domingo, 6 de diciembre de 2020

6 de diciembre. Día del Guardaparque. / María Reiche, la Dama de la Pampa.


6 DE DICIEMBRE 
DÍA DEL GUARDAPARQUE 

MARÍA REICHE, 
LA DAMA 
DE LA PAMPA 

Danilo Sánchez Lihón 



María Reiche


1. País 
de fábula 

Como una guardiana, celadora y sacerdotisa de un templo, María Reiche consagró su vida al estudio de las Líneas de Nasca durante más de 50 años de su vida y en las condiciones más adversas, y esto ¡cuando nadie sabía qué eran esos vestigios!

Quien habiendo nacido en Alemania sintió desde niña la fascinación por el Perú; un país lejano, exótico e incógnito, cuna de una cultura milenaria.

Para ella país de fábula e inalcanzable desde su tierra natal que era Dresde en Alemania donde ella nació el 15 de mayo del año 1903.

Pertenecía a una familia tradicional y rigurosa, de padres cultos y severos que le hicieron posible dominar cinco idiomas. Además del alemán conocía bien: el inglés, el francés, el español y el italiano.

Entre sus dominios estaba también poder interpretar en el piano música clásica. Y estudió en la Universidad Técnica de Dresde matemáticas, geografía, física y astronomía.

 


2. El paisaje

andino

 

Habiendo desempeñado varios trabajos eventuales y cumplido los 29 años de edad en Alemania se presentó la ocasión de venir al Perú.

Este hecho, ¿cómo ocurrió? Así: aconteció al publicarse el año 1932 un aviso en la prensa de su ciudad requiriendo una profesional para trabajar como preceptora.

Lo extraordinario para ella era que el empleo para ser maestra sería de los hijos del cónsul alemán en la ciudad del Cusco, capital arqueológica de aquel país andino.

Entre 80 postulantes ella salió elegida. Y se embarcó por mar rumbo al Callao y luego por vía terrestre hacia la ciudad imperial de los incas.

Ante el espléndido paisaje andino se sintió deslumbrada, donde todo le parecía hermoso, no solo los seres humanos y la cultura, sino, cuenta ella, que hasta la luz le parecía radiante, incluyendo hasta las piedras que sencillamente le conmovían.

Ya en otra parte de su relato cuenta ella:

 


3. Estudiar

la maravilla

 

Ya los Dioses de Nasca me robaron al nacer y me encerraron en su castillo de arena para que jugara con sus inmensas figuras, hasta encontrar un día la razón de mi existencia.

Todo me preparó para esa vida. El rigor familiar cuando mis padres me insolaban después del nacimiento de mi hermano, mi miopía que no fue detectada, todo eso me convirtió en una persona de carácter introvertido.

Me hice reservada, aunque jamás fui del tipo popular. Ahora los turistas me hicieron popular. ¡Pero yo jamás fui popular! Algunas veces quería ser, pero no pude. Lo que fue mi obligación con este trabajo científico fue mi curiosidad: ¡quería saber!

¡Y todo ha sido por Nasca! Si cien vidas tuviera, las daría por Nasca. Y si mil sacrificios tuviera que hacer, los haría, si por Nasca fuera.

Tengo definida mi vida hasta el último minuto de mi existencia; será para Nasca. El tiempo será poco para estudiar la maravilla que encierran las Pampas, en donde allí moriré.

 


4. Formándome

y aprendiendo

 

Pero hay un hecho inusitado y singular en su vida. Y extraordinario en cuanto a su significación, en donde ella misma encuentra que hay la manifestación de un designio.

Es un detalle aparentemente baladí, pero que causa asombro en la coincidencia que dicho asunto tiene con las líneas de Nasca.

¿Cuál es él? Que en un paseo por el Cusco ella se hincó el dedo medio de su mano izquierda. La infección avanzó tan rápido y pronto que y tuvieron que amputarle el dedo.

Le pareció increíble e inexplicable que esto pudiera sucederle a ella que era tan escrupulosa, y precisamente ¡en detalles como este! Y más siendo ella tan cuidadosa de su salud, tanto que le pareció inconcebible.

¿Qué designio había en este suceso? En esa época jamás lo podría saber. Demoró mucho tiempo en encontrar cuál era la razón.

Y ella era que ¡a algunas figuras de la Pampa de Nasca les falta un dedo!

Como también demoró en saber y encontrar cuál era su destino, que lo dilucida más o menos así en una carta que ella escribe a su madre.


 

5. Tarea para la cual

he nacido

 

Donde le expresa:

Querida madre, tú me escribes acerca de las grandes expectativas que has cifrado en mí. Comparada con dichas expectativas soy un fracaso, y el mundo tiene derecho a esperar de mí más de lo que efectivamente rindo. Pero tienes razón, uno debe primero encontrarse a sí mismo antes de pretender ser algo para el mundo.

Recién empiezo a conocer lo que realmente quiero. Desconozco la manera en que aquello que se cristaliza interiormente haya de adquirir una forma exterior. Es posible que viva algunos años más en el completo anonimato, hasta que el destino me considere digna de asignarme la tarea que ha determinado para mí, aquella tarea para la cual he nacido (…) yo creo que se trata de un trabajo específico para el cual me estoy preparando inconscientemente, formándome y aprendiendo.

 


6. Para

siempre

 

Ya en Lima en el año 1941 trabaja como profesora de idiomas y traduciendo textos científicos.

Así conoce a los arqueólogos Julio C. Tello y al profesor norteamericano Paul Kosok.

Fue este último quien le habló de unas líneas y dibujos misteriosos hechos en tiempos remotos y que nadie conocía.

Y la invitó a que lo acompañara a conocerlas y a ayudarle en su trabajo de investigación que él lo realizaba en el campo.

Desde que puso las plantas de los pies en ese lugar supo que ese era el lugar que le estaba asignado en esta vida.

Fue al estar en Nasca que supo que ese era el principio, el centro y el final de su destino.

Era el punto, la estrella y el espacio, el mismo que había sentido desde lejos, siendo niña y el cual había demorado tanto en definirse, y ella en llegar a él.

Eso lo supo mirando por la ventana del bus los arenales de Nasca. Y allí se quedó en Nasca para siempre.

 


7. Salir

el sol

 

En 1952, veinte años después de su accidente en el Cusco en que perdiera el dedo medio de la mano izquierda al contarle los dedos de la figura del mono de las Pampas de Nasca descubrió con asombro que este como ella solo tenía nueve dedos, que le faltaba uno, justo el que le faltaba a ella.

Y descubrió otra figura que representa las manos, pero de solo nueve dedos. ¿Estaba llamada a no?

Residiendo ya en Nasca salía todos los días hacia la pampa. Siempre antes de las cinco de la mañana, aún a oscuras para esperar los rayos del sol, estando ella ya de pie en el centro de cada una de las líneas cuando el sol recién aparecía por el horizonte.

Como un rito siempre esperó el sol con sus pies parados sobre esas líneas, que son miles, trazadas en la tierra endurecida. Y lo hizo a fin de conciliar su relación con la posición de las estrellas y la salida del sol, teoría en que ella creía.

Para ella los dibujos de las Pampas de Nasca guardan un vínculo total y pleno con las constelaciones del universo, con las estrellas del cielo, y con nuestros destinos sobre la faz de la tierra.

 

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