Esta fecha ahora se ha
instituido en todo el mundo y en honor suyo como el Día Internacional del Libro
Infantil y Juvenil.
Cuando nació su madre al verlo
dio un grito de susto y pavor, pues la apariencia de la criatura era feúcha,
como la de una ranita; deforme, desmadejada y, además, exánime.
Casi yerto y sin vida, de una
palidez amarillenta, sin respiración ostensible, solo tenía como signo de vitalidad
cierta aura en torno a su rostro y en su frente
Cuando lo llevó a la adivina
para que le predijera qué iba a ser de la vida de ese ser enclenque y magro, la
hechicera dio otro grito, más fuerte todavía, por el asombro que le produjo lo
que pudo ver en su bola de cristal.
Casa de Andersen en Odense
2. Dinamarca
se ilumina
¿Qué avizoró en su esfera la
alelada pitonisa? Contempló lo que nunca había visto en su oficio de vaticinar
el porvenir de la gente común y corriente que tenía en su delante cuando acudía
a consultarle.
– ¿Qué ocurre? –Preguntó la
madre, oprimida por la angustia y la ansiedad, pensando que la muerte era
inminente y tocaría muy pronto a su puerta para llevarse a su endeble hijo, al
cual toda madre se aferra pese a ser canijo y deslucido, como en verdad hacen
todos los seres que nos conciben y dan a luz.
– Hecho de ver, –dijo la
adivina estupefacta de lo que veía ella misma–, que de aquí a 100, a 200 años y
a más de mil años toda Dinamarca se enciende de luces celebrando el nacimiento de
este niño.
en la mano
A la madre, después del susto,
esta revelación o advertencia le produjo primero un alarido mucho más fuerte
que el de la adivina. Y no porque creyera lo que decía sino porque el mundo,
desde que naciera ese niño, parecía para ella que había enloquecido.
Aullido que fue seguido de un
ataque de risa que no paró ni siquiera cuando llegó a su casa. E incluso siguió
riéndose mucho tiempo después, porque creyó que la vidente se había desquiciado.
Así nació y así fueron los
primeros días de vida de este ser transido, tembloroso y genial; lleno de
dudas, cavilaciones y desasosiegos, profundamente perceptible y blanco de los
mensajes que se disparan desde el fondo de la existencia con agobio y con
verdad.
Quien tuvo que hacer frente al
pavor, a veces invisible y callado en que se desenvuelve el mundo sobre el cual
él escribió en sus cuentos memorables, que los hizo con el corazón en la mano,
con magia, misterio y con un atributo ya casi perdido, cuál es el candor.
Estatua de Andersen
4. Escribe
desde el dolor
Ahora, 216 años pasada esa
fecha, en todas las ciudades del mundo el 2 de abril se realizan festejos por
el nacimiento del autor de “El patito feo”, “La sirenita”, “El soldadito de
plomo”, “La Reina de las Nieves”, “La princesa y el guisante” y 162 cuentos más,
todos ellos célebres, que se han engarzado como joyas en el alma de la gente.
En América latina es probable
que esta fecha pase desapercibida, aunque Hans no solo lo parezca, sino que es
auténticamente un escritor más bien del Tercer o Cuarto Mundo por los temas que
trata y las esencias de que está imbuido.
Tanto por su actitud, por su
contenido y por su mensaje es un autor nuestro, y nos representa, debido a que
escribe desde el dolor, desde la marginalidad y hasta desde la humillación más
atroz; y en contra del orgullo, del poder y la soberbia. Es un escritor que nos
pertenece plenamente; porque escribe desde lo humano y sincero que siempre
estarán de parte nuestra.
He aquí a continuación los prologuillos
que escribí para la edición de “El patito feo”, “La sirenita” y “El traje nuevo
del emperador” de la Editorial San Marcos de Lima.
Autor de El patito feo
5. Prologuillo
a “El
patito feo”
Todos al principio
somos patitos feos. Y todos en el fondo somos cisnes. Pero tenemos que luchar
para saber quiénes somos y cuánto valemos.
Nos amenazarán
muchos peligros que hemos de saber afrontar. Recibiremos burlas, rechazos y
hasta castigos. E incluso disparos de cazadores descubiertos o furtivos.
Porque tenemos
algo diferente que nos distingue de los demás. Hagamos que esa diferencia más
bien resalte y nos enaltezca.
Y al final si es
que hemos persistido nos contemplemos hermosos en el fondo de la fuente. Como
dice en este cuento:
“El cisne esponjó
sus plumas
y levantó el
esbelto cuello”.
Entonces abriremos
las alas felices y echaremos a volar por el infinito azul del cielo
Danilo Sánchez Lihón
Autor de La sirenita
6. Prologuillo
a La sirenita
Es La sirenita de Hans Christina Andersen cuento del amor sublime,
consagrado y maravilloso, donde ella se enamora de un joven al cual salva de morir
ahogado en una borrasca.
Pero ella vive al fondo del mar, y él en la superficie de la tierra. Y
que, sin embargo, para estar junto a él renuncia a todo sin que él sepa que
ella lo ama.
Renuncia a su casa, a su familia y a vivir bajo el agua. Renuncia a su
cola de pez aceptando el dolor de mil cuchillos que va a sentir por tener dos
piernas.
Renuncia a no tener lengua, perdiendo su voz que era la más bella del
mundo. A no vivir 300 años y a morir como mueren los seres humanos.
Y el caballero al cual ella ama nunca lo sabe.
Danilo Sánchez Lihón
7. Prologuillo a El traje nuevo
del emperador
He aquí un cuento que trata de la mentira y la verdad. Donde se miente
por conveniencia, menos un niño que dice la verdad, cual es que el emperador
estaba desnudo.
Todos lo sabían, pero nadie lo quería decir. Y es que unos hombres
habían hecho creer que quienes no veían la tela del traje nuevo del emperador
no eran inteligentes ni aptos para sus cargos.
¡Entonces todos decían que sí la veían, incluso el Rey!
Es cuando leemos, niños, que volvemos a encontrar la verdad de todo, de
los hechos y la vida. Es cuando leemos cuan do volvemos a mirar de manera
cierta y cabal la realidad.
Es cuando leemos que nos quitarnos el velo del engaño que ciega y
oscurece nuestras mentes, como ocurre en este cuento de Hans Christian
Andersen. Él escuchó las tradiciones que contaba la gente y en base a ellas
escribió en historias maravillosas como esta.
Danilo Sánchez Lihón
El autor Hans
Christian Andersen de origen humilde pero muchas veces el rey de su país lo
invitó a sentarse al lado suyo, junto a su trono.
Los textos anteriores pueden ser
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