Hoy
culminamos el II Congreso Mundial de las Letras Hispanas Miguel de Cervantes y
César Vallejo, certamen inmenso, profuso, inagotable, como un océano. Inabarcable,
multánime, agitado, como lo es la historia de España y como lo son ahora las
calles del Perú y de América en general agitadas de indignación que nos convoca
para volver a restaurar la dignidad, a quienes no la tienen o la han perdido. Humanistas
es el primer concepto que quisiera precisar en relación a estos dos grandes
escritores de las letras universales, que para escribir partieron desde sus
realidades concretas e intransferibles sin copias ni préstamos de ninguna laya.
César Vallejo
1.
En
tiempos de máquinas, de teclas, botones y chips, y de tecnología hacia lo vano
e inútil, hacia lo vacío e intrascendente. Qué bueno en este panorama traer a
Cervantes y Vallejo en estos tiempos en que hemos erigido lo trivial como
trascendente y lo trascendente le hemos dado el puesto y el rol de representar
lo trivial, como es el arte, la cultura y el espíritu.
Qué
importante hablar de humanismo en tiempos del covid 19 y de pandemia
generalizada que es raro que no se sepa ¡qué es!, ¡dónde nace y se origina!,
aspecto en donde no hay duda que mucho se oculta, apaña y se calla bajo siete
llaves.
¿Qué
alentamos desde Asorbaex en estos tiempos aciagos? ¿Tiempos turbulentos,
tiempos en que el ser del hombre se siente estremecido, amenazado y su vida
peligra? ¿En que muchos han muerto y otros estamos en amenaza constante? Tiempos
en que hay miedo. El miedo primitivo, ¡cerval!,, aquel que eriza la piel y
revuelve la sangre. El miedo individual y de la especie. El miedo al desamparo,
a la muerte. Mundo inseguro que parece haber perdido el rumbo. Por eso, qué
importante alentar en estos tiempos el humanismo.
El Quijote y Sancho, de Picasso
2.
Porque
no vamos aquí a definir ni elucubrar sobre lo que es el humanismo en sentido
erudito aspecto en que también hemos caído. Porque revísese cualquier
enciclopedia o tratado sobre este tema para naufragar en un mar de tendencias,
escuelas, posiciones, citas y autores que lo que más logran es confundirnos
remitiéndonos a la ilustración, al renacimiento y hasta el medioevo de la
civilización humana.
Enrevesando
también el humanismo que debiera ser lo más simple y sencillo de entender, y
que se lo ha embrollado, confundido y finalmente contaminado. Humanismo que
aquí lo entendemos como un regreso a las fuentes de lo humano, a lo humano
simple, a la esencia del ser. La del hombre en su esencia. Humanismo del hombre
en carne y hueso, pero aspirando al bien, a la verdad y a la belleza.
Que
sabe o intuye lo que es la verdad pero que no la dice o la esconde porque por
ella puede ir preso o su vida amenaza. Humanismo que es simple, natural, sin
afeites ni ropajes. Que pese a que El Quijote es un ícono y un héroe es un
hombre simple, que zurce sus medias y calcetines.
Como
Vallejo desde América que llora y tiempla su espíritu. Hombre al punto de
prestarse los zapatos con sus amigos para que uno de ellos salga a la calle y
los otros se queden porque son los únicos zapatos que tienen. Zapatos de
hombres peregrinos, caminantes, de guerreros en mil batallas morales de este y
otros siglos.
"El dolor crece en el mundo"
3.
Los dos
con su mensaje humanístico auténtico. A quienes recurrimos como los seres más
representativos de nuestras culturas y lengua. A Miguel de Cervantes por ser lo
que es en la prosa y la narrativa. A César Vallejo en la poesía, eje que integran
los dos y que resulta dialéctico. Cervantes allende los mares, en tierras de
Castilla.
César
Vallejo allende las cumbres y bajíos en tierras de Santiago de Chuco. Cervantes
representado en la persona de El Quijote. Y Vallejo en la persona de sí mismo.
Ambos hablándole al género humano de este y otros tiempos, presentes, pasados y
futuros. En el Quijote el ser humano cargado en su interior de creencias. O de
dudas en el caso de Sancho.
El
Quijote lleno de fe que no importa que las circunstancias desmientan. Imbuido
de cariños e ideales que la realidad le golpeen con toda su crueldad en el
rostro. Acompañado frecuentemente de burlas, dándose de bruces contra los
molinos de viento.
Lucy Carlosama, presidenta de Asorbaex
4.
Asumiendo
esta vida que es lábil; y tomándola en serio. Enseñando siempre, hasta a la
dureza de las piedras. Y a lo que no aprende ni siente nada.
Cervantes
cargado de deudas, de incomprensión y sinrazones de tribunales, de jueces y
alguaciles, tanto que uno se pregunta:
¿Por
qué España tiene el estigma de haber cargado de cadenas y estigmas a sus
mejores hijos incluyendo a sus mártires y santos, como también maltratado a
hijos ajenos que murieron defendiendo a lo mejor de su pueblo? Cervantes
hablando consigo mismo, porque todo eso es Don Quijote, un hablar consigo
mismo, prueba de que lo hizo en la cárcel de Sevilla.
Y eso
mismo es César Vallejo, un hablar consigo mismo. Un César Vallejo diciendo por
humildad que sus huesos tal vez son ajenos. Que tal vez él los robó. Y que, si
no tomara ese café, tal vez otro pobre lo tomaría por él. César Vallejo que se
dispara y repercute hombre heroico y honesto.
Exponiendo desde Alcalá de Henares
5.
Vallejo
convirtiéndose de niño mimado y de hermano querido en un militante y en un
peregrino mísero, cuando todos se afanan en ser ricos y poderosos. Él eligiendo
la causa del marginal, del pobre y del desgraciado, despojándose de todo, no
importándole el genio y el talento que Dios le había dado, eligiendo ser más
bien solidario y abrazarse incluso, como lo dijo, al cadáver de un camino.
Cervantes
y Vallejo son quienes más han ahondado en lo humano bajando a los entresijos
del alma humana, pero no de manera cruel, sino para empapar todo ello de fe, de
esperanza, de fervor y heroísmo, convencido del destino superior de la especie
humana como sociedad y como entelequia. Quienes junto a Jesús son quienes más
nos prodigan esperanzas en un mañana mejor forjado con el esfuerzo de todos y
en el destino trascendente del hombre sobre la faz de la tierra. Termino con
estos versos de César Vallejo, que dicen así:
pelear por todos y pelear
para que el individuo sea un hombre,
para que los señores sean hombres,
para que todo el mundo sea un hombre, y
para
que hasta los animales sean hombres,
el caballo, un hombre,
el reptil, un hombre,
el buitre, un hombre honesto,
la mosca, un hombre, y el olivo, un
hombre
y hasta el ribazo, un hombre
y el mismo cielo, todo un hombrecito!
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