Quisiera repetir, en directa referencia a Ernesto Ráez
Mendiola, aquellas palabras que Edmundo Valadez consigna en su "Libro de
la Verdad", cuando expresa conmovido:
"Usted
es el que todo lo sabe, todo lo ve, todo lo dice. Usted ha visto a Dios crear
el mundo y crear al Hombre. Y al Hombre hacer su primera fogata, su primera
ciudad, su primera guerra. Usted ha conocido a los profetas, ha visto nacer y
morir a reyes y campesinos, a los mártires y a los traidores.
Usted
ha visto y ha contado cuanto ha sucedido en la realidad y en los sueños de los
hombres. Usted es ese personaje sin nombre que aparece en la primera página de
todos los cuentos, en aquellos que empiezan diciendo: había una vez..."
Y es que con Ernesto sentimos como algo verdadero el
que somos los hombres signos de lenguaje suspendidos en el cielo azul de las
palabras. No un punto fijo ni inmóvil sino lanzas, azagayas y bólidos de fuego. No sé si gloriosos o minúsculos; pero
eso: sí arrojados con fuerza hacia un punto invisible, indescifrable e
insospechado del cosmos.
Ernesto Ráez, niño
2. Tenues
y aciagas
De mi parte, considero a Ernesto un vidente, un
creador de mundos y aquel que ve en lo intrincado de las sombras, como
frecuentemente es que ofrece sus claves fundamentales el destino.
Quien se interna insomne en las noches tenebrosas para
desentrañarle hebras de luz, o temblorosos arco iris, o cometas encendidos e
incendiados.
Nítidos y difusos plumajes de aves prodigiosas
arrancadas a las tinieblas.
Considero a Ernesto un mensajero. O que a través suyo
habla la fuerza misteriosa de la vida, en palabras que definitivamente son
puertas de luz a lo nuevo que antes era ignoto.
Un taumaturgo que consuela, que protege, que sana las
heridas mortales del alma. Quien trae quizá no paz o sosiego sino coraje al
espíritu.
Un sacerdote en comunión y armonía con lo sagrado,
prueba que se enfrenta a fuerzas inquietantes y turbulentas, arremolinadas y
voraces, tenues y aciagas, que él mismo levanta y con frecuencia sepulta.
Y me parece bien que le rindamos este homenaje
estremecido, en el cual tenemos la oportunidad para expresarle estas emociones
primigenias. Mucho más allá de cualquier cálculo y consideraciones terrenas.
Ernesto Ráez
3. Conmoción
de un encuentro
Ernesto Ráez Mendiola es en ese contexto que postula
la aventura de ser, no como un recinto, sino corno un tránsito, un río o un
camino que se transforma a cada instante, que es el puente del lenguaje como
aventura, conmoción y crisis.
Allí está la línea de partida y el punto de llegada,
la cuna y la sepultura. Es esa instancia vibrante en el aire, que puede ser un
grito o la flecha de la cual hablábamos antes, disparada hacia el horizonte
infinito.
Y disparada para propiciar encuentros. Porque a
Ernesto le conmueven los encuentros. Cree que son, junto con la expresión, lo
más importante en nuestras vidas. Encuentro con el mundo, de unos padres con
sus hijos, de hermanos con hermanos; de amigos y de militantes de una causa
sublime.
Y también, en este contexto, la presencia del amor que
no es sino la conmoción de un encuentro, que es
aquello que define nuestras vidas. Hechos que resumen y significan todo lo que
hay de pleno y absoluto, dentro y alrededor nuestro.
Con Ernesto Ráez en Capulí, Vallejo y su Tierra
4. Aquella
fuente
Y es por eso que Ernesto ideó y estructuró el
"Método de comunicación sensible", que lo ha sustentado y puesto en
operación en diversos foros y países del mundo.
Y que consiste en el reconocimiento y en la práctica,
en los contactos y enlaces que se establecen en los siguientes ámbitos o
espacios:
1. El yo corporal
2. El yo y el otro
3. El yo ecológico
4. El yo histórico
5. El yo social, y
6. El yo
cósmico
Este último como la gran energía universal que nos
unifica. Todos ellos integrados y en intercambio permanente hacen la
"comunicación sensible", que es su postulado filosófico, doctrinal y
vital.
Incluso, si pensarnos en lo que es la educación nos
complacería imaginarla enrumbada a aquella fuente que
hace del hablar y de la expresión verbal un hecho portentoso.
Tanto así que ello se vuelve un hechizo, una
realización cabal y un monumento, cuál es la maravilla de transmitir un
mensaje, trasvasando el mundo interior y erigiendo una elaboración mental nueva
y auténtica.
Con Ernesto Ráez en Capulí, Vallejo y su Tierra
5. Desfile
en el coro
Y siendo así la vida de Ernesto es un arco tensado que
va desde la calle de Los Barraganes donde nació y se crio, situada en las
orillas del Rímac despiadado.
Pasa por su elección como Coordinador para América
Latina y el Caribe de la Asociación Internacional de Drama, Teatro y Educación.
Y a su unánime reelección en Brisbanc-Australia en el año 1995.
Que tramonta y va desde su desfile en el coro de
mendigos del Gran Teatro del Mundo del año 1963.
Para después protagonizar a Marat, en el célebre
montaje de Sergio Arrau en el año 1968, en donde poco falta para que los
personajes explosionen.
O que va, desde sus clases a sus compañeros en la
Escuela 431, y después en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe, al
otorgamiento del trofeo "Ciudad de Lima" como Maestro del Teatro
Peruano, en marzo del año 2000.
Con Ernesto Ráez en Capulí, Vallejo y su Tierra
6. Fuego
que incendie
Y que va la flecha de su trascendencia hacia el
momento en que expone sus ideas, especialmente invitado en Australia, donde hay
100 delegaciones de países y culturas diferentes, con lenguas desconocidas y
que han viajado de uno a otro continente, solo con el fin de escucharlo como a
uno de los grandes maestros contemporáneos.
Lo extraordinario es que todos se sienten tocados,
impactados y hechizados por sus planteamientos; pero, es más: convencidos de la
práctica y operatividad de su curso. Y, sobre todo, halagados de tener un
magnífico descubrimiento entre sus manos que abarca: doctrina, movimiento o
escuela de pensamiento y de acción que Ernesto denomina conforme ya anotamos:
"comunicación sensible".
Y que ahora es conocida en Venezuela, Cuba, España,
Francia, Holanda, Inglaterra, Kenya como un aporte del Perú para el mundo.
Para exponerla tiene una voz de trueno, con la cual
despierta a la gente que se ha dormido y que se despabila cuando él abre los
brazos, gesticula, hace aspavientos y convoca a los númenes y a los elementos
terrestres y celestes, pidiéndole al fuego que incendie, a las fieras que
ataquen, a las cárceles que se abran, y a los lenguajes para que se descubran.
Con Ernesto Ráez en Capulí, Vallejo y su Tierra
7. La suma
de todo
En la conferencia que dio Jean Lebouch en Lima,
Ernesto corrigió hasta la saciedad a la traductora en aspectos esenciales,
siguiendo desde el fondo la trascripción que hacía aquella profesional
contratada por su excelencia, pero que era incapaz de saber tanto dicho idioma
como lo sabe Ernesto.
Expresa: Dos siniestros enmarcan mis recuerdos: el
terremoto del 40, que derrumbó la casa vecina de la mía y en cuyos escombros
crecí jugando. Y que un día vi desaparecer totalmente para dar espacio a la
salida del Puente Santa Rosa. Y el otro es el incendio del Teatro Municipal,
emblemático espacio donde presentamos "Marat Sade” de Peter Weiss, con el
grupo Histrión, teatro de arte, también desaparecido.
Todo se me va haciendo historia y ocupan día a día más
mi memoria los personajes del recuerdo. Pero, destino no es final, destino es
el camino, es la suma de todo lo vivido. Aun me resta este presente intenso,
que la vida es, como tramo esencial donde vengo ahondando esta aventura de ser
para y con los demás.
No esperemos que los hombres legendarios vistan
ropajes sobrehumanos. ¡Ellos son comunes y corrientes!, pero en quienes
restalla hacia adentro la llama y el soplo del milagro. Llama en la cual muchas
veces ellos mismos arden, se inflaman y se inmolan.
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí:
capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
393-5196 / 99773-9575
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario