Se
refiere que el Emperador Carlos I de España y V de Alemania, quien procedía de
la Casa de los Habsburgo, nacido en el año de 1500, en Gante, en Bélgica, y
muerto en el Monasterio Jerónimo de Yuste, en Cáceres, España.
Quien
llegó a España con 17 años de edad, en 1717, sin todavía hablar bien el
castellano, ya que fue educado en la corte de Flandes. Pero quien tuvo que asumir
el trono de la corona española.
Al
hacerlo unió en su persona la Corona de Castilla y Aragón junto con la de ser Emperador
del Sacro Imperio Romano Germánico, y quien ha pasado a la historia con su
título abreviado de Carlos V.
Quien
era, desde joven, ya un políglota. A él es a quien se atribuye haber dicho esta
sentencia, que yo la escribo a mi modo, tratando de recrearla con mis propias
palabras, únicamente queriendo trasmitir el contenido de lo que fuera expresado
por dicha autoridad.
Emperador Carlos V
2. De quienes
oran a Dios
Así, al
referirse a los idiomas, expresó que:
Para hablar con
los mozos de la cuadra que alistan mi caballo y mis perros, es funcional el
idioma alemán.
Para hablar con
mis contadores y tesoreros, utilizo el inglés, que es un idioma preciso en el
cálculo y los números.
Para hablar con
los embajadores y diplomáticos me valgo del francés, una lengua amable y
cortés.
Para hablar con
las mujeres en la cama me viene bien el idioma florido y suculento de la lengua
italiana.
Para orar y
hablar con Dios, me es imprescindible el idioma castellano.
Y esto
que parece una chanza en realidad no lo es. Se lo ha podido inclusive
documentar, porque se pueden mostrar pruebas de que el idioma castellano nació
en las ermitas, en las capillas y santuarios de quienes oran a Dios.
Miguel de Cervantes
3. Balbuceo
confidencial
Esto
es, los primeros labios que se movieron articulando las sílabas, frases y
oraciones de lo que ahora denominamos el idioma castellano, fue de parte de
quienes rezan en los altares. De quienes ruegan, suplican y adoran. De quienes
invocan, imploran y se encomienda a lo supremo. Nació desde el fondo de las
plegarias que nos unen a la divinidad.
De allí
que conste el primer registro, el primer temblor o aleteo de este idioma. Son
trazos o huellas ubicadas en un libro de oraciones, con lo cual se desprende
que este idioma, que en este preciso momento 560 millones de personas lo están
hablando, primero fue el balbuceo confidencial de un monje que hablaba con Dios.
Y que
no deja de ser un milagro de la heurística el que se haya podido descubrir y localizar
este primer vestigio de la lengua española, y gracias a la labor hermenéutica
de sabios e investigadores como lo tiene España, que es una cultura admirable,
y que consta en un libro de oraciones que data del siglo X de nuestra era.
Dámaso Alonso
4. Registro
memorable
He aquí
las palabras de Dámaso Alonso, quien nos presenta esta noticia, explicándola
del siguiente modo:
...entre las glosas del monasterio
de San Millán de la Cogolla, atribuidas al siglo X, hay un trozo que se
"puede" decir casi tiene ya estructura literaria. El monje estaba
anotando un sermón de San Agustín.
En las palabras finales le ha
apretado la devoción dentro del pecho. La última frase latina (dos líneas y
media) la ha traducido íntegra. Sin duda le ha parecido seca: la ha amplificado
(hasta doce líneas cortas), añadiendo lo que le salía del alma.
He aquí este venerable trozo
(publicado por Gómez Moreno y por Menéndez Pidal), que es, por hoy, el primer
texto, no podemos decir que, de la lengua castellana, pues hay algún matiz
dialectal, pero sí el primero de lengua española.
5. Gloria
y esplendor
Y he
aquí, a continuación, el texto referido por Dámaso Alonso, tal como está
escrito en el devocionario, pero también traducido al castellano actual. Dice:
Cono ayutorio
de nuestro dueño Christo, dueño Salbatore, qual dueño yet ena honore e qual
dueño tienet ela mandacione, cono Patre, cono Spiritu Sancto, enos siéculos de
los siéculos. Fácanos Deus omnipotes tal serbicio fere que denante ela sua face
gaudiosos seyamus. Amen.
Esto es
que, traducido al castellano de hoy, sería lo mismo que:
Con la ayuda de
nuestro Señor don Cristo, don Salvador, señor que está en el honor y señor que
tiene el mando con el Padre, con el Espíritu Santo, en los siglos de los
siglos. Háganos Dios omnipotente hacer tal servicio que delante de su faz
gozosos seamos. Amén.
Este es
el primer vagido de la lengua castellana, felizmente escrito en un libro del
ámbito místico, de devoción y espiritualidad, vinculado a la fe.
6. El lenguaje
son actos
Y que
es desde donde nace el gran caudal, el río, mar u océano de la lengua de
Castilla, aquella en la cual ahora depositamos tanto sentimiento, emoción, asombro,
como justificada esperanza.
Lengua
poética, sabia y galana. Natural como el susurro del viento. Lengua primorosa,
que se nutre del silencio en sus intersticios, lengua amable, gentil hecha para
la cordialidad.
Con la
cual oro enternecido. Y me duermo con ella y aparece en mis sueños como si
brotara de la tierra misma, del fondo pasmado de lo que somos, que no es que me
pertenezca sino a Dios que de ese modo se hace presente en mi vida.
Esa es
la razón por la cual sorprenda tan buenamente escucharla en cualquier lugar del
mundo, debiendo cada día de nuestra parte venerarla, acicalarla, expandirla y
llenarla, en lo posible, de gloria y esplendor.
Y esto
con nuestros actos, porque el lenguaje son actos y hechos de la realidad que es
con el lenguaje que más la afean o bien la enaltecen.
Los textos anteriores pueden ser
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