Poesía es imagen. Es el
espejo, escindido el cuerpo. Es el reverso de lo que se muestra.
Es lo de atrás, y al fondo,
fuera y lejos del marco. Es la luna en medio del desierto y la nieve.
Y lo que aquí se queda, sin
capacidad de reflejo, de lo que no puede cruzar porque está debajo del puente.
Ni pasar la raya, ni saltar
la valla, ni saltar al otro lado; ni recorrer una órbita, pero sí circular en
la sangre.
Es contemplación, actitud
absorta. Pálpito que traspasa muros de concreto armado.
Es la mirada en su capacidad
de estupor y asombro. Porque en la mirada está el grito y el quedarse mudos.
Es callar. Es la atracción y
la entrega. Poesía es estar en compañía y sentirse solos.
2. ¿O no
estás aquí?
Es una pupila detenida. Es
frontera. Tierra límite. Confín, linde, abismo.
Es nervio. Luz entre el mundo
de adentro y el umbral de afuera.
Es el filo del ojo que une el
día que te olvida y la noche que te espera. Y que de ti se acuerda.
Es vidrio que escinde, pero
también puente que tiembla. Es separación, pero también fusión.
Es el otro que ya no está, ni
espera.
Es lo que pende al borde del
balaustre bajo el cual, fluye el río insondable.
Es fruto y nada.
Es secreto que se guarda y
clarín que resuena.
– ¡Pero habla! ¿Acaso, no
eres tú? ¿Acaso, no soy yo? ¿Acaso, no sé quién eres? ¡Pero, habla! ¿O no estás
aquí?
3. Es cuando
el sol se apaga
Es mirar por la noche las
ciudades dormidas y en la lejanía. Y el ómnibus que corre en dirección al mar,
o hacia otra galaxia, con las luces apagadas.
Es aferrarme al amuleto que
me diste y que encuentro en el bolsillo de mi pecho.
Es sentir como nunca que la
pista no tiene huecos ni un grumo de polvo que haga que el vidrio de la ventana
tiemble. Es pensar que de repente ya hemos muerto.
Es donde la oscuridad azota y
la luz ni relumbra ni fulgura. Es colocar piedra sobre piedra en su lugar
exacto como lo están en una tumba.
Es la huella de tus pies
mojados saliendo de la ducha. Son puntos de nuestra vida que ya jamás se
olvidan.
Son brazas bajo la ceniza.
Alaridos de quien cae en un abismo.
Es comprobar que todos están
dormidos y tú despierto. Es palparte a ti, niña mía, muy dentro de mi pecho.
4. Mi corazón
que te clama
Poesía es mucho más que una
ciudad y sus millones de pasos. Sucede cuando dos se vuelven uno solo.
Es la pieza maestra. Es el punto
de apoyo. Es la muesca para no caer al vacío.
Es el signo en el agua, la
voz de la piedra, la señal que dejamos en el muro. Es el adobe fundamental, la
unión perfecta para que la estructura de la casa encaje.
Es la estría del ala para que
el ave vuele. Es la cuaderna precisa para que la nave resista y avance en su
proa.
Es abrir las alas rumbo hacia
la utopía que es el norte adonde se te ha dicho que conduzcas a los tuyos.
Es la ranura en la puerta, es
donde se sostiene el trono. Es esta copa llena de lágrimas, y mi corazón que te
clama.
Es sentir cada día que te
quiero mucho más todavía.
5. Silencio
al otro lado de la puerta
Es el sentido inverso, la
bajada y la cuesta.
Es el seno opuesto y convexo.
El filo de la espada que
hiere al revés.
Es el señor de enfrente, el
enemigo de mí y de ti que tenemos dentro.
Es palmada sobre el hombro.
El mirar y no regresar.
El sentir profundamente el
universo que termina y la incertidumbre que comienza.
Es sintonizar con un color,
una nota, un sabor que fue y no fue.
Es conmoverse, mirar por la
ventana.
Son voces que nacen del
silencio y estallan cuando el sol se apaga.
6. Soplo
antiguo
Poesía es el sentido oculto,
lo terso afuera y lo intrincado adentro.
Son preguntas sin respuestas.
El destello de algo profundo
que perdemos en los pasillos de nuestras infidencias.
Es lo que vaga y lo que se
queda inmóvil.
Y brota porque sí, a la
deriva; es su destino.
Está en todo. Aquí, allá;
afuera, adentro, arriba, al pie.
Es rito, celebración y
fiesta.
La poesía es camino al ser,
es consustancial al hombre; es raro hacerla evidente, es extraño encarnarla,
asumirla y hacerla destino.
Es conciencia que vela y se
crispa. Y es sangre que se derrama y en la tierra se acuesta.
7. Es voz
que calla
Poesía son las cosas como tú
las dices y como yo las sueño.
Voz que calla.
SINCERAMENTE: creo que un
poema no son meras palabras,
sino actos,
adoraciones, inclinaciones
profundas ante algo o alguien.
Por ejemplo, yo ahora con
estas frases me acerco a ti de puntillas, me arrodillo
y te beso
humildemente, calladamente,
como se puede rendir culto a algo muy sagrado,
diciéndote sin pronunciar
nada, que ¡te amo para siempre!
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