Mariano Melgar
Eran muchas y apasionantes las historias legendarias
que mi padre nos contaba en la mesa de comer, a la hora del almuerzo o de la
cena.
Pero entre todas, aquellas referidas al
período de nuestra Emancipación como República del dominio y del yugo español,
eran las que ganaban nuestra mayor simpatía y adhesión.
Sin embargo, aquella que más concitaba
nuestro entusiasmo y fervor, y que nos conmovía profundamente, era la vida y
gesta heroica del poeta heroico Mariano Melgar.
Quien nació en Arequipa el 10 de agosto del
año 1790, y fue fusilado un día como hoy en el mismo campo de batalla cuando
luchaba por nuestra libertad.
Quien primero fue un niño genial; después un púber impetuoso, y bien pronto un adolescente atormentado por los misterios del ser.
bizarro
Pero luego fue un joven arrebatado de amor
por una niña de trece años, llamada María Santos Corrales, y a quien él
inmortalizó con el nombre de Silvia.
Y la inmortalizó en poemas que rezuman dicha,
quebranto, reproche y dolor; todo junto y a la vez.
Poemas que significaron la recuperación de ritmos
y acentos del harawi quechua como expresión poética de la lírica oral incaica.
Aquel ser ya hecho un joven
bizarro abrazó los ideales y el compromiso revolucionario de hacer y forjar
aquí la justicia social como enseña.
Y la libertad como condición ineludible. Y todo esto cuando el Perú todavía era una colonia espoleada y transida.
3. Este
honor
Ya hombre renunció a todo cuanto había
obtenido por sus propios méritos, por la ingratitud de la mujer a quien amaba.
Todo mi afecto puse en una
ingrata,
y ella inconstante me llegó a olvidar.
Si así, si así se trata
un afecto sincero,
amor, amor, no quiero,
no quiero más amar.
Entonces se hizo campesino, labriego y chacarero.
Y finalmente optó por el sacrificio y el martirio de entregar su vida, convicto
y confeso, por la aspiración de fundar aquí una patria libre, digna y hermosa.
Y escribe en su Marcha patriótica:
Suene en fin en todas partes
con las voces y los hechos,
que no viven nuestros pechos
si no logran este honor.
4.
Perú
y
América
Fue Mariano Melgar un espíritu superior y
un ser generoso.
Quien unía a su emoción de amante
apasionado, la de ser un intelectual esclarecido y ciudadano consecuente y leal
con el suelo que lo vio nacer.
Queriendo liberarlo de las cadenas de la
dependencia y el coloniaje foráneo y explotador que diezmaban sus riquezas y
oprimían y abusaban de su gente.
Y quien por todo esto al ser hecho
prisionero fue fusilado el 12 de marzo del año 1815 en el campo de batalla de
Humachiri, campiña cercana a la ciudad de Arequipa.
Y esto ocurrió cuando frisaba de manera estremecida
los 24 años de edad, luchando por la emancipación del Perú
y América.
5. De
llanto
el
semblante
Fue días antes de esa circunstancia que
escribió:
Ya llegó el instante fiero
Silvia, de mi despedida,
pues ya anuncia mi partida
con estrépito el cañón.
A darte el adiós postrero
llega ya tu tierno amante,
lleno de llanto el semblante
y de angustia el corazón.
Donde se patentiza la gravedad de la decisión
asumida; la inmensa desolación, la congoja y agonía, pero al mismo tiempo la
voluntad e inquebrantable ante la determinación tomada.
Umachiri. Estatua de Mariano Melgar
6. Si te
acordarás
de mí
Para proseguir diciendo:
Llega tu objeto divino
tiéndeme tus brazos bellos,
a ver si logro que en ellos
dulce acogida me des.
No conseguirá el destino
el golpe que quieres darme
porque antes de separarme
me verá muerto a tus pies.
Llamaré instante de gloria
a aquel en que vi tus gracias
y origen de mis desgracias
a aquel que las perdí.
Donde el conflicto es, ante la inminencia del peligro, un dilema de amor. Donde es tan importante lo que se pretende alcanzar como lo que se deja.
7. Trovador
y héroe
Y el consuelo de que se muere con el alivio
de al verla haber saboreado la gloria de haber encontrado al ser amado y
adorable en esta vida. Para culminar diciendo:
Mil veces esta memoria
harás que el dolor me acabe
y tú entre tanto quién sabe
si te acordarás de mí.
Al salir el sol brillante,
al poner sus luces bellas
al nacer lunas y estrellas
estaré pensando en ti.
Y así concluye. Y tal cual lo expresa en el
poema se cumplió.
Fue fusilado al amanecer y no cabe duda de
que la imagen en su mente, y la emoción en su corazón al momento de morir, fue la
de Silvia y la de su patria irredenta.
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