domingo, 30 de mayo de 2021

30 de mayo. Hace dos años. Homenaje de Asorbaex desde España a Juvenal Sánchez Lihón.


30 DE MAYO
HACE DOS AÑOS, HOMENAJE DE ASORBAEX
DESDE ESPAÑA A JUVENAL SÁNCHEZ lIHÓN

LA PINTURA
DE
JUVENAL

Danilo Sánchez Lihón



Juvenal Sánchez Lihón



Sorprenderse, extrañarse
es comenzar a entender.
José Ortega y Gasset

1. Ejes
dialécticos

 

Juvenal Sánchez Lihón es mi hermano, con quien hemos nacido en una misma casa, nos hemos criamos y educado juntos bajo el mismo techo y con el cariño y protección de nuestros padres, siendo Juvenal el primogénito de la familia y yo el segundo, con quien he ido a la escuela y juntos a todo lugar, vistiendo trajes idénticos y hasta cogidos de la mano para no caer cuando tropezábamos en las piedras de la calle o el camino.

Somos los dos hermanos mayores de una fila de once hermanos Y cuento todo esto por el concepto de humanidad, profusión y abundancia que tiene la pintura de Juvenal, que es el tema que hoy nos ocupa. Así como otro referente es el pueblo donde nacimos, que es Santiago de Chuco, pueblo andino en el norte del Perú, de hondo ancestro, asentado en una geografía donde florecieron culturas de asombro, como: La Galgada, Los Cóndores y Chuco, quienes hablaron incluso un idioma propio como es el culli, de sonidos susurrantes en donde predominaba el fonema sh. así los vocablos: shingo, shanga, quesheste.

Pero a la vez el nuestro es un pueblo de profunda raigambre hispana, donde la tradición católica es medular, así como también el habla del idioma castellano con un curioso y linajudo sabor castizo. Y refiero esto por la mixtura, los opuestos y ejes dialécticos del arte pictórico de Juvenal.

 

Pintura de Juvenal Sánchez Lihón


2. Es

y hace

 

Santiago de Chuco, el pueblo donde nacimos, tiene el título, otorgado por el Congreso de nuestra República de ser Capital de la Poesía del Perú, no solo porque en él naciera el poeta universal César Vallejo, sino una pléyade de poetas anteriores y posteriores a él, y este es otro componente de la obra de Juvenal: la poesía y César Vallejo.

Territorio donde tuvo su eje la espiritualidad del gran conglomerado nación Chuco, al ser centro y capital religiosa de dicha comunidad, al albergar el adoratorio del dios Catequil y el oráculo del mismo nombre, hasta donde se acercaron los incas del Tahuantinsuyo a consultar el designio de los dioses como sus propias dubitaciones, como vibración que yo siento que tiene la pintura de Juvenal Sánchez Lihón.

Como es Santiago de Chuco y sus contornos de una prodigalidad tal, y de un cromatismo tan exuberante, intenso y variado que lo raro sería ser de allí y no ser artista; sea pintor, poeta, músico, danzante y hombres de enorme sensibilidad en general, hecho que creo también determina lo que Juvenal es y hace.

 

Covid 19. Pintura de Juvenal Sánchez Lihón


3. Desde

niño

 

Hay entonces en Juvenal esos antecedentes culturales, el de haber nacido en un contexto vital propicio e inspirador para cualquier manifestación del ámbito del arte en general.

Como hay también y, en segundo lugar, al contemplar la trayectoria de su obra pictórica, el antecedente de tener en nuestra familia, cultores del arte en una y otra manifestación.

Así, por el lado paterno, nuestro abuelo Desiderio era un creador de yaravíes y marineras y un “pico de oro” con las palabras. Y nuestro padre, además de ser maestro de escuela, fue músico, quien dirigía una orquesta de cuerdas en su propio pueblo natal.

Por el lado materno uno de los grandes pintores de mi comarca es Agustín Rojas, familiar muy cercano a nosotros. Y mi abuelo Benigno tenía tanta sensibilidad para el arte que lo hacía ser una especie de Mecenas de todo aquel que mostrase algún talento en dicho campo, ayudándolo a proseguir su formación ya sea en Trujillo, Lima o en cualquier otro lugar.

Juvenal a todo eso agrega el tener dotes especiales para el arte, cualidades que se manifestaron desde niño.

 

Tejados de Santiago de Chuco. Pintura de Juvenal Sánchez Lihón


4. Tanto

es así

 

Yo recuerdo, por ejemplo, que sus cuadernos de estudiante de su etapa escolar, tanto de la educación primaria como de la educación secundaria, que abrirlo era como visitar una galería de arte, donde en cada una de las hojas había dibujos exquisitos, además de caracterizarlos una pulcritud fuera de lo común.

Eran como un mostrario primoroso tales dibujos y pinturas, donde había muestras excelentes de arte, no solo por la gran limpidez en los perfiles como por el encanto en el coloreado, como por la estructura y la forma de los dibujos que allí había.

Y es que en Juvenal hasta su letra y su firma es dibujada, y en conjunto constituye un diseño hermoso. Tanto es así que en la educación secundaria sus profesores eran a él a quien designaban para salir adelante y copiar en la pizarra el esquema de la lección que se había de desarrollar y que luego el profesor explicaba.

Y lo elegían ya de manera acostumbrada porque la letra era clara, las proporciones las adecuadas y el conjunto en general que hacía en la pizarra resultaban ser cuadros o mapas muy didácticos y, además, placenteros a la vista.

 

La casa, la escuela y el municipio de C. Vallejo
Pintura de Juvenal Sánchez Lihón


5. Los últimos

en salir

 

No sé si Juvenal recordará, pero una vez hicimos una competición, acerca de quién de los dos, con el plumón en la pizarra, hacía el círculo y el cuadrado más perfecto.

Me invitó a que yo lo hiciera primero, y mi trazado me satisfizo, porque no estaba mal y pensaba que yo de todos modos iba a ganar. Mi sorpresa fue que él hizo un círculo y cuadrado exactos. Es decir, el sentido de las proporciones que tiene en las manos es asombroso.

Cuento todo esto porque la educación superior la hemos hecho juntos en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y compartiendo la misma habitación, aunque él estudiando medicina en la Facultad de San Fernando y yo literatura en la Facultad de Letras en la Ciudad Universitaria de esa misma casa de estudios.

Y éramos lectores voraces, tanto que él era al último en salir, y detrás de él cerraban la puerta de la Sala de Ciencias de la Biblioteca Nacional, siendo ya la medianoche, y yo era el último en salir de la Sala de Humanidades de esa misma institución tutelar, encontrándonos los dos ya afuera como dos pajarracos, caminando juntos a la pensión que teníamos.

 


Campana. Pintura de Juvenal Sánchez Lihón


6. El bien

y el mal

 

Juvenal entonces no es artista profesional. Él de profesión es médico histólogo, patólogo y cancerólogo, y en este campo también sus logros son extraordinarios, pero lo que hace es trasladar a la pintura su afición por reconocer el perfil de los cuerpos que analiza en el microscopio.

Y eso está en sus orígenes. Es así que lo primero que dibujó en sus cuadernos de estudiante en la educación básica, y lo sigue dibujando y coloreando hasta ahora en sus cuadros hasta alcanzar el éxtasis, es a la célula humana; vínculo que le ha obligado a ser preciso y puntilloso en la composición que apunta a la estructura de los elementos y sus partes.

Y en este aspecto yo atribuyo a la pintura de Juvenal un carácter medular y atávico. Y que les da esta dimensión a sus obras, porque ver arte en la célula y plasmar eso es sagrado.

Pero, al final, él no se queda en la célula humana, sino que explora en la célula viviente en general, y en su multiplicidad de formas, tanto aquellas que nos dan salud como las que nos producen enfermedades, reconociendo en ellas el bien y el mal, lo que salva y lo que nos hunde privándonos de la vida.

 


Pintura de Juvenal Sánchez Lihón


7. Es senda

y es ejemplo

 

Al respecto, y en este aspecto, el arte de Juvenal me hace recordar una frase de Oscar Wilde, que dice: El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.

En esta conformación de lo visible e invisible tenemos entonces los dos elementos de la pintura que se reúnen en Juvenal para dar lugar a un pintor que vincula la pintura a la poesía, como cuando César Vallejo dice:

Hay un lugar que yo me sé

en este mundo, nada menos,

adonde nunca llegaremos.

En donde está presente lo visible e invisible. Recordando lo que Leonardo da Vince nos dice: La pintura es poesía muda y la poesía es pintura ciega.

La realización plena de Juvenal dependerá de la pasión que ponga en consumar una obra artística cabal, integral y coherente. Y en este último campo tiene como factor motivador a César Vallejo quien es senda y es ejemplo para plasmar una obra fundamental y forjar un arte trascendente.

 

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