viernes, 14 de mayo de 2021

15 de mayo, 1963. El poeta Javier Heraud es acribillado en el río Madre de Dios, en Puerto Maldonado. / Porque mi patria es hermosa.


15 DE MAYO, 1963
EL POETA JAVIER HERAUD ES ACRIBILLADO
EN EL RÍO MADRE DE DIOS, EN PUERTO MALDONADO

PORQUE
MI PATRIA
ES HERMOSA

Danilo Sánchez Lihón



Javier Heraud


Del río
brota entonces la conciencia
César Vallejo

1. Un día
me alejé de casa

 

El poeta Javier Heraud de apenas 21 años, y ya consagrado pese a su juventud, con libros publicados como “El río” y “El viaje”, fue acribillado el 15 de mayo del año 1963 sobre el río Madre de Dios, frente a Puerto Maldonado, siendo impactado por 29 disparos, algunos de ellos de balas dun dun que se usan para caza de fieras animales. Había ingresado con un grupo de combatientes por la frontera con Bolivia para hacer desde los andes la revolución social. Había escrito:

Y recordé mi triste patria,
mi pueblo amordazado,
sus tristes niños, sus calles
despobladas de alegría.
Recordé, pensé, entreví sus
plazas vacías, su hambre,
su miseria en cada puerta.
Todos recordamos lo mismo.
Triste Perú, dijimos, aún es tiempo
de recuperar la primavera…
Un día me alejé de casa
Dejé a mi madre en la puerta
con su adiós mordiéndome los ojos.
(Mi hermano, el pequeño,
no comprendía nada y creía
que volvería pronto) …
Yo sabía que ese viaje era
para mucho
y por eso abracé bastante
a mi padre…
El carro ya partía…

 


Puerto Maldonado, donde fue abaleado y muere


2. La bandera

blanca

 

Ahora con Alain Elías en una canoa en medio de las aguas del río se debaten entre dos fuegos, uno que detona desde la orilla, y otro desde una lancha repleta de hombres armados que los rodean y luego se van acercando. Rebuscan en sus mochilas, extraen sus armas y responden. Son cien contra dos.

– La orden que tienen es matarnos.

Unos en la orilla, otros en la lancha, otros agitando sus armas en el puerto. Es una cacería.

– ¿Qué hacemos?

– ¡Húndete en el piso! ¡Come naranjas!

Dejan de remar y dejan caer las armas. Sostienen en lo alto la bandera blanca. Están inermes. No dejan de gritar:

– ¡Deténganse! ¡No disparen!

– ¡Fuego! –Se escucha aquí y allá.

– Tú apunta despacio. –Le dice el capitán al sargento en la lancha–. ¿Ves bien? Calcula el movimiento de la canoa. Proyecta un poco hacia donde se desliza el agua. ¡Dale!

– ¡Me han herido en el cuello! –Dice Alaín Elías–. ¡Me han herido! –Y se hunde más en el bote.

 

Canoa en el río Madre de Dios


3. Al alba

de todos los días

 

Javier Heraud, izando ahora una bandera blanca en la punta del remo, se tambalea poniéndose de pie. Había escrito:

Yo soy el río
eterno de la
dicha. Ya siento
las brisas cercanas,
ya siento el viento
en mis mejillas,
y mi viaje a través
de montes, ríos,
lagos y praderas
se torna inacabable.
     Llegará la hora
en que tendré que
desembocar en los
océanos,
que mezclar mis
aguas limpias con sus
aguas turbias,
que tendré que
silenciar mi canto
luminoso,
que tendré que acallar
mis gritos furiosos al
alba de todos los días.

 

Y recordé mi patria... sus tristes niños


4. Todo

ha cesado

 

Javier se levanta para gritar:

– ¡Deténganse! ¡Dejen de disparar!

En eso que Javier se erige para clamar que cese el fuego, una bala dun-dun le ha ingresado por la espalda y salido por el estómago, abriéndole el vientre.

Es la una de la tarde y el sol brilla con toda su inclemencia.

– Me han dado. Me duele mucho. Me estoy muriendo. –Dice Javier.

– Resiste. Resiste. Tienes que resistir.

– Dile a mi familia que la quiero.

– Recuéstate. Húndete en el fondo.

Alain Elías dejó de dar signos de vida y todas las balas se concentraron en Javier.

La canoa parece vacía. Pero sigue bamboleándose con las balas que horadaban sus viejas tablas. ¿Por qué tanto ensañamiento? ¿Por qué tanto odio?

Todo ha cesado, la lancha se estremece con los disparos que siguen cayendo, concentrados en Javier a quien le atraviesan el cuerpo.

 

Cabañas, floresta y río Madre de Dios


5. En cuerpo

y en espíritu

 

Su hermana Cecilia lo recuerda así:

Sus ojos eran profundos, de color granadilla, surcados por ojeras también profundas, sonrisa franca, era muy alto, de anchas espaldas, pies enormes y, según lo recuerda Mario Vargas Llosa, parecía que andaba como resbalando.

Es Manuel Cabrera quien me proporciona los últimos datos sobre el físico de mi hermano:

"Era un tipo grandazo. No encontrábamos chamarras (así llaman a las casacas) en Bolivia para él, tampoco zapatos porque calzaba 46. Era un problema porque los paisanos bolivianos son chiquitos; entonces, tenían que mandarle hacer a medida chamarras y botas."

Siempre tuvo muy buen apetito, podía comer seis panes en el desayuno y seis a la hora del lonche. Su sitio en la mesa lo describe él mismo en una carta:

“...sentado yo a la diestra de mi padre, conversando y acompañándolos como todos los años y todos los días”.

Javier desarrolló muchísimo en cuerpo y en espíritu. Era de una salud de roble, sólo le recuerdo las enfermedades de niños: sus paperas enormes, el sarampión y la varicela.

 


Javier Heraud


6. ¿Quiénes

son?

 

Pero hoy la voz, el agua, el viento y los sueños que flotan a la deriva. La canoa aún baila en el río con el impacto de las balas. Morir en plena claridad del día en medio del río, ¡qué extraño destino! ¡Y con el sol iluminándoles el rostro!

Lo que más hay en esta hora es luz y es agua. ¿Qué significará todo esto? Y tierra empapada. Y fuego. Y las balas que estallan.

En los sueños finales de Javier al morir estuvieron en imágenes desgarradas: su madre, su hermano Gustavo, apenas un niño, su padre, sus hermanas. Y Adelita, el amor de su vida. La calle de su casa. También Dégale, su amigo del alma. Una multitud, primero silenciosa y luego plena alborozada, en el día que vendrá, llenando las plazas.

– ¿Están muertos?

Nadie se atrevió a remar desde dentro de la canoa, sino solo a jalarla con los dos cuerpos en medio del río anchuroso, y el ojo de limo de agua en torno. Hay una multitud que contempla desde la orilla. Todos portan un arma, que aún la tienen entre sus manos. El que menos tiene una escopeta. Algunos siguen disparando por distracción, a cualquier sitio. ¿Qué hecho protervo ha ocurrido hoy día?

– ¿Quiénes son? –Preguntan algunos.

– Guerrilleros. –Es la respuesta.

 

En el Aula Capulí: joven estudiante, Cecilia Heraud, César Vallejo Infantes, Martina Portocarrero y Danilo Sánchez Lihón

7. Palabra

de guerrillero

 

En su poema Palabra de guerrillero, proclama Javier Heraud:

Porque mi patria es hermosa
corno una espada en el aire,
y más grande ahora y aun
más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo
con mi vida.
No me importa lo que digan
los traidores,
hemos cerrado el pasado
con gruesas lágrimas de acero.
El cielo es nuestro,
nuestro el pan de cada día,
hemos sembrado y cosechado
el trigo y la tierra,
y el trigo y la tierra
son nuestros,
y para siempre nos pertenecen
el mar
las montañas y los pájaros.

 

*****

 

Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente

 

dsanchezlihon@aol.com

danilosanchezlihon@gmail.com

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:

Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com

Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com

Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe

Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com

Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es

Ediciones Infolectura: infolecturaeditorial@gmail.com

   *****

DIRECCIÓN EN FACEBOOK

HACER CLIC AQUÍ:

 https://www.facebook.com/capulivallejo

 *****

 Teléfonos:

393-5196 / 99773-9575

 Si no desea seguir recibiendo estos envíos

le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.



No hay comentarios:

Publicar un comentario