De nuestros antepasados andinos su
decantada sabiduría los llevó a hacerse cada vez más simples y sencillos, más
candorosos e inocentes; descartando todo lo complejo, oscuro y convencional y que
adultera la vida; venerando más bien la naturaleza y sus dones primigenios.
Conclusión esta, a la cual nos lleva
el descubrimiento de la ciudad de Caral, que arroja que somos una cultura vieja
como las más antiguas de Europa y Asia, pero que aquí en vez de avanzar hacia lo
rebuscado, frívolo y alienante, se hizo cada día una cultura más tierna, más
crédula y más humana.
La solución a tanta demencia la encontramos
ahora en el ejemplo de vida de un sacerdote como es el Padre Fernando Rojas
Morey. Porque la paz en donde habita es en
el alma de los hombres. Y él es un hombre de paz.
2. Que
se viva más
Quien nos regala en un
libro sus secretos, sus ratos a solas, sus confidencias con Dios, ese altar que
es su mundo íntimo.
Y esto lo hace no para
quejarse o pedir ser comprendido haciéndose a propósito querer. Y esto lo hace
escribiendo poemas en obras como es su poemario: “Caminos y esperanza”.
Donde escribe poesía para
gustar, para realizarse a sí mismo o adornar la realidad, lo cual tampoco
estaría mal que él lo haga, si así fuese su deseo.
Y estaría bien porque
necesitamos que se viva más de acuerdo con los
afectos y que las personas realicen su destino como también se requiere que el
mundo sea embellecido.
Rvdo. Fernando Rojas Morey
3.
Tan grande
lo
pequeño
Sólo que esta vez se va más
allá. Se va a esa agua pura, a esa agua fresca que sana; agua de vida entre
tanto dolor, entre tanta pena y tanto sufrimiento, donde su poesía resulta
sabiduría de la vida y de las cosas.
Como, por ejemplo, de un
hecho sencillo, de un objeto o de un ser aparentemente anodino e
intrascendente, puede hacerse un universo tan significativo
Y hasta un símbolo de un
valor tan alto y permanente como puede ser la solidaridad, como ocurre en el
siguiente poema titulado “Librito de caja”.
Y en donde nos señala cómo,
cuándo se actúa con amor y con verdad, puede ser tan grande algo tan pequeño,
como es un cuaderno, una libreta o un librito de caja:
Visitándolo en el colegio que fundara en Chepén
4. El amor
bondadoso
Librito de Caja,
no escondes tesoros:
sí guardas secretos
de los que donaron
su ayuda, su celo.
Silencio en tus manos,
sabiendo lo cierto,
alcanzas al pobre
exiguo remedio,
pronóstico incierto.
¿No
es excelso? ¿Ver y conmoverse por algo tan mínimo pero evidente? ¡Una lista de
personas que erogan donando un óvalo para ayudar a algo o a alguien, pero a
ocultas!
Y
donde todo es secreto, quién ayuda y a quién se ayuda. En donde está palpable el amor bondadoso.
Rvdo. Fernando Rojas Morey
5.
Se conmueve
por
su rebaño
Como también la amorosa vergüenza, de quién da y de quién recibe, como el compromiso y la verdad que tiembla como una avecilla aterida.
Leo en tus renglones
los números yertos
que cobraba la vida
del amor fraterno,
mandamiento nuevo.
Sabiendo el pasado
comprendes sincero
sin culpa al enfermo
a quien el sistema
fingió pordiosero.
De allí que yo piense que
hay hombres indispensables en la historia, que son aquellos que regresan a las
nociones simples y armoniosas en relación a las cosas y a los seres que pueblan
el mar, la tierra y las estrellas.
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