Porque en ellas no había, de manera extensiva,
establecimientos públicos como los que ahora llamamos escuelas o colegios.
Tampoco en ellas había una profesión remunerada como ahora la hay, que contamos
con el concurso de maestros, profesores y pedagogos.
No había tampoco universidades, ni
postgrados, ni doctorados. Sin embargo esas civilizaciones dieron muestras de
magnificencia en las artes, las ciencias, las humanidades; en el desarrollo
social y en su función impulsora de grandes adelantos para el hombre.
Pese a ello, se educaban muy bien, y lo
hacían en referencia a la vida aunque creando para ello modelos míticos. Se
educaban en base a leyendas, fábulas y relatos. No habían oficinas y locales
escolares, pero lo infaltable en ellas eran los cuentos.
2.
Para
eso
En la Plaza del Cusco las grandes
celebraciones se iniciaba con la presencias de amautas y quipucamayoc que en
las cuatro esquinas de aquel espacio ritual desde el amanecer hacían el relato
de los antepasados.
En la cultura occidental las series más
antiguas de narraciones se encuentran reunidas bajo la denominación del
Pandchatandra, y otra colección de textos que es el Hitopadesha,
correspondientes al siglo VI Antes de Cristo y pertenecientes a la cultura
hindú.
Estas dos colecciones cuya recopilación es
atribuida a Vixnuzarman, fueron consideradas dentro de los libros llamados
nitrizastra, que provienen de las etimologías: nitri, igual conducta, y zastra,
igual a instrumento de aprendizaje, hecho que nos muestra cómo dichos pueblos
reconocían que estos eran medios para formar el alma de su gente.
Para eso se reunían hombres, mujeres y
niños en torno a la hoguera, alrededor del fogón hogareño o bajo el árbol de
las pláticas, para narrar y escuchar cuentos, que era y es la institución
educativa por antonomasia, la más antigua, eficaz y legendaria, al punto que
hasta las diversas concepciones religiosas y de pensamiento adoptaron esta
forma de educar a la persona humana y a la comunidad en general, narrando
cuentos.
3.
Lo vasto
y
abierto
Platón, por ejemplo, en su tratado de La
República recomienda que incluso la formación de los soldados o de la milicia,
fuera mediante el relato de cuentos.
Y Jesús prefirió o eligió las parábolas,
que no son otra cosa que cuentos, para instruirnos en algo tan complejo, sutil
y hasta insondable como es la vida trascendente o el universo de la divinidad
inescrutable.
Hizo
de ese modo que una religión profundamente metafísica y compleja, con elementos
absolutamente nuevos, se presente como un pensamiento comprensible y
trasparente mediante el artificio del cuento que logró transformar al hombre, a
la sociedad y al mundo.
Siendo así, los cuentos tradicionalmente han
sido un vehículo para educar, para formar a los individuos, para enseñarles las
costumbres, la moral y la cultura correspondiente a un pueblo o a una sociedad,
pero sin caer en la trampa de lo mecánico y tubular, sino de lo vasto y abierto
como son los verdaderos cuentos.
4.
Siendo
así
El recurso educativo del cuento era pues apelado
de manera común, corriente y cotidiana y hoy es así en grupos y colectividades
que conservan más o menos aún vigentes sus tradiciones.
Recordemos cómo la comunidad de Raymi,
acerca de cuya epopeya nos narra Ciro Alegría en su novela El Mundo es Ancho y
Ajeno, se nutre de los cuentos populares, que además de enseñar prácticas
contienen pensamientos raigales acerca del destino humano y de la vida.
Pero además, y esto es especialmente
importante, el cuento por el hecho de ser el adulto quien interviene en su
transmisión y recreación, y quien tiene a su cargo la selección y el comentario
posterior, no se desliga de su influjo.
Siendo así es un instrumento de
autoeducación eficaz y permanente para el propio trasmisor, puesto que al
dialogar y reflexionar junto con los niños en particular, recibe tanto o más
que el impacto de su mensaje y de las ideas principales y colaterales que el
cuento propicie o sugiera al público o a la audiencia que escucha.
5.
Para
el
siempre
Siendo así, el cuento no sólo desarrolla el
afecto y la capacidad socio-emocional del niño, como se dice en algunos
manuales de los más progresistas que hay en la educación, sino que los forman
la personalidad integral del niño, del joven, del adulto y de la persona humana
en general.
Son los relatos, historias, anécdotas o
apólogos que los padres y maestros narran, y para lo cual se remiten a su
experiencia individual y colectiva, los elementos que más forman nuestro
carácter, nuestra personalidad e influyen en nuestra vida, haciéndolo de manera
natural y, por eso, profunda, impactante y conmovedora.
Por ser así, dejemos tantas lecciones
insulsas, por ser meramente instructivas, y eduquemos con algo más firme y
raigal, en donde se movilicen las sensaciones, los sentidos, las emociones, la
fantasía y creatividad, como también la inteligencia y racionalidad.
Eduquemos no sólo para el hoy sino para el
siempre, para lo cual son válidos los cuentos y los relatos que felizmente
conforman todavía el acervo y el caudal de las literaturas nacionales y del
arte en estado primigenio y natural.
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
393-5196 / 99773-9575
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario