Pertenecemos los del
mundo andino a una cultura donde la medicina, la salud y hasta la alimentación
estuvieron sustentadas en las cualidades y virtudes curativas de las plantas,
lo cual constituye prodigio, maravilla y esplendor.
Y, ya más
particularmente, yo encuentro una relación del nombre de las plantas con su
efecto en el cuerpo y, sobre todo, en el alma; con el abrirse de nuestros corazones,
casi siempre cerrados, al punto de exponernos y arrobarnos por los vocablos que
a esas plantas las enuncian, incluso ahora en su denominación en lengua
castellana.
Por eso, cuando a
veces me preguntan cómo es que nació en mí el gusto por las palabras y la
literatura, yo contesto que fue por la farmacopea de las plantas. Por el oficio
de niño curandero que fui en base a las plantas que sanan y alivian los males
del cuerpo y del alma, oficio que a mí me lo enseñó mi madre, y a ella mi
abuelo Benigno.
2. Cocida
en
hidromiel
Y todo ello basado
en yerbas que en mi ingenuo sentido sanaban tanto por su sustancia como por el
poder de la resonancia de sus nombres y terminología en el ser que las acoge y
recibe.
Sustancia que más
reside en la naturaleza e índole del lenguaje, y hasta más en la manera cómo se
lo dice, rasgo que es lo que más las ayuda a curar. Y que es aquello que hace a
las plantas tener los mágicos poderes curativos que poseen.
Y con ellos espantar
y hacer retroceder a los males que con frecuencia son fieros y obstinados.
Pero que las
palabras los exorcizan, deteniendo y conjurando inclusive hasta a la misma
muerte. ¡Y haciendo que aflore y estalle luminosa la
vida!
Como es la pimpinela es para los enjuagues
tónicos. O la trinitaria cocida en hidromiel y pasada en vino, que es excelente
contra las molestias respiratorias y el asma persistente.
3. De una
puerta
a otra puerta
Siempre el poder curativo de las plantas me
ha parecido el gesto de que está en la naturaleza pródiga la salud y el remedio
a los males del mundo y el genio del bien escondido en la tierra que habitamos.
Como también, y curiosamente, porque todo
ello forma parte de las conversaciones de la gente, que es también aquello que cura
y que sana.
Y esto cuando a primera hora de la mañana,
estando aún en la cama, viendo el sol del amanecer como un milagro que se cuela
por las rendijas de la puerta escuchamos hablar en la calle o en el patio de la
casa a la gente.
Luz del sol que inunda con sus rayos ya
entrando por la ventana, ya por la puerta o ya por la ventana, que es cuando escuchamos
en la calle a las señoras barriendo, y que se hablan de
una puerta a otra puerta:
–¡Ay, mi Catita ha amanecido con la
erisipela!
4. Te la damos
a sorbos
– Póngale compresas de hojas de malvavisco,
pero hervidas. También son buenas las cataplasmas de lechuga verde; o bien te
de ajenjo y aceite de almendras. Ahí tengo el malvavisco si necesita.
– Ay, ¡cómo no!, démelo para ponerle.
Y yo me digo
entonces: ¡Cómo no va a curar todo esto!
Y así como esto
ocurre con el malvavisco acontece con la escorzonera que sirve para la temible
tos ferina, con que se mueren tanto aquí los niños; la semilla de membrillo en
panetela es para formar el estómago de los recién nacidos.
Y con la valeriana que
te la damos a sorbos a ti, mamá, en tus desmayos,
sin que tú te des cuenta. Así como te damos a oler el “agua florida”,
frotándote la frente que la tienes tersa y luminosa como de alabastro.
5. El
nombre
mismo
Otra planta es la
ortiga, y he aquí evidente la relación de su nombre áspero con lo que la planta
hace, porque ¡cuánto no habré chillado y zapateado por cogerla mal en el camino
a Cachulla! Buena cuando está seca, para curar los resfríos. Y se la toma
también para detener la caída del cabello.
Aunque fresca, con
sus temibles hojas aserradas, sirve para latiguear las rodillas o los brazos de
la gente atacada por el reumatismo. ¡También las madres desalmadas la cultivan
frente a la puerta de sus casas para castigar las malacrianzas de sus hijos
indefensos!
Y los odiosos
¡churgapes!, para baños de "caisas" y consentidos, con los cuales me
amenazaron mis tías de parte de madre. Nunca las otras. Pero que tú jamás
permitiste que lo hicieran, mamá.
Y mi padre ¡menos
todavía! ¡Jamás lo hubiera consentido! Además, la palabra churgapes, por sí
misma ya produce escozor, irritación y molestia. Por el
nombre mismo ya resulta odiosa, hostil y repelente.
6. A un día
de
camino
Pero no hablemos de
platas adversas teniendo tanto que hablar de plantas amables y buenas, plantas
piadosas y que hacen hasta milagros.
O que por lo menos
nos consuelan. Así que es de ellas que debemos seguir hablando.
Así tenemos una hierba
es el matico, de color pardo, y que sirve para tomarlo en emoliente, cuando hay
inflamaciones de pecho; o para lavar las heridas, y hasta para hacer gárgaras.
Otra es el
mastuerzo, de pecíolo largo, bueno para el escorbuto, mezclado con el jugo de
granadilla.
Y que cuando un
hermanito tierno en casa presenta esas heridas mi padre, poniéndome al hombro una alforja, me envía de madrugada a traerla
desde el fundo de Pasabalda, que queda a un día de
camino.
7. El sol
que brilla
El llantén y el
ajenjo son para dolores de estómago. La congona es para curar una vergüenza. El
“amor seco” es bueno para la inflamación de los riñones.
La cola de caballo,
en tizana sirve para las compresas y cataplasmas aplicadas en curar heridas,
detener hemorragias de la nariz y calmar las úlceras de las encías.
Pasada por la
barbilla provoca estornudar que lo hacemos de juego; pero que notando que es a
propósito, enoja mucho a las mamás, que por ese hecho nos resondran jalándonos
de las orejas.
¡Ah, las plantas tan
importantes para el cuerpo, pero más para el alma! En relación con el lenguaje
y el hablar de la gente sencilla. Y más, cuando se da en el patio de la casa
llena de luz, y con en todo el firmamento.
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
Ediciones Infolectura: infolecturaeditorial@gmail.com
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
393-5196 / 99773-9575
le rogamos, por favor, hacérnoslo
saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario