¡Hay tanto de lo que no puedo olvidarme
nunca, mamá! Y que está quieto dentro de los muros de estas casas abandonadas,
igual o más que los caminos por donde todavía transita la gente. ¡Y que es lo
que también nos hace padecer en la añoranza!
Pero, ¿por qué empecé acordándome de todas las flores del campo de las
cuales te he hablado, mamá? ¿Y que más hoy son ausencias, y precisamente añoranzas?
Te lo diré: ¡Porque hoy es Día de la Virgen de la Puerta de Otuzco! A la
cual tú le tienes tanta devoción y cariño. Y a quien adoras, mamá.
Como veneras también al Apóstol Santiago el Mayor de nuestra comarca. Que
han cuidado de nosotros cuando éramos niños.
Y resguardado nuestra casa de infancia, que gracias a Dios está de pie.
Y ambos siguen guiando nuestros pasos ahora por los caminos de esta vida.
2. En calles
y plazas
Porque, aunque ya no seamos niños y nuestro hogar de infancia quede muy lejos
en los años, y quizá andemos extraviados por uno y otro sendero, sentimos
seguir estando protegidos bajo el manto arrebolado y lleno de prodigio de estas
dos santas divinidades.
Evoco todo esto, mamá, para decir que toda flor que traíamos a la casa
era para ponerla en el florero y en la repisa bajo el cuadro de la Virgen de la
Puerta, del cuarto donde dormíamos.
Imagen que tú pusiste ahí, presidiendo nuestra habitación para que nos
cuidara y protegiera. Y cuyo rostro tan bello, tan candoroso y sublime nos ha
bendecido siempre, ¡toda la vida!
A partir de ahí relaciono todas estas flores candorosas de los campos de
Santiago de Chuco, como flores de la emoción por lo sagrado.
Culto que un día como hoy se puebla en su fiesta y en su pueblo de
danzas, cohetes y cantares en calles y plazas por la milagrosa Virgen de la
Puerta de Otuzco.
3. Lo que más
hemos mirado
Te escribo todo esto, mamá, porque hoy es el día de la santa que en el
cielo donde mora tú sabías reverenciar. Y nos lo enseñaste a nosotros que te veamos
orar ante ella.
Y encomendar en sus manos la vida de cada uno de tus hijos. Porque junto
con el Patrón Santiago el Mayor de nuestro pueblo nos han sabido proteger, dar
salud y hacernos hombres de bien.
Y esa es la felicidad que ellos entendieron que le pedías para nosotros.
Y era en razón de ese desvelo que le traíamos todas esas flores que crecen a la
vera de los caminos y se siembran así mismas por las colinas.
Y que inclinado y a tientas he podido rememorar. ¡Porque es la imagen de
la Virgen de la Puerta lo que más hemos mirado en nuestra casa de niños!
Ya que era el único cuadro colgado en la pared del lugar donde
dormíamos. Y por ser así es la imagen a la cual más he volteado a mirar para
rogarle por la salud de un hermano o hermana cuando se enfermaban.
4. Profunda
y entrañable
En esa devoción, y mirando su imagen me preguntaba: ¿Por qué se llamará
así? ¿Por qué Virgen de la Puerta? Y no más bien: Virgen del Arco de la Luna, ¿en
dónde ella se sostiene de pie? Y recién ahora lo sé.
Es porque atacado Trujillo por los piratas, y puesta la Virgen de la
Concepción, como se llamaba antes, en la puerta de la ciudad, afuera de la muralla que daba al mar, os piratas no se
atrevieron a entrar.
Y se fueron. Los atajó la
imagen de la Virgen que presidió siempre la habitación más profunda y
entrañable de nuestra casa desde donde nos derrama hasta ahora sus bendiciones.
Virgen de la Puerta, mamá,
cuyo nombre completo ahora es Patrona del Norte del Perú y Reina de la Paz
Universal, quien desde el cielo ha hecho posible que todos tus hijos,
naciéramos con todos nuestros deditos, completas nuestras manos y pies, como tú
decías, y con nuestras esperanzas completas, íntegros y puros. Y con nuestras
orejas que son de un perfecto caracol.
Mi madre
5. Nuestras
mejores rosas
Virgen de la Puerta, mamá,
que es la imagen que yo más he mirado de niño, puesto que despertaba y ya
estaban mis ojos posados allí sobre su rostro nacarado, con un tinte de arrebol
y flotando ella en su media luna blanca. ¡Qué digo! ¡En su media luna blanca no!
Sino apenas en el cuerno de luna creciente, ¡sobre el cual ella se erige
flotando en el cielo azul!
Porque era hasta la repisa de
su altar en nuestra casa de infancia hasta donde traíamos esas flores inocentes
que acarreábamos desde los campos fragantes de Santiago de Chuco. Virgen que,
junto al Apóstol Santiago, inmerso en nuestros corazones, juntamos.
E hicimos que fueran enamorados,
novios, o pareja de esposos en el cielo y en nuestros campos que en diciembre
ya empiezan a verdecer. Y a quienes enlazamos en nuestras ilusiones y utopías
anhelando que también ellos sean felices.
Es a la Virgen de la Puerta
bendita y al Apóstol Santiago el Mayor valeroso, a quienes ungimos con el sumo
de nuestros mejores pétalos y a quienes coronamos sus frentes con nuestras mejores oraciones.
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
Teléfonos:
393-5196 / 99773-9575
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.





No hay comentarios:
Publicar un comentario