lunes, 31 de mayo de 2021

30 de mayo. Nace el maestro José Antonio Encinas. / En medio de la tempestad y los relámpagos.


30 DE MAYO
NACE EL MAESTRO JOSÉ ANTONIO ENCINAS

EN MEDIO
DE LA TEMPESTAD
Y LOS RELÁMPAGOS

Danilo Sánchez Lihón



José Antonio Encinas



1. Masa
ígnea

 

El maestro José Antonio Encinas encomendó que el prólogo de su libro fundamental, titulado “Un ensayo de Escuela Nueva en el Perú”, concebido y escrito en el exilio en París, se encargara de hacerlo un alumno suyo que participó de aquella experiencia legendaria de la Escuela 881, y que es el tema central de dicho libro.

Ese alumno suyo fue Gamaliel Churata a quien conoció como alumno de ese centro educativo cuando tenía 7 años. Lo curioso es que ese niño era un rebelde y un anti escuela, quien nunca terminó ni siquiera la educación primaria; masa ígnea, lava ardiente y genio del idioma; cuya vida y obra hace que los intelectuales altiplánicos reconozcan su obra que lleva el nombre de “El pez de oro”, como la Biblia altiplánica, libro misceláneo y caótico al punto de lo ininteligible.

Churata por ser aquella alma libre, pujante e inatajable, y de naturaleza indómita, sufrió cárcel, exilio, ostracismo, más por su defensa inclaudicable del indio y de la justicia social. Identificado con la poesía como saeta y rayo que no cesa, ha quedado indisolublemente ligado a Puno, esa región translúcida, como un mensaje de afirmación de la vida y de la palabra capaz de redimir haciéndose volcán, fulminante y estallido de júbilo.

 


Arturo Peralta, o Gamaliel Churata


2. Cuenta

Churata

 

Hay muchos pasajes, ideas y hasta juegos que el maestro José Antonio Encinas protagonizó o alcanzó a idear, y que grafican nítidamente la perspectiva de lo que podría identificarse como su concepción de la educación y que se resume en una frase: la "Escuela social".

De los muchos principios de este postulado hay uno cuál es el de la educabilidad, y que en el fondo sintetiza la más acrisolada ciudadanía, y que quisiera referir por ser quizá la expresión más genuina de lo que es educación; concepto que se da de forma espontánea e incluso hasta aparentemente desaprensiva y humilde, pero en el fondo de una gran significación y que él lo formula afortunadamente con la siguiente vivencia providencial.

Es esta una escena, cuadro o estampa de apenas un instante pero que gracias a Dios ha quedado registrada y salvada, porque lo cuenta Churata, su alumno quien lo vivió directamente.

Se enmarca en el período correspondiente entre 1908 a 1911, en pleno funcionamiento de la Escuela 881 de Puno, que aquel legendario maestro dirigiera durante apenas cuatro años. Cuadro, el que vamos a referir, y que constituye la experiencia de más extraordinario valor pedagógico que se haya realizado en el Perú, pero además hermosa en su forma y contenido.

 


Paisaje de puna o jalca


3. Tempestad

de nieve

 

Este pasaje lo relata Gamaliel Churata, seudónimo literario de Arturo Peralta, refiriendo que el grupo de estudiantes con su profesor regresaban casi ya al amanecer por la meseta altiplánica, maestro y alumnos ateridos pero contentos de haber vivido todo lo que en aquel día de tempestad les había acontecido.

Porque como era ya costumbre salían no de paseo ni excursión sino a clases que el maestro Encinas las dictaba a campo abierto y al aire libre. ¿Dónde desarrollaba dichas lecciones?

Por supuesto que no en el aula sino en las faldas de las colinas, en las cumbres de los cerros o a la orilla de los ríos. O en algún recodo avanzado en lo más profundo de los valles y quebradas.

Esta vez, los alumnos más fuertes de la sección, que también eran los más altos, se habían adelantado a los demás en la noche lóbrega del altiplano.

Pero en un momento se detuvieron en medio de la tempestad de nieve que se había desatado preguntándose:

– ¿Y el maestro? ¿Dónde está?

Seguramente, como era lógico suponer, venía atrás con los más pequeños. Pero ya se avistaba a ellos y no al maestro.

 

José Antonio Encinas


4. A

horcajadas

 

Esperaron. Cuando miraron mucho más hacia atrás echando de menos a don José Antonio, su maestro, lo divisaron lejos pero inmenso al chispazo de un relámpago. Venía muy distante, lejos, pero a quien notaron gigantesco, grandioso y colosal, en medio de las tinieblas que interrumpían los relámpagos.

Cuenta Churata en esta evocación, que hizo varias décadas después de que aconteciera y sin detenerse mucho en relación a su significado que recién yo lo resalto, que al esperarlo y al estar ya muy próximo, que divisaron a la luz de otros fogonazos del cielo, que su maestro aparecía como de un tamaño descomunal.

¿Qué ocurría? ¿¿Por qué esa imagen de grandeza? Era así porque se había echado a los hombros al niño más pequeño y desvalido, al rotoso, aquel al que todos repelían; y a quien él traía a horcajadas en su nuca, en donde el niño se cogía fuertemente con las manos de su frente.

Aquel pobrecito era el débil, el descalzo, el desarrapado a quien el frío de la meseta y lo agotador del camino le habían impedido caminar. El maestro Encinas, que no medía más de un metro sesenta de estatura, aparecía por eso como un gigante.

 

Divisando hacia lo lejos


5. Algo

invencible

 

Pero algo más, comprobaron que con su vozarrón y desde lejos él venía entonando hayllis, huaynos y taquiraris en quechua y aimara en plena meseta abierta y desalmada.

Cuenta Churata que fue tal la fuerza, la verdad y la belleza de ese hecho, que de manera espontánea los mayores y fuertes que lo esperaban buscaron a los más débiles que tenían a su lado y los echaron igualmente a sus hombros.

Y tal cual el maestro Encinas había pasado hacia adelante. Y uniendo sus voces al canto y a los himnos en las lenguas que entonaba el maestro, seguido esta vez por sus alumnos, unos cargando a otros, pero ya como grupo humano unido y compacto que, si hubiera que hacer un monumento a la educación en nuestro país, esta tendría que ser la imagen consagratoria.

Y así avanzaron, sintiéndose todos grandes, tanto los que cargaban a otros niños, a quienes les renacía una fuerza nueva, como los que iban en los hombros de sus compañeros quienes sentían bajo su cuerpo la energía de la solidaridad como algo invencible.

¿Qué magia o significado tiene este pasaje suelto, entre los muchos otros que se desprenden del ser y el sentir de la personalidad de este maestro legendario?

 

Sopla el viento helado de la meseta


6. En nuestros

hombros

 

Su mensaje es que es fortalecedor y significativo echarnos a los más débiles en nuestros hombros.

Porque si la educación no sirve para eso, entonces ¿para qué educar? ¿Para la rivalidad y la competencia? ¿Para ganar y desplazar a los demás? ¿Para apartar al otro hermano del camino? ¿Para tirar de codazos a los demás a fin de que se aparten y ser yo quien triunfe solitario y deshumanizando todo?

He allí la diferencia de lo que puede ser una educación competitiva y una escuela de inspiración social, y a la propuesta de la educabilidad que la encarna Encinas como razón y postulado de la educación entre nosotros.

Está en este gesto natural, espontáneo e inconsciente el sentido, la definición y el concepto profundo y genuino de lo que es educar socialmente.

Aquí reside y se contiene palpitante la visión y la misión de lo que es educación, cual es hacernos responsables de los más débiles y del mundo en lo más dolido, vulnerable y desprotegido que él tiene y que hay que cargar en nuestros hombros lo que está pendiente de solucionar, y que es el sentido de este pasaje.

 

Puno, a orillas del lago Titicaca

7. Es

lo que hace

 

Pero no con agobio ni pesar, ni con queja ni martirio; tampoco con marketing o cara al público, sino con profunda y auténtica alegría, sin que eso constituya un lastre sino, como lo dice el Churata, agigantados todos.

Pero hay otro rasgo en este pasaje, cual es que el maestro venía atrás, cerrando filas. Era el último porque vigilaba a quién más lo necesitaba y se retrasaba. Es el último hasta que todos se juntan, para después ser uno solo y a fin de que nadie se pierda. ¡Qué distinto a la educación para la competitividad del liberalismo económico ominoso!

Como otra faceta e, por ejemplo, la imitación espontánea del paradigma y el deseo de hacer lo mismo que brota en los alumnos mayores, de alinearse con la misma actitud, de no dejar que uno solo lo haga y que es el hallazgo de la fuerza natural que tiene entre nosotros la solidaridad.

Este convencimiento llano, voluntario, es esta disposición en donde se resume una experiencia, una trayectoria y una vida, así como una cultura es lo que hace a las enseñanzas de Encinas que tengan un valor trascendental y sean imperecederas. Y a Churata como el anotador inconsciente del prodigio de esta conciencia alerta que percibe lo cabal y significativo por ser alma libre, bravía y tener el genio insobornable que ambos supieron tener.

 

*****

 Los textos anteriores pueden ser

reproducidos, publicados y difundidos

citando autor y fuente

 dsanchezlihon@aol.com

danilosanchezlihon@gmail.com

 Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:

Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com

Editorial Papel de Viento: papeldevientoeditores@hotmail.com

Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe

Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com

Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es

   *****

DIRECCIÓN EN FACEBOOK

HACER CLIC AQUÍ:

 https://www.facebook.com/capulivallejo

 *****

 Teléfonos:

393-5196 / 99773-9575

 Si no desea seguir recibiendo estos envíos

le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario