La vicuña tan íntimamente
ligada a la cultura andina está representada en el escudo nacional del Perú
como símbolo de la riqueza de la fauna de nuestra legendaria nación.
Los Incas ya en su tiempo
consideraron a la vicuña como un animal sagrado, y no solo por la preciosidad
de su lana sino por su temple, por su señorío y por saber asumir y afrontar
adversidades.
Su lana principalmente vestía a
la colla imperial o esposa del Inca.
Los rebaños de vicuñas eran
pertenecientes al dios sol y los criaba un pastor celestial llamado Coquena. Y
el vellón de la vicuña era usado como una distinción solo por el Inca.
¿Por qué la vicuña alcanzó este
rango en la religiosidad andina? Por tres cualidades que caracterizan su modo
de ser:
2. Designio
divino
Por vivir en los lugares altos
colindante a los nevados igualmente considerados sagrados.
Por su timidez asociada al
candor y a la inocencia considerada propia de los dioses.
También por su belleza sin par,
que lo asociaron a la distinción de la mujer andina, habiendo entre ellas una
gran compenetración en cuanto a su personalidad, y a los valores apreciados
enormemente por la cultura incaica.
Pero, sobre todo, por la
cualidad de sacrificarse y dejarse morir cuando cae o muere su soberano, o el
jefe del redil.
Ya que en sus correrías puede
morir una vicuña hembra y sigue escapando la manada, pero si cae el macho no lo
abandonan jamás.
Allí se quedan y se dejan
capturar o morir antes que alejarse de él, virtud que los Incas lo consideraron
como un ejemplo de lealtad y como un designio divino.
de la constelación
La lana de la vicuña fue
siempre muy apreciada por la finura de su hebra. De allí que los incas
brindaron protección a esta especie y sólo permitían su caza cada cuatro años,
respetándose siempre a las hembras que reproducían dando lugar al nacimiento de
nuevas crías.
Por eso, tiempos después,
sucumbido el Tahuantinsuyo, en la época de la Colonia, y después en la
República, cazadores furtivos y mercaderes inescrupulosos la persiguieron con
saña y alevosía hasta poner en peligro su supervivencia.
La vicuña, el animal sagrado en
época del imperio incaico, período en que se lo veneraba como parte de la constelación de seres con rango divino, de
cerca de 30 millones que había se redujo su conformación apenas a varios miles.
El año 1965 la especie se
hallaba al borde de la extinción, sólo alcanzándose a tener en el Perú, en
donde se encuentra la mayor población, apenas 5,000 ejemplares.
4. Pampa
Galeras
Hubo campañas de
concientización a nivel nacional e internacional, y se adoptaron políticas
rigurosas para su protección.
Ha costado enormes sacrificios,
especialmente de los pobladores altoandinos que asumieron su cuidado y
protección, y que terminaran entregando sus vidas para hacer frente a
organizaciones criminales que seguían codiciando su lana para venderla en el
extranjero.
Se registraron así atentados y
verdaderas masacres a las comunidades indígenas que asumieron su defensa.
El resultado es que en la
actualidad existen más de 200 mil ejemplares y se espera este año del 2021
alcanzar el millón de cabezas.
Desde hace algunos años el
Estado brinda protección a la vicuña cuidando su salud, su alimentación y
fomentando su cría y reproducción mediante las Reservas Nacionales, siendo una
de las más importantes la de Pampa Galeras, ubicada en Lucanas, en el
departamento de Ayacucho.
5. Cordilleras
nevadas
Las vicuñas se organizan en
manadas de las cuales cuida un macho, quien los guía y a quienes ellas
obedecen, siendo una de los principios del clan que si este es herido o muerto
ellas se detienen y se entregan. Conociendo esta cualidad, sin embargo,
personas inescrupulosas o cazadores furtivos lo primero que aprendían era a
reconocer al macho y matarlo.
Hecho que significaba
apoderarse de todo el rebaño, porque no hay vicuña hembra que lo abandone. Y
este menoscabo ocurría así porque su lana está cotizada entre las más caras del
mundo; y esto desde el principio de la conquista de nuestras tierras perpetrada
por los europeos.
He aquí lo que dicen de ella
los cronistas españoles de la Conquista. Así Cabello de Balboa escribe:
Las telas hechas de sus vellones pueden
competir con el fino chamelote de Chipre y aún con telas de seda berberisca.
Y el cronista Bernabé Cobo
anota:
Críanse no más en las serranías del
Perú, en los más helados páramos, entre las cordilleras nevadas.
6. Abriendo
nuevos centros
Por esa razón durante toda la
época del coloniaje se la mató sin clemencia ni misericordia.
Fue recién en el período de la
República que se emitieron varios decretos de protección de la vicuña, siendo
el primero firmado por el mismo libertador Simón Bolívar.
Al cual siguieron muchos otros
que no lograban el efecto deseado, por lo que el año 1965 el Estado Peruano
asume directamente su protección, considerándolas propiedad de pueblo peruano y
penando su caza como atentado al Estado, revirtiendo la amenaza de su total y
luctuosa extinción.
Aunque se han registrado
crímenes que han costado la vida de pastores y de funcionarios encargados de su
cuidado, sin embargo y finalmente el resultado ahora es favorable y se están
abriendo nuevos centros de poblamiento de vicuñas en diversos asentamientos
geográficos y poblacionales de nuestro país.
7. Es emblema
y es esencia
Pero, además, reencontremos en la vicuña aquellas virtudes
que nuestros gloriosos antepasados a partir de ella supieron cultivar. Solo
para señalar algunas de ellas, por ejemplo:
El vivir con los horizontes abiertos, con libertad,
habitando espacios amplios y en relación con los elementos más primigenios como
el agua abundante y los vientos puros, en las punas y estepas ilimitadas, sin
importar tanto la rigurosidad del clima sino venciéndolo y adaptándonos a él,
como hicieron nuestros progenitores.
Cultivar la lealtad, el sentido de pertenencia y de
comunidad, importándonos la colectividad de la cual formo parte; y, dentro de
este contexto, el saber abrazar principios ante los cuales si es necesario
hasta entregar la vida.
Cultivar el candor y la inocencia que la cultura incaica puso
tan alto y de manifiesto, valores que los erigió como símbolos, principalmente
en la vicuña. Y que felizmente hemos sabido recoger en el Escudo Nacional del
Perú, que es para nosotros emblema y es esencia.
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