El poeta Javier Heraud de apenas 21 años, y ya
consagrado pese a su juventud, con libros publicados como “El río” y “El
viaje”, fue acribillado el 15 de mayo del año 1963 sobre el río Madre de Dios,
frente a Puerto Maldonado, siendo impactado por 29 disparos, algunos de ellos
de balas dun dun que se usan para caza de fieras animales. Había ingresado con
un grupo de combatientes por la frontera con Bolivia para hacer desde los andes
la revolución social. Había escrito:
Y recordé mi triste patria,mi pueblo amordazado,sus tristes niños, sus callesdespobladas de alegría.Recordé, pensé, entreví susplazas vacías, su hambre,su miseria en cada puerta.Todos recordamos lo mismo.Triste Perú, dijimos, aún es tiempode recuperar la primavera…Un día me alejé de casaDejé a mi madre en la puertacon su adiós mordiéndome los ojos.(Mi hermano, el pequeño,no comprendía nada y creíaque volvería pronto) …Yo sabía que ese viaje erapara muchoy por eso abracé bastantea mi padre…El carro ya partía…
2. La bandera
blanca
Ahora con Alain Elías en una canoa en medio de las
aguas del río se debaten entre dos fuegos, uno que detona desde la orilla, y
otro desde una lancha repleta de hombres armados que los rodean y luego se van
acercando. Rebuscan en sus mochilas, extraen sus armas y responden. Son cien
contra dos.
– La orden que tienen es matarnos.
Unos en la orilla, otros en la lancha, otros agitando
sus armas en el puerto. Es una cacería.
– ¿Qué hacemos?
– ¡Húndete en el piso! ¡Come naranjas!
Dejan de remar y dejan caer las armas. Sostienen en lo
alto la bandera blanca. Están inermes. No dejan de gritar:
– ¡Deténganse! ¡No disparen!
– ¡Fuego! –Se escucha aquí y allá.
– Tú apunta despacio. –Le dice el capitán al sargento
en la lancha–. ¿Ves bien? Calcula el movimiento de la canoa. Proyecta un poco
hacia donde se desliza el agua. ¡Dale!
– ¡Me han herido en el cuello! –Dice Alaín Elías–. ¡Me
han herido! –Y se hunde más en el bote.
Canoa en el río Madre de Dios
3. Al alba
de todos los días
Javier Heraud, izando ahora una bandera blanca en la
punta del remo, se tambalea poniéndose de pie. Había escrito:
Yo soy el ríoeterno de ladicha. Ya sientolas brisas cercanas,ya siento el vientoen mis mejillas,y mi viaje a travésde montes, ríos,lagos y praderasse torna inacabable.Llegará la horaen que tendré quedesembocar en losocéanos,que mezclar misaguas limpias con susaguas turbias,que tendré quesilenciar mi cantoluminoso,que tendré que acallarmis gritos furiosos alalba de todos los días.
Y recordé mi patria... sus tristes niños
4. Todo
ha cesado
Javier se levanta para gritar:
– ¡Deténganse! ¡Dejen de disparar!
En eso que Javier se erige para clamar que cese el
fuego, una bala dun-dun le ha ingresado por la espalda y salido por el
estómago, abriéndole el vientre.
Es la una de la tarde y el sol brilla con toda su
inclemencia.
– Me han dado. Me duele mucho. Me estoy muriendo.
–Dice Javier.
– Resiste. Resiste. Tienes que resistir.
– Dile a mi familia que la quiero.
– Recuéstate. Húndete en el fondo.
Alain Elías dejó de dar signos de vida y todas las
balas se concentraron en Javier.
La canoa parece vacía. Pero sigue bamboleándose con
las balas que horadaban sus viejas tablas. ¿Por qué tanto ensañamiento? ¿Por
qué tanto odio?
Todo ha cesado, la lancha se estremece con los
disparos que siguen cayendo, concentrados en Javier a quien le atraviesan el
cuerpo.
Cabañas, floresta y río Madre de Dios
5. En cuerpo
y en espíritu
Su hermana Cecilia lo recuerda así:
Sus ojos eran profundos, de color granadilla, surcados
por ojeras también profundas, sonrisa franca, era muy alto, de anchas espaldas,
pies enormes y, según lo recuerda Mario Vargas Llosa, parecía que andaba como
resbalando.
Es Manuel Cabrera quien me proporciona los últimos
datos sobre el físico de mi hermano:
"Era un tipo grandazo. No encontrábamos chamarras
(así llaman a las casacas) en Bolivia para él, tampoco zapatos porque calzaba
46. Era un problema porque los paisanos bolivianos son chiquitos; entonces,
tenían que mandarle hacer a medida chamarras y botas."
Siempre tuvo muy buen apetito, podía comer seis panes
en el desayuno y seis a la hora del lonche. Su sitio en la mesa lo describe él
mismo en una carta:
“...sentado yo a la diestra de mi padre, conversando y
acompañándolos como todos los años y todos los días”.
Javier desarrolló muchísimo en cuerpo y en espíritu.
Era de una salud de roble, sólo le recuerdo las enfermedades de niños: sus
paperas enormes, el sarampión y la varicela.
6. ¿Quiénes
son?
Pero hoy la voz, el agua, el viento y los sueños que flotan
a la deriva. La canoa aún baila en el río con el impacto de las balas. Morir en
plena claridad del día en medio del río, ¡qué extraño destino! ¡Y con el sol
iluminándoles el rostro!
Lo que más hay en esta hora es luz y es agua. ¿Qué
significará todo esto? Y tierra empapada. Y fuego. Y las balas que estallan.
En los sueños finales de Javier al morir estuvieron en
imágenes desgarradas: su madre, su hermano Gustavo, apenas un niño, su padre,
sus hermanas. Y Adelita, el amor de su vida. La calle de su casa. También
Dégale, su amigo del alma. Una multitud, primero silenciosa y luego plena
alborozada, en el día que vendrá, llenando las plazas.
– ¿Están muertos?
Nadie se atrevió a remar desde dentro de la canoa,
sino solo a jalarla con los dos cuerpos en medio del río anchuroso, y el ojo de
limo de agua en torno. Hay una multitud que contempla desde la orilla. Todos
portan un arma, que aún la tienen entre sus manos. El que menos tiene una
escopeta. Algunos siguen disparando por distracción, a cualquier sitio. ¿Qué
hecho protervo ha ocurrido hoy día?
– ¿Quiénes son? –Preguntan algunos.
– Guerrilleros. –Es la respuesta.
7. Palabra
de guerrillero
En su poema Palabra de guerrillero, proclama Javier
Heraud:
Porque mi patria es hermosacorno una espada en el aire,y más grande ahora y aunmás hermosa todavía,yo hablo y la defiendocon mi vida.No me importa lo que diganlos traidores,hemos cerrado el pasadocon gruesas lágrimas de acero.El cielo es nuestro,nuestro el pan de cada día,hemos sembrado y cosechadoel trigo y la tierra,y el trigo y la tierrason nuestros,y para siempre nos pertenecenel marlas montañas y los pájaros.
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede
solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Ediciones Capulí:
capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
Ediciones Infolectura: infolecturaeditorial@gmail.com
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
393-5196 / 99773-9575
le rogamos, por favor,
hacérnoslo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario