sábado, 20 de marzo de 2021

19 de marzo. Nace Túpac Amaru en Arco Punco, en Surimana, Cusco. / Túpac Amaru y la utopía andina.


19 DE MARZO
NACE TÚPAC AMARU
EN ARCO PUNCO, EN SURIMANA, CUSCO

TÚPAC AMARU
Y LA UTOPÍA
ANDINA

Danilo Sánchez Lihón



Túpac Amaru


1. Herencia
incaica

José Gabriel Condorcanqui, o Túpac Amaru, nace el 19 de marzo del año 1738 en el barrio de Arco Punco en Surimana, poblado perteneciente a la provincia de Canas al sur del departamento del Cusco.

Descendía en línea directa de doña Juana Pilcohuaco, hija del Inca Túpac Amaru I, quien a su vez fuera hijo de Manco Inca y nieto de Huayna Cápac, quien fuera ajusticiado por el Virrey Toledo en 1572 en la Plaza de Armas del Cusco.

José Gabriel era el segundo hijo de don Miguel Condorcanqui, gobernador de Surimana y de doña Rosa Noguera; quien desde los tres años fue huérfano de madre, pues ella murió en 1741 a la edad de 30 años, y su padre contrajo nuevas nupcias, criándose desde entonces bajo la tutela de algunos tíos.

En 1750 muere su padre, cuando él tenía 12 años, como también muere su hermano mayor, quedando él como el heredero del cacicazgo y cabeza principal del linaje que le correspondía como patrimonio, en donde Túpac Amaru es el apellido de su estirpe y linaje, y que significa: “serpiente que resplandece”.

 

Casa donde nació Túpac Amaru en Surimana


2. Condición

del hombre

 

Reivindicaba Túpac Amaru en todo momento su ascendencia de Inca, siendo respetuoso y devoto de su herencia cívica y su veneración por el imperio incaico, de allí que cuidaba su prestancia y majestad; y se consideraba aludido en todo reclamo y en toda situación que requiriera la defensa de los derechos conculcados a la población indígena, para después encarnar la representación de su pueblo y la razón de su lucha de justicia social para sus hermanos de raza.

Y es esto lo que conmueve en el movimiento de reivindicación que él encabezara con total y plena raigambre e inspiración, consciente de la legitimidad que le inviste. Para entroncarse con el pasado milenario de su ancestro, gestionando primero para detener y poner fin a los delitos de lesa humanidad que se cometían; liderando luego una rebelión, legitimada en la autoridad de Inca que él tenía su conductor, insurrección que fuera gestada desde abajo y desde el fondo del dolor y del padecimiento más acerbos que esta vez así se expresara.

De allí que este movimiento siga concitando tanta adhesión, hecho que también se debe a su vínculo con lo popular, a su cohesión con lo indígena y a su carácter rural, realidades que nunca dejarán de existir. Incluso de su carácter campesino que permanecerá siempre sobre la faz de la tierra, porque no imaginamos el trigo, la papa y el maíz cultivado en probetas ni por robots, ni en las ciudades. Porque en todo ello la esencia en realidad no es la función misma sino la condición telúrica inherente al hombre, a su esencia y al fondo maternal y de matriz que nos conforma.

 

Monumento a Túpac amaru en la plaza de Surimana


3. Hermanos

nuestros

 

De allí que la adhesión a la gesta de Túpac Amaru sea a ciegas, con fe absoluta e inquebrantable en su signo y su reclamo. Porque siempre estará presente en el alma humana y por órdenes vitales el anhelo de un mundo justo para todos. Donde la salud no tenga precio, las mujeres no tengan que venderse y los niños no tengan que delinquir para proveerse de su sustento. Donde los ancianos no se vean privados de un lugar donde vivir y dormir apacibles.

En todo ello tomando como referente al mundo andino, en donde existió protección para todos, donde no había ni una sola persona abandonada en la calle ni a su suerte. Donde se hizo una razón de estado los principios de la solidaridad y la fraternidad humana universales, y que constituye nuestra herencia inapreciable y de gloria en nuestras manos.

De allí que cada día nos convenzamos más del privilegio y la responsabilidad de haber nacido en un país como es el Perú. En donde nos emociona que haya habido, siga habiendo y se levanten indestructibles más hombres y mujeres valerosos, consecuentes y auténticos, como lo fueron y lo son Túpac Amaru y Micaela Bastidas que nos inspiran a ti, a mí y a tantos hermanos nuestros que aquí nacimos. 

 


Micaela Bastidas, su esposa


4. Querer

y amar

 

Lo que explica la motivación de Túpac Amaru y Micaela Bastidas para iniciar y emprender su gesta libertaria es la cultura andina de la cual él es el depositario y trasmisor. Distinta a la europea u occidental trasplantada. Mundo aquel en donde no había puertas en las edificaciones. ¡Había entradas y salidas, eso sí! Lugares por donde entrar y salir, pero no atajos, trancas ni topes.

Porque si no: ¿dónde se ha encontrado algún vestigio de alguna puerta que cerrara, tapara o impidiera el paso hacia algo? O, ¿dónde se puede observar incisiones en las piedras de entrada en donde se dijera: estos son los apoyos de los goznes o bisagras donde se colocaron las puertas que se abrían y cerraban? No hay, porque este es un mundo franco, abierto y solidario.

Había entradas sí. Las mismas que eran trapezoidales, en cuyo marco se ponían las mejores piedras por su textura, coloración, y por el espíritu generoso que animaba todo. La entrada era lo más hermoso de toda la construcción. Porque todo aquí antes de la llegada de los europeos era un mundo piadoso, porque se reconocía y comprendía que la vida se había hecho para querernos, respetarnos y amarnos. Y todo ello fue lo que inspiró a la gran gesta de reivindicación del mundo perdido.

 

Ejecución de Túpac Amaru y Micaela Bastidas


5. Influyó

sabiamente en él

 

No lo inspiró nada que fuera ajeno ni externo, sino propio y genuino. Pero, ¿en dónde podemos encontrar la fuente para sus propuestas visionarias tan coherentes con nuestra realidad?

El ideólogo inspirador de esta rebelión fue un hombre nacido doscientos años antes de que se desencadenara esta conmoción y vorágine. Mestizo por ser hijo de una ñusta incaica y de un capitán español, quien escuchó en sus “niñeces” el relato oral de boca de sus tíos maternos acerca de la grandeza del imperio incaico.

Él fue el Inca Garcilaso de la Vega, principalmente con su obra los Comentarios Reales de los Incas. Este nexo es fundamental para situar y valorar en su justa dimensión a las ideas como germen y a las emociones auténticas como claves, a fin de cultivar un acercamiento pleno y total hacia aquellas nociones, y para que se entienda que ni son inocuas ni son ajenas, ni son gratuitas.

Así, el punto de la mayor significación de aquel suceso es la estrecha ligazón que tuvo este levantamiento con los Comentarios Reales de los Incas, obra de la cual Túpac Amaru fue asiduo y ferviente lector, y que influyó sabiamente en él y en su movimiento emancipador.

 


Retrato del Inca Garcilaso de la Vega


6. Por villas,

aldeas y bohíos

 

Vale reiterar en todo esto que se olvida frecuentemente recalcar que Túpac Amaru fue un hombre cultivado en letras y ciencias. Y un gran lector, constante y consumado.

Y todos sus biógrafos destacan cómo él fue influenciado por aquel libro apasionado de los Comentarios reales de los Inca, del a su vez Inca Garcilaso de la Vega, de quien fue continuo, aplicado y persistente lector.

Por eso, ejecutado el caudillo y toda su familia, la corona española prohibió la circulación y lectura de dicha obra, porque en los fundamentos de tal medida se expresa de manera subrayada que:

“excitaba la conciencia de nacionalidad”

Y es que Túpac Amaru era indio culto, instruido y consciente, quien siempre asistía a los debates de ideas que se presentaban en los claustros académicos ya sea estando en Lima o en el Cusco adonde arribaba en su tarea de arrieraje pasando por villas, aldeas y bohíos.

Fue incluso quien le enseñó a leer a su esposa, Micaela Bastidas, en una época en que estaba prohibido y era penado que una mujer aprendiese a leer.

 

Con insignias de su realeza incaica


7. Unidos

en esta gesta

 

La gesta de Túpac Amaru inspirada por el Inca Garcilaso de la Vega y sustentada en el anhelo legítimo de abolir los males del mundo es un arco de unión entre la visión y la acción.

Es comprobar y asumir que en la cultura hay vínculo y fusión de espacios y de tiempos.

Que hay complementación de aportes, algunos pulsando la pluma y otros empuñando la espada.

El Inca Garcilaso de la Vega y Túpac Amaru se unen así abarcando incluso los opuestos y contrarios en un ejemplo de integración y continuidad de visión, ejecución y consumación.

Donde una es la idea y otra es la praxis. Donde coexisten la poesía y los sueños, junto con el clarín, la brega y el agitarse del pulso en la batalla.

Ambos inspirados en función de los valores ineludibles que nunca debemos claudicar en defender. Ellos dos unidos en esta gesta que al decir de don Jorge Basadre:

"hicieron de la negación y el fracaso, la escuela del triunfo".

Y la redención del hombre sobre la faz de la tierra.

 

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