24 de enero. Nace Chaco Gil. / La casa y los caminos.

24 DE ENERO, 1926

NACE CHACO GIL

LA CASA

LOS CAMINOS

Danilo Sánchez Lihón

Chaco Gil

1. Senderos

imprevistos

La prosa de Chaco Gil, seudónimo de Walter Pérez Valderrama, quien nació un día como hoy, 24 de enero del año 1926 en el pueblo de Santa Cruz de Chuca, que se mira desde cualquier ventana de mi comarca, y que luce en su obra cumbre, que es “La Casa del Membrillo”, está escrita en tiempo presente, pese a que se recrean historias de hace décadas y hasta siglos, teniendo el mérito de presentarnos un calidoscopio de situaciones y personajes que en todos los casos resultan fascinantes.

Donde cada asunto y motivo es narrado con detalles que le dan nitidez y vivacidad al relato, a tal punto que hasta degustamos vívidamente del menú que se sirven los comensales en las fondas, de lo que ocurriera a principios del siglo pasado.

Participamos de las conversaciones íntimas que intercambian las parejas infieles o probamos los alimentos que los caminantes se preparan en completa soledad a orillas de un río del cual solo escuchamos el fragor del agua y las piedras rodando como otras acomodándose en su cauce.

Porque lo primero que llevan los arrieros que son en gran parte los personajes de esta obra, por los senderos imprevistos, son sus ollas y sus atados de cereales para cocinarse durante sus travesías interminables.

La casa del membrillo de Chaco Gil

2. Amores

subrepticios

Los ejes principales de la obra “La Casa del Membrillo”, motivo de este comentario, son dos realidades y esencias unidas y contrapuestas: la casa y los caminos. A propósito, y antes de continuar, el título del libro se debe a que en el portón de la casa que es uno de los ejes de esta obra, crece una planta coposa de membrillo.

Pero es en estas dos fenomenologías, la casa y los caminos, que se resume la vida, porque allí está el origen y el final del sendero, constituido por lo que hemos podido recoger como raíces y explorar como ramajes con sus flores, hojas y frutos.

Y donde se alían contrarios: lo común y lo extraño, lo que es igual y lo que es distinto, lo que es de afuera y lo que es de adentro. Así como hay en este relato mucho de amores subrepticios, de aventuras inconfesadas, porque los arrieros establecen amoríos en cada posada, como las mujeres que dejan conciben de otros amantes.

Porque ocurre mucho que las solitarias esposas tienen hijos de otros varones, como son los primos, o vecinos de sus esposos andariegos, o de algún arriesgado afuerino que llega y se queda. Lo dicen y lo aceptan como algo espontáneo y natural dentro del orden de las estructuras del alma que aceptamos resignados y que dominan en este relato.

Santa Cruz de Chuca

3. Vida

de arrieros

Ahora bien, la obra se inicia desde que un inmigrante español toma posesión de estas tierras pertenecientes al ahora distrito de Santa Cruz de Chuca, preciso momento en que se enamora de la hija del cacique del lugar a quien la pide en matrimonio, momento en que empieza la historia de la conformación de un linaje, el de la familia Pérez en los dominios de la provincia mayor de Santiago de Chuco.

El signo de esta familia fue cultivar la tierra primero, luego el arrieraje. Después la confección de zapatos y posteriormente el comercio. Desde luego, también se forman profesionales como es el autor de este asombroso relato: Chaco Gil mismo, quien se erige después como el personaje, cronista y testamentario de esta epopeya.

Pero, “La Casa del Membrillo” en Santiago de Chuco, no es únicamente un relato de familia sino la épica de una comunidad y de generaciones de habitantes. Porque imaginémonos sólo un rasgo, cuál es: la vida de arrieros, oficio que se hereda y que da lugar a un cúmulo de aventuras que surgen de cada iniciativa y de cada descanso, constituyendo capítulos tras capítulos de una historia inacabable.

Chaco Gil en Santa Cruz de Chuca

4. Agua,

piedra y lodo

De allí que sean copiosos los contenidos implícitos en “La Casa del Membrillo” de Santa Cruz de Chuca y a su vez dentro de Santiago de Chuco. Pero los más predominantes son las peripecias ligadas al personaje central de la obra, don José Sócrates Pérez, padre de Chaco Gil, el autor de esta obra.

Dado que fue él quien siendo joven se hizo arriero y exploró el mundo circundante, llevando y trayendo mercadería a las minas, como también viajando desde Santa Cruz de Chuca a Santiago de Chuco, Trujillo y Lima.

Él fue alcalde de su pueblo y, además, exitoso empresario, pleno de ingenio, sensatez y coraje. Fue quien construyó tres molinos en un lugar devastado por una avalancha de agua, piedra y lodo, luego del represamiento de las aguas del río Huaychaca y a consecuencia de un derrumbe.

La proeza de construir el molino y trasladar las dos piedras gigantescas que muelen el grano, hacia la encañada profunda del río, constituye uno de los pasajes más relevantes y memorables de esta balada descomunal.

Santa Cruz de Chuca

5. Estos son

los arcanos

Siendo así, la significación de esta obra es la consolidación de una comunidad de personas, de cómo se lucha y se desarrolla, como se afinca y se sale a partir de ello a explorar el mundo.

Texto que bien podría ubicarse como un libro de memorias, pero que por su construcción y valor general prefiero considerarla como una novela de formación, que enseña a ser algo en la vida. Y que da ejemplo de cómo se expande y se configuran los destinos de las personas y los pueblos.

De cómo se va ensanchando el ámbito de mira y acción, desde un viaje a las minas de Huayllapón hasta incursionar en Trujillo por caminos de herradura y después a Lima, llevando y trayendo mercadería.

La vida ha demostrado que aquellos viajes eran germinales, que alcanzarían una proyección mucho más amplia, porque Chaco Gil, hijo del protagonista, ha llevado a cabo sus pasos por muchos países del mundo.

Con Chaco Gil, en los "Viernes Literarios"

6. Saber

amarlo

Y hace ya más de seis décadas que radica en los Estados Unidos de Norteamérica, arcanos y claves secretas que Chaco Gil recrea y desenvuelve en este libro.

Donde don José Sócrates, el padre de Chaco Gil, como protagonista y eje de esta historia, encarna una estirpe que poco a poco se hace fuerte y próspera; simbolizando una época, una actitud, una manera de ser y hasta una cultura genuina frente al mundo que muda, que pierde el rumbo y tambalea.

Novela de formación es esta, en donde se transparenta el proceso de cómo hacerse hombres dignos, asumiendo retos, lances y colisiones, como rigurosas responsabilidades, juramentos y hasta utopías.

Viendo cómo a través de los hechos se encomia el ser osados, valientes e indesmayables. Epopeya que tiene como escenario al mundo andino, abrupto pero generoso, desafiante, pero a la vez tierno; hosco, pero igualmente protector para quienes saben amarlo.

Con Chaco Gil en Dalton, en los Estados Unidos

7. En nuestras

vidas

“La Casa del Membrillo”, de Chaco Gil, siendo así nace del vínculo fecundo y pródigo de hombre y naturaleza, de casa y camino, de piedra y cielo, de sangre y destino, como surge de lo que es casual y de lo que es designio de lo que los hechos mismos van tejiendo, o de lo que determina la providencia.

Siendo así, como la copa de un árbol de membrillo, que da título a este libro, esta es una obra abundante, vigorosa y exultante. Profusa en ramas, en flores y en frutos, como en la fragancia que nos ofrenda.

Obra miscelánea, histórica y totalizadora. Un mural sobresaliente de la vida, de los gozos y padecimientos de la gente en Santiago de Chuco en una época especialmente estremecida.

Libro pleno de experiencias, de aventuras, de pasajes hermosos y estremecedores; palpitante y convulso; en donde sentimos que tocamos la vida en su temblor primigenio, lleno de impulso, de ilusión, como también de heridas y pasiones.

Libro parva, ojo de agua, sinfónico; es el retrato auténtico de un pueblo desde dentro y desde afuera, abierto hacia todos sus contornos y confines, que nos hace sentir que con él tocamos el infinito en nuestras vidas.

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