1
DE OCTUBRE
DÍA DEL
PERIODISTA
PERIODISMO
Y
LITERATURA
ENCUENTROS
Y
DESENCUENTROS
Danilo
Sánchez Lihón
El encuentro del periodismo y la literatura es el vínculo de la realidad y la imaginación
1.
Vínculos
y
separaciones
En la búsqueda de un
periodismo de calidad es importante reconocer las motivaciones, los enlaces y
las mutuas influencias que hay entre el periodismo y la literatura.
La experiencia demuestra que
cuando estos dos campos se asocian se obtiene como resultado un periodismo de
especial valor alcanzando un nivel de excelencia.
Así como también es cierto
que a partir de esta práctica los autores de obras literarias obtienen fluidez,
claridad, realismo y una mejor comunicación.
Del mismo modo los lectores
de los medios en que dichos textos se publican, se ven favorecidos elevando su
nivel cultural. Y la sociedad en su conjunto mejora en todo sentido.
Entre los estudiantes que se
forman para ser futuros periodistas, hay aficiones literarias poderosas y
auténticas que es importante encausar y que es de esperar que se cristalicen en
obras.
2.
Furores
y
desamores
En dichos textos han de estar
asociadas la actividad periodística como también la literaria, a fin de
vigorizar el acervo de obras necesarias para mejor reflejar nuestra realidad,
con los atributos que nos brinda el lenguaje en su dimensión de belleza y
trascendencia.
Asimismo, se tiene
expectativa, con relación a que, del humanismo y la sensibilidad hacia el arte,
objetivo para el cual el vínculo del periodismo y la literatura propician. Y de
ese modo se ayude a plasmar obras situadas en la realidad, como el periodismo
traza y exige.
De ese modo, periodismo y
literatura tienen un vínculo de estrecha colaboración, constante e intensa
amistad, y relaciones amatorias habituales e inquietantes. Y, con frecuencia,
pasiones intensas y hasta, a veces, desenfrenadas.
También entre estos
cómplices, y a veces rivales, amigos y, en ocasiones, enemigos, hay odios y
rencores, furores y desamores, algunos declarados y otros implícitos o
fingidos.
3.
Amantes
consagrados
Todos estos niveles de
acercamientos, proximidades y revoltijos se dan entre el periodismo y la
literatura, donde se registran situaciones, como concretos personajes, eventos
y otras circunstancias, marcados por la tibieza o intensidad de este antagonismo,
por un lado, como de su enlazamiento, convivencia o maridaje, total y pleno,
por otro.
En tal sentido, lo primero
que podríamos decir es que periodismo y literatura no son extraños el uno para
el otro. ¡Esto sí que no ocurre, de ninguna manera! Ambos se conocen y, si no
se encuentran y hasta fusionen, por lo menos son desde conocidos hasta pasar a
reconocerse compañeros y hasta cómplices en algo o en mucho.
Dando un paso más adelante:
concuerdan en ser amigos. Avanzando aún más: urden en coexistir cómo amantes,
estables o fortuitos.
Pero hay situaciones en que
llegan hasta el nivel más alto cuál es el de ser, en muchos casos amantes
consagrados, legendarios y totales, entre una y otra actividad.
Gabriel García Márquez en su ejercicio del periodismo
3.
Puntos
de
encuentro
Llega a este último nivel, de
un amor sacramentado, en escritores como Mario Vargas Llosa y Gabriel García
Márquez, cuyos quehaceres parecieran deslizarse entre esos dos andariveles,
cuáles son: ser a la vez extraordinarios literatos y al mismo tiempo grandes y
espectaculares periodistas.
Ellos mismos son figuras
rutilantes de los medios de comunicación y autores consagrados de las
academias, hasta el punto de haber merecido ambos el Premio Nobel de
Literatura, y muchos otros lauros en el campo del periodismo.
Ambos autores han narrado en diversas
páginas sus autobiografías, en donde destacan su pasión por el periodismo y la
literatura. Nos cuentan que han nacido a las letras combinando dichos oficios o
campos de trabajo hasta el punto de hacerlo uno solo. Y aún más: en diversas
ocasiones han racionalizado y explicado los muchos puntos de encuentro que
reconocen que hay entre ambos oficios.
Entre nuestros grandes
hombres de letras no puede dejar de mencionarse, asimismo, de ninguna manera,
una figura como la de César Vallejo, quien al mismo tiempo que a la poesía
también enrumbó sus pasos, su espíritu, su mente y su imaginación y su
compromiso hacia el periodismo.
5.
Ambos campos
se
fecundan
Para graficar esta conjunción
basta referir que hay poemas de César Vallejo que antes fueron artículos
periodísticos.
Fue corresponsal en Europa de
periódicos de Trujillo, tales como «La Reforma» y «El Norte». También
colaborador constante de revistas de Lima como Mundial» y «Variedades», y de
periódicos como el diario «El Comercio», como de otros medios de prensa
escrita. Trabajó a horario en una red de periódicos iberoamericanos, en París,
Les Grands Journaux Ibéro Américains.
Fundó y editó revistas y
boletines, como «Favorables», revista que dirigió conjuntamente con Juan
Larrea, en 1926. Y con Pablo Abril de Vivero funda «La Semana Parisién». Es
César Vallejo un personaje y un prototipo de periodista con estilo, galanura y
profesionalismo.
Y así como él, en nuestro
medio: Abraham Valdelomar, José Carlos Mariátegui, Ciro Alegría, Sebastián
Salazar Bondy y muchos otros autores más de la galería de creadores
sobresalientes de las letras nacionales.
6.
Armar
evidencias
De allí que sea importante
reflexionar sobre el vínculo estrecho que existe entre una actividad
profesional como el periodismo y una de las artes antiquísimas, y a la vez
vigentes para siempre en las sociedades humanas, cuál es la literatura.
Sobre todo, es importante
enfatizar en los aspectos en que ambos campos se fecundan y favorecen en el
logro de un periodismo literario de calidad, cual es que:
El periodista es un
profesional de las palabras; su profesión, su actitud, su fuente de vida, su
misión ante la sociedad, es decir, difundir y explayar palabras.
Su ara y su altar son los
actos, pero convertidos en palabras y estas deben ser auténticas y legítimas.
La función y el papel del
periodista es hilvanar fragmentos de realidad con palabras, armar evidencias
textuales que reflejen la objetividad vista, oída o palpada, pero en una nueva
dimensión, y todo ello principalmente con palabras.
César Vallejo fue periodista y trabajó en los Grandes Periódicos Iberoamericanos
7.
Una vida
ganada
a la sombra
Su desempeño es unir
visiones, pensamientos, sensaciones y hasta humores con la lanceta de las
palabras, letra tras letra y sílaba tras sílaba, formando con ellas vocablos y
estos estructurando oraciones.
Todo ello como hilos trenzados
que se unen en conjuntos semánticos más elaborados que hacen un mundo de
promisión, realidades virtuales que constituyen su quehacer diario y cotidiano.
Hecho de palabras cada texto
posee una configuración propia que luego se integra en una estructura totalizadora
que tiene una vida ganada a la sombra, a lo anónimo e irreal, y a la nada.
Las palabras perfilan un
mundo nuevo que se superpone al mundo viejo de las cosas y los hechos, a fin de
hacerlo mejor y esperanzador.
Y esta vida, así configurada,
tiene su propio aroma y su propia sonoridad.
8.
Connotan
y
denotan
Y es de este modo que se
forma y se crea un imaginario, una visión de la vida, una actitud frente al
mundo y a la realidad que son palabras plenas de vida y ahítas de significado.
En el periodismo y en la
literatura los hechos y la vida alcanzan a ser contenidos en el vaso, copa o
cofre de las palabras y las imágenes.
Sin embargo, entre periodismo
y literatura, y con relación a las palabras hay algunas características y
peculiaridades, dentro de una matriz que los une de modo íntimo y estrecho.
Uno de aquellos aspectos es
que las palabras en el periodismo más denotan que connotan, más indican y se
aproximan a los hechos y cosas. Y más se ciñen estrechamente a los
acontecimientos.
En cambio, en la literatura
más connotan que denotan, más se ubican en el halo y en la aureola que rodea a
los hechos y a las cosas, más ingresan al mundo de lo abierto, indefinido e
ignoto.
El autor de este artículo como docente en la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza
9.
Entre la realidad
y
el sueño
Hay otras diferencias entre
periodismo y literatura en relación con el sentido y la orientación del
lenguaje. Así: en el periodismo el lenguaje parte de un punto A para llegar a
un punto B, con la información que se ofrece a través de un medio de
comunicación. El periodismo es lineal, directo, se refiere a hechos y produce
conocimiento acerca de un suceso o una circunstancia, como también representa
acción y movimiento.
La literatura, en cambio, da
vueltas sobre sí misma, gira y revolotea como una mariposa alucinada en torno a
una hoguera o a una flama. Su finalidad es ser ella misma. No se preocupa mucho
en ocuparse de un hecho ajeno o externo a su ser. Es auto suficiente y se
ensimisma en su propia idealidad.
Tiene la literatura su mirada
vuelta o tornada hacia su mundo interior y se desenvuelve no linealmente sino
haciendo parábolas, ornamentos, imágenes y filigranas. Ella danza, gira sobre
sí misma, y crea un espacio interior en donde desarrolla un movimiento
maravilloso como si fueran los pasos de un ballet o los arreboles del
crepúsculo o del amanecer.
10.
Realidad
y
fascinación
Por consiguiente, si el
periodista escribe tal y como es el mundo o la realidad, el literato sueña,
exorna y alucina, apenas sostenido en la cornisa de ese leve referente que es
el mundo exterior. Casi siempre este no lo convence y entonces la transforma ilusoriamente,
trata de pensar en cómo la realidad debe ser y crea mundos sustitutorios.
El periodista informa, se
ciñe a los hechos, trata de explicarse objetivamente cómo ha sido algo. El
literato se subyuga pensando en cómo será, y hasta en su capricho de cómo debe
ser. Al periodista no le interesa otra cosa que informar con exactitud y rigor.
Al literato en soñar e inventar.
El literato lo explica todo
por sí mismo y su explicación es casi la de un mago, la de un demiurgo o la de
una especie de semidiós. Es persuasivo, convence a su público, seduce y
encanta. Él crea mundos nuevos.
Considerando y reconociendo
estas cualidades, no sólo diversas sino contradictorias y hasta antagónicas,
parecería imposible una fusión entre periodismo y literatura. Sin embargo, se
da este encuentro y ligazón, y el resultado son los portentos de obras que unen
realidad y fascinación.
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