Y fue gracias a los aportes de
Claudio Shanon, quien elaboró una teoría matemática de la información aplicable
a las comunicaciones telefónicas, y Norbert Wiener, quien continuó una antigua
tradición de intentar construir una máquina pensante, problema que dilucida en
su libro Cibernética
y Sociedad, aporte fundamental para el
despegue de las tecnologías computarizadas.
De allí que pareciera que el
tema de la información fuera un asunto de la modernidad, cuando lo cierto es
que siempre hubo información. Y, es más: todo es información, la misma que es
indesligable al estado y funcionamiento de cualquier materia o realidad animada
o inanimada, móvil o estática, viva o inerte.
2. Elemento
vital
Así, la gota de agua o el
grumo de arena o el corpúsculo de luz, tienen y necesitan información en su
ámbito interno y también externamente para interactuar con otros elementos.
Y pese a ello, recién desde
mitad del siglo XX se habla de manera regular y sistemática de la información,
lo cual no significa que antes no existiera.
Y es que vivimos y nos asedian
paradojas, pudiendo comparar esta situación a la del pez, quien lo último que
descubriría es el agua, porque ella lo envuelve y lo rodea, y no es posible que
la vislumbre, salvo saliendo a superficie.
O quizá sea peor: boqueando
porque le hace falta, ya que estando sumergido será difícil para él captarla y
delinearla delante de sus ojos.
Todo ello por habitar en el
fondo de ella y ser consustancial a su naturaleza. De allí que es posible que
no se dé cuenta que vive inmerso en aquel elemento vital.
3. El
destino
de los
pueblos
¿De qué se trata en este caso?
Se trata de la información científica y especializada en los diferentes campos
del saber y cómo ella hacerla disponible para nuestro desarrollo.
Se trata de cómo la
información científica y técnica que se forjó con generosidad y altruismo,
dedicándole bienes y hasta sacrificando la vida, ahora se ha montado sobre ella
un aparato empresarial que ha tendido sus tentáculos para enajenarla con todos
los artificios de la legalidad.
Se trata de cómo la
información científica indispensable y fundamental para la vida ha caído
atrapada en el mundo de la compraventa que corrompe en donde son favorecidos
los ricos y tienden sus garras y garfios las mafias.
Se trata de que ella no sea ni
una condena ni una maldición, que no sea ni egoísmo ni desinformación, que no
pierda el rumbo y regrese al ámbito abierto, altruista y filantrópico que
siempre tuvo en foros, academias y universidades donde al mismo tiempo que la
investigación se debaten ideas y el destino de los
pueblos.
4. Los
seres
humanos
Sin embargo, se cierne y hay
una grave encrucijada a la cual hemos sido arrojados respecto a la información.
Y ello debido a estar
regimentada por las limitaciones, y hasta aberraciones, de la racionalidad
occidental.
Y, ¿Cuál es ella? La que
convierte todo en una dicotomía de verdad y mentira, de certeza y falsedad.
Esta polarización de los
factores ha devenido en que la información sea introducida en una trampa que
deforma y empobrece todo.
Al tener que optar por uno
solo de los elementos: sí o no, tratando de eliminarse todo lo que dicha lógica
no comprende.
Es más: descalificando todo lo
que considera oscuro e incógnito. Y en ese ámbito estamos nosotros, los seres humanos.
5. De este
y el otro lado
El efecto inevitable de esta
postura es que erige casi siempre una verdad canóniga, aquella de propiedad de
quien tiene medios para imponerla porque es favorable a sus intereses.
Y en base a ella se validan
categorías de pensamiento, vinculados al mucho o poco poder que se tenga.
Y se oficializa una estructura
de dominación y una cadena sucesiva y jerarquizada de órdenes académicas y
administrativas.
A lo anterior se agrega un
esquema de obligada y forzada eficacia de producción y rentabilidad,
convirtiendo el mundo y la vida en una red febril.
A consecuencia de ello hemos
convertido al mundo en una fábrica de explotación de recursos materiales y
humanos, como de transacciones y establecimientos para lo cual sirve esta nefasta
orientación del conocimiento científico y la aparente sabiduría de este y el otro lado del orbe.
6. Magma
hirviente
De aquella estructura se
contamina también, lamentablemente, la educación, negándose a reconocer y dar
valor a muchos contenidos y factores que constituyen realidades complejas.
Y que tienen su propia riqueza
y singularidad. Así: el mundo de los sentimientos, de las emociones, de las
creencias, de las ilusiones, de las fantasías, que forman una textura tupida y
sensible, túrbida y esperanzada amenazante y jubilosa.
Y sucede así porque los seres
humanos han puesto allí lo mejor y peor de sí mismos, sus miedos como sus
anhelos de salvación, lo cual constituye también a su modo conocimiento e
información.
Es el vasto y profundo mundo
de la subjetividad y la magia que se hace presente, como un magma hirviente que
es donde se generan muchas nuevas intuiciones renovadoras en el hombre,
sepultando realidades aparentemente sacrosantas.
7. En nuestro
mundo.
Es todo esto la materia sobre
la cual se erigen las nuevas visiones necesarias para cambiar el mundo.
Situados en el vértice de
cambio de época, y hasta de era; en el detonador del desastre que ha causado la
pandemia del COVID 19, tenemos que optar por cambiar de paradigmas para que
toda esta catástrofe no sea en vano, ni sirva para empeorar el mundo, para
anunciar su fin, ni mucho menos para declarar la guerra, sino para cambiarlo
todo de a verdad.
Porque corresponde forjar un
nuevo hombre y un nuevo universo entre nosotros, acorde con la cultura andina
ancestral, con el Perú milenario, el Perú glorioso de nuestros antepasados.
Acorde con los sentimientos
más legítimos y las aspiraciones más sentidas de nuestro pueblo, con los
ideales de justicia, solidaridad y fraternidad, de los cuales no podemos olvidarnos porque no están cumplidos aún en nuestro mundo.
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