es por eso que la danza por un lado tiene una expresión personal, de impulso anímico, pero a la vez es una manifestación colectiva.

En donde el individuo participa en una comunión profunda con los seres con quienes comparte un destino común y solidario.

La danza es expresión del ser individual, pero también del ser colectivo. Y en las culturas originarias se danza en alusión y en vínculo con la divinidad.

Adorando de ese modo a las montañas, a las nieves perpetuas, a las cascadas de los ríos o bien a las estrellas y cometas del firmamento.

Aunque es una expresión depurada del movimiento corporal es a su vez un rapto sagrado del espíritu por el cual nos encomendamos a lo más supremo que hay en el universo.

Porque con toda danza se exorciza la muerte, se afianza la vida y se pulsa la eternidad. Y porque en el universo íntegro hay un Dios que danza.

 



Todas las fotos son de:
Jaime Sánchez Lihón

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