D.S.L.: Don Walter, usted es un filósofo de la
educación, es decir alguien que mira en profundidad, pero a la vez el horizonte
de los seres, fenómenos y las cosas. Por eso, defínanos brevemente, ¿qué fines
debe cumplir la educación en todo tiempo y lugar?
W.P.: Los fines fundamentales de toda educación en general, son tres: hominizar
al ser humano, socializarlo y culturarlo. Estos son planteamientos míos,
propios y producto de mi larga reflexión sobre el campo de la educación que es
una actividad fundamental en mi vida. El primer fin tiene como objetico
humanizar. El segundo formar ciudadanos. Y el tercero hacernos creadores
culturales
D.S.L.: ¿Culturar también para adquirir valores e
integrarnos a nuestro medio circundante y a su comunidad?
W.P.: Ciertamente. Culturarlo quiere decir que el niño lentamente reciba
la herencia cultural, los objetos culturales, los bienes que la misma sociedad
ha acumulado, y que los reciba tomándolos como propios.
D.S.L.: Lo cual es esencial para su identidad.
W.P.: Cierto. Pero que, al mismo tiempo, conforme su edad va aumentando,
no solamente su actitud ha de ser de recepción sino de una toma de posición
sobre su verdadera cultura.
D.S.L.: ¿Tomar posición en cuanto a tener una actitud?
Tomar posición quiere decir adherirse totalmente a su cultura y
contribuir con nuevas creaciones a expandirla o a criticarla, pudiendo ello
conducir a una revisión total de la orientación de la cultura en un momento
dado. Naturalmente en la Educación Inicial no se va a dar eso, dado que es un
proceso largo.
Reunión con el Dr. Walter Peñaloza en el Inlec.
2.
D.S.L.: Prácticamente es un proceso inacabable e
indetenible.
W.P.: La culturación comienza muy tempranamente a los 0 o 1 año de edad
y eso no termina nunca; eso debe ocurrir en la Educación Inicial, Primaria, Secundaria
y, sobre todo, en sus manifestaciones más importantes e intrínsecas, debe
ocurrir en el nivel universitario.
D.S.L.: ¿Así? ¿En la universidad?
W.P.: La culturación es un proceso que abarca toda la educación, como
normalmente ocurre con la socialización y con la hominización. Desgraciadamente
las universidades creen equivocadamente que el joven que entra en ella ya está
totalmente hominizado y que ese problema de la hominización no es problema de
la Universidad. Mi respuesta a eso es que sí es problema de la Universidad. La
hominización en sus fases más profundas e importantes es un problema de la Universidad.
Lo propio ocurre con la socialización. Las universidades estiman que ya el
joven está socializado y que ése es un problema ajeno a ellas, porque ya
terminó. Tampoco eso es verdad. ¡Cuántos jóvenes llegan a la Universidad en
situaciones conflictivas, con desequilibrios interiores, y eso se ha podido
comprobar miles de veces!, entonces eso también es problema de toda la
educación hasta la Universidad. Los tres procesos son procesos de la educación
a lo largo de todos los períodos escolares y universitarios y todavía continúen
después de la Universidad, durante toda la vida.
Entrevista al Dr. Walter Peñaloza
3.
D.S.L.: Ahora bien, de estos tres procesos, ¿qué le
corresponde desarrollar específicamente a la Educación Inicial?
W.P.: En el caso de la Educación Inicial esos tres procesos tienen su
especificidad propia. En el caso de la hominización para mí lo esencial, en la
Educación Inicial, es atender al niño de tal manera que tenga un buen
desarrollo biológico; lo que supone varias cosas a la vez: nutrición adecuada,
cuidado de salud, desarrollo de la motricidad, que el niño adquiera conciencia
de su cuerpo y la seguridad que le da esa conciencia. Luego, desarrollo de
capacidades psíquicas como la atención, la memoria, la coordinación de los
movimientos: de las manos con los objetos, de las manos con el ojo; en fin, son
procesos que ocurren lentamente, que no se pueden tampoco precipitar pero que
tienen que comenzar muy temprano. También el desarrollo progresivo de la
autonomía del niño, el alcance de la libertad, la responsabilidad. Ya al niño de
3 años, por ejemplo, se le puede encomendar tareas con las cuales ellos se
sienten responsables y que los hacen seres responsables. Este fomento de la
autonomía y de la libertad y la responsabilidad debe continuar sucesivamente en
todos los años que vienen por delante, pero hay que comenzar en la Educación
Inicial.
Dr. Walter Peñaloza Ramella
4.
D.S.L.: Esto supera el enfoque del currículo actual en
Educación Inicial ordenado por áreas de desarrollo: psicomotora, intelectual y
socioemocional.
W:P.: Así es. Yo creo que lamentablemente se ha cometido un error en
esta materia, lo que quizás se ha hecho por moda; porque esta división de tres
áreas es en cierto modo un eco de la taxonomía de Blumm, la cual es muy
discutible. Sería muy largo entrar en consideraciones de detalle que demuestran
que esa taxonomía es imperfecta. Basta sólo decir que, siendo conductista,
Blumm no debería hablar de dominio intelectual ni afectivo ni psicomotor;
porque para Blumm como buen conductista las únicas cosas importantes son las
conductas observables y medibles. Por lo tanto y ano tiene sentido hablar de lo
intelectual ni hablar de lo afectivo, ni siquiera de lo psicomotor. Simplemente
las conductas que son motrices, nada más; debería hablarse de un solo dominio,
que es el motriz.
D.S.L.: Además de este señalamiento, ¿cuál es el principal
efecto negativo de esta taxonomía en lo que respecta a la programación
curricular?
W.P.: En la raíz misma de esa taxonomía hay una incoherencia; peor que
incoherencia, hay una contradicción. El habla de conductas y sin embargo
termina hablando de tres dominios psicológicos; pero lo más grave es que los
tres dominios dan lugar a una proliferación, a una diversificación infinitas de
conductas inconexas. Las cosas más simples se pueden desagregar en conductas
individuales; por ejemplo: que el niño tenga hábitos higiénicos. Eso se puede
descomponer en multitud de subobjetivos; así, uno de ellos puede ser que se
lave los dientes después de comer, pero ese hábito de lavarse los dientes
también da lugar a una multitud de objetivos desagregados: que use el jabón,
que se lave las manos, que use el cepillo de dientes, que sepa cómo usar la
pasta de dientes, la forma de usar el cepillo en la boca, que no debe ser horizontal
sino vertical, o que no es vertical sino en movimientos circulares...
Reunión con el Dr. Walter Peñaloza en el Inlec.
5.
D.S.L.: Y eso confunde y dispersa.
W:P.: Claro. Tenemos una multitud de objetivos. El maestro de Educación
Inicial ante esa montaña de objetivos pequeños, a la hora de evaluar, generalmente
está en un dilema terrible; porque, ¿cómo evaluar e integrar esa multitud de
objetivos inconexos? Pero, en cambio, pensando en lo que es básico y
fundamental en educación, que es hominizar, socializar y culturar, y realizando
experiencias para la hominización, para la socialización y para la culturación,
en cada una de esas experiencias está cada una de las distintas conductas que
teóricamente se dicen que son cognitivas, afectivas y psicomotoras.
D.S.L.: Lo cual es ir al fondo del asunto.
W.P.: Allí está integrado todo. Lo afectivo no se puede separar de lo
intelectual ni de lo psico-motriz. Entonces en una determinada experiencia que
tenga sentido para hominizar, socializar, y culturar, que son tres elementos
que se mantienen armoniosamente unidos, porque no se pueden separar si no es
por abstracción, por separación artificial, entonces, digo, eso disminuiría el
inmenso volumen de objetivos y permitiría algo más concreto como son las
experiencias reales de hominización, de socialización, de culturación; en las
cuales se podrían observar todas estas áreas armónicamente integradas unas con
otras.
Entrevista al Dr. Walter Peñaloza
6.
D.S.L: Ahora, uno de los déficits de nuestra
educación, y que se hace ostensible en cómo se muestran nuestras ciudades y
cómo es el comportamiento de las personas, es justamente el asunto de las
conductas, de los valores, de los comportamientos. ¿Cómo desde la Educación
Inicial se podrían formar valores? Porque ¡la situación en el Perú en este
momento se vuelve tan clamorosa en el sentido de anhelar que haya un mejor
comportamiento de la gente!
W.P.: Cuando hablamos de comportamiento, en este momento ya estamos
hablando de algo relacionado con los valores. En verdad es preocupante la
manera que tienen los niños y jóvenes de comportarse, y es deseable con todas
las fuerzas que ellos tengan un comportamiento ético. Esto es diferente de lo
que hemos hablado hace un minuto; o sea, las conductas cognitivas, afectivas,
psicomotrices son conductas externas, son movimientos que el niño o la persona
hace.
D.S.L: Lo que preocupa en este ámbito es que no sean actitudes
auténticas.
W.P.: Precisamente diría, que por poner tanto énfasis en estas conductas
externas cognitivas, afectivas y psicomotrices en el fondo y en la realidad son
simplemente motrices, pues no pueden ser más. Y no es verdad que haya una
conexión con lo cognoscitivo, lo afectivo y lo psíquico... entonces esta
preocupación por las conductas, decía, precisamente es lo que ha generado la
falta de un comportamiento moral.
Reunión con el Dr. Walter Peñaloza en el Inlec.
7.
D.S.L.: Doctor, ¿y cuál es su sueño acerca del ser
humano completamente bien formado por la Educación? ¿Cuál es su perfil de un
educando ideal?
W.P.: Es una educación plena cuando se logra que el ser humano esté en
posesión de todas sus facultades; cuando se llega a la comprensión de todos los
valores; cuando la persona es abierta a todos los bienes de la cultura. Puede
ser que se especialice en un sector de la cultura; por ejemplo, el artista se
concentra en el valor de la belleza; el hombre de ciencias se concentra en el
valor de la verdad; pero a ese hombre se le ha permitido, en todo su proceso
educativo la apertura a todos los valores y tiene las semillas dentro de sí.
Pero, además, la educación es plena cuando el hombre establece un equilibrio en
el interior de sí mismo y una sana relación con los demás. Y cuando,
finalmente, en materia de cultura, en la cúspide de todo, ha logrado llegar a
una etapa creativa. Ahí no solamente es un espectador o receptor, ni solo un
actor de tal o cual carrera o trabajo, sino que es un creador, que es la
cúspide para cualquier ser humano en cualquier orientación, carrera o trabajo.
D.S.L.: Muy bien. Le agradezco profundamente, Doctor
Walter Peñaloza, por esta entrevista.
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