Los bosques son prodigios, ensueños y portentos. Que lo habitan no solo seres naturales que son maravillas como un ave, un roedor, un insecto, cualquiera fuera, sino que lo pueblan también seres fantásticos, como hadas, brujas, duendes, endriagos.
Y lo pueblan amores ocultos.
¿Quién de nosotros no ha grabado el nombre de la amada en el tronco de un árbol
y ahí ha quedado para siempre? Siendo así, todo bosque es un templo donde todo
reza oraciones de gratitud por todo lo creado.
Así como en todo bosque cada
quien se pierde al mismo tiempo se encuentra. Donde hay voces que nos hablan,
donde hay mensajes cifrados y se nos confía secretos, donde sintonizamos con
los misterios más arduos.
Ingresar a ellos es incursionar
en las raíces del mundo y encontrar las claves del universo. Es en los bosques
en donde sabemos quiénes somos como qué es lo esencial en nuestras vidas.
2.
En nuestro suelo, en el Perú, existen
aproximadamente 80 millones de hectáreas cubiertas por bosques naturales, de
los cuales 77 millones de hectáreas son florestas que se ubican en la región
amazónica.
En la serranía hay valles y
laderas cubiertas de bosques principalmente de eucaliptos que se talan para
abastecer de leña a los fogones pueblerinos en donde se cuecen los alimentos.
Como también se utilizan para
la construcción de las viviendas utilizando los árboles como vigas, aleros y
cumbreras, como también para recubrir con ellos las galerías que se socaban en
las minas.
En la costa, estos recursos se
concentran en el extremo norte, en los departamentos de Tumbes y Piura, que
cuenta con bosques secos con maderas muy duras que se han venido explotando con
fines industriales, esencialmente para la elaboración de parquet, o de pisos.
3.
Pero la gran riqueza forestal
peruana está en los bosques de la selva, caracterizados por la gran variedad de
especies; por la exuberancia de las forestas, por el rápido crecimiento de las
plantas, muchas de las cuales solo necesitan de tres a diez años para alcanzar
su pleno vigor.
Así tenemos maderas como: la
copaiba, el anacaspi, el tornillo; la congona, el ishpingo, la moena; la
capirona, el palo de balsa, y el cetico; en comparación a otras especies que
necesitan hasta cien años para ser explotadas, como la taiga rusa.
Actualmente, el aprovechamiento
de las forestas de la selva del Perú es muy limitada, dado que se reduce a un
número muy reducido de especies y a un área muy restringida de explotación, que
abarca sólo una faja paralela a los ríos y carreteras.
Y, únicamente, se extraen los
árboles de madera fina y de utilización tradicional. Las maderas que ahora se
queman o quedan cubriendo los campos roturados, tienen un alto valor económico,
y no se deben desperdiciar.
4.
La explotación de las florestas
y las industrias que pueden establecerse utilizando este recurso, (como son:
enchapes, triplay, maderas compactadas, tablas, alcoholes. etc.), ofrecen
perspectivas de empleo no sólo para la población actual de la selva sino,
también, para los futuros colonos que lleguen a esa región que pese a abarcar
casi la totalidad de tierras cubiertas de bosques.
Sin embargo, habita en ella una
escasísima población con mucho qué mejorar en cuanto a sus niveles de vida.
Asimismo, y esto es lo más
importante que tenemos que alcanzar, es un manejo integral del bosque, que
permita no solo una explotación racional, sino también su permanente
reforestación, y la consiguiente ocupación de los pobladores dedicados a esta actividad,
en poblaciones humanas que cuenten con todos los servicios y recursos que
garanticen su pleno desarrollo en nuestra sociedad.
5.
Habitan en nuestros bosques
seres humanos organizados en sociedades que han conformado culturas milenarias,
con un hondo y amplio conocimiento del medio ambiente que lo ha conservado
renovado siempre y libre de daño y contaminación.
Culturas que hablan idiomas
propios que constituyen una riqueza extraordinaria porque es una manera única y
genuina de conceptuar la naturaleza, la vida y el universo. Profusas en mitos,
leyendas, cuentos populares, apólogos y poemas que celebran el prodigio de todo
lo creado
Por la existencia de los
bosques en nuestro suelo el Perú es también un país mágico, no solo poblados de
hombres y mujeres de carne y hueso que luchan con valor y sabiduría, sino que también
están habitados por profusión de seres fantásticos, como el chushek y la paca,
en las serranías; o por el tunche y el chulla chaqui, en la región de la Amazonía.
Hay que despertar en nuestra
ciudadanía conciencia acerca de la preservación de nuestros bosques con la
reforestación continua, y una cultura que reconozca al árbol como una presencia
tutelar y patriarcal en nuestras vidas.
Todas las fotos son de
Jaime Sánchez Lihón
reproducidos, publicados y difundidos
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