viernes, 13 de noviembre de 2020

13 de noviembre. Campana que tañe. / Hacerse un hombre.


13 DE NOVIEMBRE 
CAMPANA QUE TAÑE

HACERSE 
UN 
HOMBRE 

Danilo Sánchez Lihón 





Todo engaña 
menos lo que está 
en ti. 
León Tolstoi 


1. 

El valor más alto de un ser humano antes que cualquier título o cargo o rango, es el de ser un hombre en el sentido cabal y verdadero del vocablo.

Y es que no nacemos plenamente como seres humanos, sino que nos hacemos tales. Hacerse un ser humano es un largo proceso de humanización que supone decantación, síntesis y madurez.

Precisamente uno de los grandes fines de la educación es lo que se denomina y reconoce como hominización.

Y que en términos más sencillos es un objetivo que se lo puede identificar diciendo que significa hacerse verdaderos seres humanos.

Donde cuenta la experiencia, la sabiduría y el anhelo de hacerse seres trascendentes.

 


2.

 

Lo expresa el poeta César Vallejo del siguiente modo:

pelear por todos y pelear

para que el individuo sea un hombre,

para que los señores sean hombres,

para que todo el mundo sea un hombre, y para

que hasta los animales sean hombres,

el caballo, un hombre,

el reptil, un hombre,

el buitre, un hombre honesto,

la mosca, un hombre, y el olivo, un hombre

y hasta el ribazo, un hombre

y el mismo cielo, todo un hombrecito!

Con lo que quiso decirnos que, en este proceso de hacerse un hombre cabal, humanizamos también a otros seres y presencias del universo.

 


3.

 

Ahora bien, la cualidad o virtud más acrisolada que define la condición humana es el bien, la bondad, la capacidad de comprender, proteger y ser solidarios.

Ya que no todo son certezas en la vida. Hay mucho de confuso, complejo e intrincado.

Hay nudos de caminos y senderos que se bifurcan.

Por eso, solo quien asume la bondad, quien lucha por incorporarla a su vida y la practica cotidianamente cumple con tocar la dimensión de ser un hombre íntegro y dignamente humano.

Y son componentes de la bondad la identidad, la justicia, la solidaridad y en un plano ya más espiritual la piedad humana.

 


4.

 

Y ser un hombre bueno es orientarse en todo por el bien común, el bienestar de nuestro prójimo.

Es el bien la flor, el aroma y la fragancia más genuina de todo lo creado.

Sabiéndolo reconocer e incentivándolo en sí mismo y en los demás cumplimos con lo esencial en esta vida.

Siendo hombre humano quien tiene y cultiva tenaz y empecinado la noción del bien en sus actos y en sus obras.

La felicidad siempre va detrás cuando se hace el bien. Y hermosa y diáfana es la casa del bien que tañe como campana libre y sonora en el alba.

 

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