lunes, 14 de junio de 2021

14 de junio. Nace José Carlos Mariátegui. / La vida de un hombre montaña.


14 DE JUNIO
NACE JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI

LA VIDA
DE UN HOMBRE
MONTAÑA

Danilo Sánchez Lihón



José Carlos Mariátegui


Murió
para que tú comprendas
cómo se vive de una vez
y para siempre.
Luís Nieto

1. De quién
se habla

 

Se hizo solo, se forjó a pulso desde la marginalidad y el mayor ostracismo. Sin embargo, a los dieciocho años de edad su opinión o comentario en el periodismo en el cual trabajó, causaba el influjo que puede tener un movimiento telúrico

En palabras del sociólogo y filósofo Michael Löwy, es: "indudablemente el pensador marxista más vigoroso y original que América Latina haya conocido”. Y José Pablo Feinmann, filósofo y crítico cultural argentino, reconoce en él: “el más grande filósofo marxista de Latinoamérica".

En quien el nombre de los sabios incaicos  Amauta, calza cabal y perfecto. Que nadie recusa, siendo Amauta el sabio y maestro en el antiguo Tahuantinsuyo, quien guía, orienta, ve en la oscuridad; hombre río, fortaleza, y montaña viviente. Tanto que todos reconocemos aquí de quién se habla cuando se dice simplemente y a secas: El Amauta.

Empero, ese paradigma de hombre dejó de existir apenas a los treintaiseis años de edad, el 16 de abril del año 1930, suceso que fue toda una conmoción no solo en Lima sino a nivel nacional y en el ámbito de América Latina.

 


José Carlos Mariátegui


2. En el vientre

de su madre

 

Nació con tuberculosis artrítica u ósea, debido a que su madre padeció de anemia crónica a causa del desgaste vital que tuvo que hacer para criar y proteger a sus hijos que la muerte los fue arrebatando uno a uno.

Antes de José Carlos cuatro hermanos suyos murieron de niños, pese al cuidado abnegado de su madre, una mujer dedicada en cuerpo y alma a su trabajo y al cuidado de sus hijos.

José Carlos ya en el vientre de su madre era raquítico y tenía la enfermedad que después se le agravó y terminó arrebatándole la vida a la edad de 36 años.

Y es que ella sufrió el abandono constante de quien fuera su esposo, un aristócrata que no se sabe cómo apareció en Sayán, distrito de Chancay, al norte de Lima.

Aunque luego la familia emigra a la ciudad de Huacho, en donde ella trabajaba en el taller de su familia dedicada a la talabartería.

 

José Carlos Mariátegui rodeado de sus hijos

3. En cuerpo

y alma

 

Y fue que un día ella al asomarse a la ventana distinguió a un apuesto jinete montado en un caballo brioso ricamente enjaezado. Se miraron y quedaron mutuamente enamorados. Se conocieron y a escondidas se amaron.

Era un forastero descendiente directo de una familia bien posicionada que llegó a Sayán buscando destino, pero que más bien huía de sí mismo.

Allí conquistó a la muchacha más hermosa del lugar que cayó fascinada por la galanura de quien aparecía como representante de una clase social superior. Ella era simpática y en su persona se reunían todas las virtudes de la mujer provinciana y de clase popular.

Aquel galán le demostró que para él no existía ser más precioso que ella en el mundo. Y se entregaron el uno y el otro en cuerpo y alma.

Después de engendrarle la primera hija se casó con ella pero adulterando su nombre. Sin embargo, desaparecía por largo tiempo y volvía solo para engendrar con ella un nuevo hijo.

 


Rodeado de amigos


4. Cargar

una cruz

 

No obstante, tiempo después rompió con él hasta el punto de sellar aquella historia con una lápida de silencio total, peor que el de un sepulcro, cuando supo que había adulterado su nombre.

Pero más cuando ella lo interpeló acerca de si era pariente de un hereje y apóstata, como fue don Javier Mariátegui y Tellería, que resultaba ser su abuelo, y quien no quiso confesarse ni recibir los santos óleos en el momento de morir, prueba contundente para ella de estar endemoniado.

Por estos hechos ella siempre creyó que había un estigma en sus hijos, por tener la ascendencia genética de seres que no eran creyentes, contrarios a la iglesia y que habían renegado de Dios.

Así la vida de doña Amalia la Chira fue una penuria constante, cargar una cruz y un calvario permanentes de quienes se consideran perseguidos por Dios.

 


Postrado en su lecho


5. Nació

aquel niño

 

Tanto fue así que para huir de su marido y desaparecer ante sus ojos terminó refugiándose en una tierra que no era la suya, gracias a la protección de una familia amiga que se compadeció de ella.

Así se trasladó a la ciudad de Moquegua en donde nació su hijo José Carlos en cuya partida de nacimiento su madre figura como “viuda”, pese a que su esposo aún vivía y con quien tiempo después todavía tendría otro hijo.

José Carlos por el lugar en donde residía su madre debió nacer en Huacho ya que ella llegó a Moquegua solo para refugiarse, y en donde sin embargo él nació el 14 de junio de 1894.

Pero a quien nunca quiso revelar la identidad de su padre, pese a que él le insistió muchas veces en querer saberlo; así como ella ponía acero en ocultarlo, por temor a que su hijo fuera contagiado o quedara bajo el influjo de alguna marca infernal.

 

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