2 DE ENERO DE 1553
ENTRA
EN FUNCIONES
LA
UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS, EN 1553
EN LA SALA CAPITULAR DEL CONVENTO DEL ROSARIO
DE LA ORDEN DE LOS DOMINICOS, CON LA CONCURRENCIA
DE LA REAL AUDIENCIA, PRESIDIDA POR EL LICENCIADO ANDRÉS
CIANCA Y EL ENVIADO DE LA CORONA D. COSME CARRILLO
REAL UNIVERSIDAD DE LIMA
Real
Vniversidad de Lima ciudad de los Reyes,
primera
y mayor en este nuevo mundo, segunda en toda
la
cristiandad, solo inferior a la de Salamanca hija de las ciencias;
hermana
de sus previlegios, y Emula de sus cátedras; Cuerpo ennoblessido
con oidores, consejeros, alcaldes de corte,
fiscales, cavildos de yglessia
y república, Religiones, cleresía, nobles
caballeros, lustrosos
letrados,
y eminentes sujetos, digna de gloriosa fama y de
mayores
premios llamada “San Marcos Evangelista”.
FRAY ANTONIO DE LA CALANCHA
INGRESO
A SAN MARCOS
Y AVELLANAS
Danilo Sánchez Lihón
Así
pasa la vida
César Vallejo
1. Hundí
mi cabeza
Regresé a la
pensión que teníamos con mi hermano Juvenal, quien ya estudiaba medicina en San
Fernando, introduje la llave en la cerradura de la puerta, la abrí y sin
encender las luces desolado me tendí en la cama. Y empecé a pensar qué hacer
con mi vida.
Toda la redondez
del universo, o toda la extensión de los caminos con atajos, sus abismos y
colinas, sus cumbres, bajíos y farallones los sentía estremecerse bajo mis pies
ateridos.
Y ahora, ¿qué
hacer? Todo era oscuro, incierto y casi fatal.
En eso escuché
pasos por la escalera, el chirriar de la madera y pasos alegres, campantes y
seguros en el rellano del piso. Era mi hermano mayor, Juvenal, quien por fin
llegaba.
Introdujo la
llave y abrió la puerta. Sentí por su manera de coger las cosas que estaba
contento y feliz. Y hasta efusivo.
Yo hundí mi
cabeza y me hice el dormido para no darle la noticia que pese a las excelentes
notas que había obtenido en los exámenes escritos, y en todas las materias, al
final no había ingresado a la universidad.
Patio de Letras de San Marcos
2. El mejor
regalo
– ¿Qué pasó? –Me
habría dicho–. Si ayer saliste contento de la Entrevista Personal, que era lo
último.
– Sí pues. No
sé. Pero no alcancé a ingresar.
En eso abrió la
puerta del cuarto dudoso de si estaba o no estaba yo. Y todavía preguntó en la
oscuridad:
– ¿Fredy? –Que
así también me llaman, puesto que es mi primer nombre y así me decían en mi
infancia
No respondí,
avergonzado y triste como estaba.
– ¿Fredy?
–Volvió a indagar.
– ¿Ah?
– ¡Qué! ¿Estás
durmiendo?
– Sí.
– ¡Ingresaste!
¡Ya ingresaste a San Marcos!
– ¿Qué? –Me
enderecé en la cama.
– ¡Ingresaste,
hermano! ¡Y el primero de la lista!
– ¿Sí?
– ¡Sí! ¡Y ya
estarán alegres en la casa nuestros papás y hermanos, porque caminé hasta el
Correo Central y ya puse un telegrama para que sepan todos? Es el mejor regalo
que les das a nuestra familia.
Días de ingreso a San Marcos
3. No
me he visto
– ¿Estás seguro?
¿Quién te ha dicho?
– ¡Yo lo he
visto!
– ¿Dónde?
– ¡En la vitrina
del Patio de Letras de La Casona! ¡Yo mismo lo he visto! ¡Has ingresado y el
primero de la lista, con la más alta nota!
– ¿No te creo?
– ¡Eres el
primero!
– Pero yo también
he pasado y no aparecía mi nombre. ¿Estás completamente seguro?
– ¡Claro!
¡Levántate! ¡Qué haces ahí durmiendo! ¡Vamos a celebrarlo!
– No. Estoy bien
así.
– ¡No hay duda!
Eres igualito a mi papá, que cuando hay algo qué festejar se esconde, se
acuesta y se duerme cuando hay fiesta.
– ¿Seguro que no
te equivocas? Porque, mira, me voy a levantar ¿ah?
– ¡No me
equivoco! ¡Levántate haragán!
– Y, ¿cómo es
que yo no me he visto?
4. Vestida
de blanco
– Es que tu
nombre, como es el primero en la lista está casi metido debajo de la madera de
la vitrina, arriba al empezar.
– Pero, ¿cómo entonces
lo has encontrado?
– Yo he ido
directo a encontrar al primero de la lista. ¿Tú no te has visto?
– No. La verdad
había tanta gente y las vitrinas son tan altas que no pude ver bien.
– Ya ves, ¡ese
es el equívoco!
– ¿Y por qué me
buscaste entre los primeros?
– ¡Por tus notas
en los exámenes escritos! Y por lo que me contaste de cómo fue la entrevista
personal.
– ¡Ya! Ahora
entiendo.
Y es que cuando
ingresé a la Entrevista Personal se sorprendieron los seis jurados a quienes
casi no podía ver por la altura del podio tras el cual estaban sentados en sus
asientos ornamentales.
Y por lo tierno
que yo era, tanto que tenía que estirarme para verlos, y ellos adelantar sus
cuerpos. Incluso el presidente, sentado al centro, le dijo a la única mujer que
integraba el jurado, vestida además de blanco como en una estampa antigua:
Salón de Grados en la Universidad San Marcos
5. Cuna
del poeta
– Bueno. –Le oí
decir–. Como el postulante es un niño la pregunta inicial corresponde que la
haga la única mujer aquí presente, la Dra. Ella Dumbar Temple.
– A ver niñito.
–Me dijo, observándome y mirando los papeles de un folder–. Aquí veo que su
apellido materno es Lihón, que por primera vez lo escucho. Explíquenos: ¿cuál
es su origen y procedencia?
– Es una
asociación de dos apellidos chinos. Li y Hon. Mi bisabuelo era inmigrante
cantonés que llegó a mi pueblo. Y al ver que aquí no teníamos apellidos de una
sola sílaba entonces juntó su apellido paterno y materno para formar el
patronímico Lihón que es palabra compuesta cuyo origen es oriental.
– ¿Y cuál es ese
pueblo hasta el cual llegó su bisabuelo?
– Es Santiago de
Chuco, provincia de la Libertad en la sierra norte del Perú, que es mi tierra,
y cuna del poeta César Vallejo.
– Entonces debe
saber algún poema de su ilustre paisano. A ver recítanos “Los heraldos negros”.
6. Se sustenta
en el bien
Y recité completo
dicho poema sin fallar una sola sílaba. Ya sorprendidos la Dra. Ella Dumbar
hizo una seña al Dr. Luis Felipe Alarco, que era otro miembro del jurado, sentado
a su lado, para que prosiguiera con las preguntas.
– ¿Y qué
especialidad seguirá Ud. en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos?
– ¡Filosofía!
–Dije, sin saber que estaba ante uno de los más connotados y eminentes
filósofos del Perú contemporáneo. Razón por la cual todos volvieron a sonreír,
y quien entonces me preguntó.
– Niñito, ¿sobre
qué sustentos se puede creer en la existencia de Dios?
– Son varios los
principios que sustentan la existencia de Dios: el principio de causalidad, el de
la sabiduría y del orden del universo, el de La Ley Moral…
– ¿El de la Ley
Moral? ¿Explíquenos en qué consiste ese principio?
– En que hay una
regulación moral en la vida de los seres, y en la composición y estructura del
cosmos. En que el universo se sustenta en el bien, en lo noble, en lo veraz…
– Pero hay mucha
gente que vive bien sin que piense que exista ese principio.
7. Avellanas
al cielo
– El que alguien
no piense ni sienta que exista este principio no priva el que la Ley Moral rija
el funcionamiento del universo, tal como es la ley de la gravedad de los
cuerpos que nadie piensa en ella pero que sin embargo existe. –Dije con tal
desenfado y desenvoltura como si estuviera discutiendo en una esquina, que
todos rieron y dieron por concluida la prueba. Allí vi que se levantaron de sus
asientos para verme salir. Y todo eso se lo conté a Juvenal. Yo ya tenía 16
años, pero mi rostro y mi figura eran demasiado infantiles.
En cambo en
Santiago de Chuco ocurrió, y esto lo cuenta mi mamá, que el telegrama que puso
Juvenal llegó cuando el telegrafista, que era nuestro tío Justo Montoya, ya
estaba cerrando el establecimiento. Ya estaba echando llave a la puerta cuando
la máquina empezó a sonar, y regresó. Y tomó nota del mensaje. Y a los primeros
que comunicó el hecho fue a mis profesores que se hallaban conversando en la
pileta central de la Plaza de Armas.
Yo era el primer
alumno egresado del Colegio Nacional César Vallejo, de reciente fundación, que
postulaba a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, lo cual era un
atrevimiento.
Cuando leyeron
el telegrama en la casa, aproximadamente a las 7.30 de la noche mi padre se
levantó de la cama, se puso su mejor camisa y corbata y bajó de noche a la
plaza, donde mis profesores ya estaban festejando el hecho y elevando avellanas
al cielo nocturno de mi comarca.
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