NACE
DON JORGE PUCCINELLI
PATRIARCA
DEL
VALLEJISMO
Ramón Noriega, César Vallejo Infantes,
Danilo Sánchez Lihón y Jorge Puccinelli
1. Cuál fue
el porvenir
Don Jorge
Puccinelli, revisando un listado de obras mías un día me llama por teléfono a
mi casa para decirme:
Danilo, he visto
que en la relación de libros publicados por usted hay uno referido a un maestro
de su tierra con el mismo nombre de un alumno mío que fue un estudiante
brillante en la Facultad de Educación de la Universidad Católica.
Y continuó:
Le cuento que
siempre en mis ratos de reflexión me he preguntado cuál fue el porvenir que
tuvo aquel muchacho extraordinario. Dígame, por si acaso, el maestro, al cual
usted dedica su trabajo, ¿sabe usted o registra el dato de si estudió en la Universidad
Católica del Perú? O se trata de otra persona.
Y yo le
respondo.
– Sí, estudió en
la Universidad Católica en donde se graduó obteniendo el título de Profesor de
Segunda Enseñanza.
2. Calla
un momento
– ¡Claro! Así
los titulábamos. ¿Y fue, acaso, su maestro?
Vuelve a
preguntarme con real expectativa.
– Sí, fue mi
profesor de lengua y literatura en el colegio de mi pueblo natal, en Santiago
de Chuco.
– Mire usted,
¡dónde lo vuelvo a encontrar!
Y yo agrego:
– Fundó mi
Colegio Secundario, con otro compañero suyo, también de la Universidad
Católica, el profesor Romeo Solís Rosas Anaya.
– ¡Claro!
¡Claro!
– ¡Ah, mire
usted! Cómo es, ¿no’ ¡A él también lo recuerdo mucho, y con igual devoción! A
Romeo Solís Rosas, ¡claro que sí!
Acota don Jorge,
y lo noto emocionado. Calla un momento para decirme después:
– Mire usted:
¡cómo hay hombres tan brillantes que desaparecen tanto tiempo, como si se
sumergieran en la tierra!, ¡para luego aparecer en la obra de sus alumnos!
3. La siembra
que nunca se pierde
Y, concluye:
– Mucho me
encantaría, Danilo, leer la obra que usted ha dedicado a quien fue su profesor
y fue alumno mío.
– Cómo no, don
Jorge. Lo dejaré tan pronto pueda en el Instituto Porras.
– Se lo voy a agradecer
muchísimo.
Y me quedé
pensando: ¡Claro! ¡Eso es educación!, estos anillos que se van uniendo uno a
otro y apareciendo en cadena.
La educación es
collar que se eslabona, en donde cada quien agrega un grumo o una mole, un
corpúsculo o una montaña, buena o mala, a esa cadena con un sinfín de otras
cadenas menores o gigantescas.
Y maravilla de
una actitud como la de ser maestros, que cuando es auténtica es una siembra que
nunca se pierde, sino que, al contrario, aparece y brota en cualquier momento; a
veces en una tierra lejana y remota, aparentemente arisca, intrincada y llena
de abrojos.
4. La experiencia
y a la vida
Pero no solo yo
fui alumno de Carlos Barbarán y de don Romeo Solís Rosas Anaya quien vive aún
en su casa de Chorrillos, pleno de vida, sino de don Jorge Puccinelli.
Quien fue
profesor mío en el Seminario de Literatura Peruana, en la Facultad de Letras y
Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en el año
1972.
La primera
impresión que tengo de él es el de un hombre amable, sonriente, atildado en el
vestir, con el cabello revuelto a lo Einstein; con su voz nasal arrastrando
alguna sílaba que le daba a su discurso un aire doctoral.
Cordial,
respetuoso y de buen ánimo; nunca autoritario ni impositivo. De trato afable,
gentil y bondadoso; siempre resaltando lo noble y alturado en los demás.
De clases que
nunca se olvidan porque están unidas a la experiencia y a la vida.
Un caballero
andante, erudito, acucioso y, curiosamente, ¡práctico!, lo cual es raro entre
quienes se dejan absorber por el mundo académico.
5. Piedra
talar
Recuerdo una
salida de campo, por decirlo así, para visitar la sección de incunables y
ediciones príncipes de íconos de la literatura peruana en la Biblioteca
Nacional del Perú, y adonde él nos llevó en su propio automóvil a un pequeño grupo
de estudiantes.
Su manera de
manejar el automóvil era igual que el de sus clases: ¡pulcra!, atenta,
minuciosa, ¡y calmada!, queriendo conocer lo que cada alumno se afana por
crear, como en el manejo lo que cada calle presenta. Su manera de dar vuelta a
cada esquina era la misma con que él daba vuelta a las páginas de los libros.
Para esa visita
había coordinado con la bibliotecaria Graciela Sánchez Cerro quien le deparó un
trato como se le brinda a un ícono o a un ser venerable, como verdaderamente
era don Jorge. Él hizo posible entonces que se abrieran para nosotros las arcas
de aquel templo pocas veces abierta, el ara mayor y piedra talar de nuestra
cultura.
Así, gracias a
él yo he tenido en mis manos los incunables y ediciones príncipes de Los
Comentarios Reales del Inca Garcilaso de la Vega y El Paraíso en el Nuevo Mundo
de Antonio León Pinelo. Y al palparlos me estremecí como si pulsara la
corriente de ríos milenarios.
6. Consagrada
y devota
El aporte del
Dr. Jorge Puccinelli en relación a los estudios sobre César Vallejo son
fundamentales, principalmente en cuanto a Vallejo periodista, sin descuidar
otras facetas como por ejemplo el haber seguido la huella del poeta como alumno
en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Siendo él a
quien debemos el haber ubicado la boleta de inscripción a la universidad,
rastreando en las actas de los profesores de aquella época para determinar que
muy pronto César Vallejo dejó la aulas universitarias por falta de recursos
económicos, para internarse durante ocho meses a trabajar como maestro
particular de los hijos del magnate minero don Domingo Sotil en Acobamba,
provincia de Ambo, en Huánuco, de mayo a diciembre del año 1911, cuando César
Vallejo tenía apenas 19 años de edad.
Fue también
durante el decanato del Dr. Puccinelli que se colocó la hermosa placa
recordatoria que luce a la mano izquierda del ingreso al Patio de los Naranjos,
o de Letras de la Casona del Parque Universitario, conmemorando la filiación
del autor de Trilce a esta casa de estudios. Sus investigaciones sobre la labor
periodística de César Vallejo han sido consagradas y devotas, y sobre todo de
la etapa del periodismo que ejerció en la ciudad de Trujillo.
7. La palabra
justa
En dicho
capítulo él es un descubridor absoluto, quien ha llevado una labor de rescate y
recuperación, de acopio y, posteriormente, de edición y difusión. Gracias a él
podemos decir que la trayectoria periodística de César Vallejo en Trujillo está
rescatada en lo fundamental, teniendo continuadores como el aporte desvelado de
Jorge Kishimoto.
El aporte del
Dr. Puccinelli en este campo que se concreta en dos volúmenes:
– César Vallejo
desde Europa, crónicas y artículos (1969, 1987) investigación de la obra
periodística cumplida por César Vallejo a través de tres lustros: de 1923 a
1938, que abarca la estancia europea del poeta, y
– Obras
completas de César Vallejo, Tomo II. Artículos y crónicas, 1918-1939, volumen
monumental editado por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Esta labor
culmina con su libro recientemente editado como obra póstuma y que lleva por
título: La palabra justa de César Vallejo.
Su adhesión y su
fe en Capulí, Vallejo y su Tierra, fue plena, total y esperanzada; su aliento
ha sido enorme, trascendente y de un fervor que me compromete de por vida.
8. Ejemplo
de vida
Participó en
todos nuestros certámenes. Estuvo presente en la inauguración de nuestros
encuentros internacionales, que este año suman 21, que empezaban en la Casona
de San Marcos y continuaban en el Instituto Raúl Porras Barrenechea.
El año 2000 en
que iniciamos su organización presentó él una exposición sobre la vida y obra
de César Vallejo en el lugar mismo en donde hizo colocar la placa conmemorativa
de la trayectoria de César Vallejo en nuestra universidad.
Es el mismo
sitio en donde arrobado Luis Alberto Sánchez, aún sin conocerlo personalmente
al autor de Los heraldos negros, dice haberlo visto “pasear su perfil de ángel
y demonio”.
El año 2005
retribuimos esta adherencia realizando un acto de homenaje a la persona de don
Jorge Puccinelli; reconociéndolo como el Patriarca del Vallejismo en el Perú.
En él se cumple
aquel aforismo que expresa que un gran maestro no es por lo que enseña, que en
el caso de él fue señero, sino por lo que él es; por el ejemplo de vida que
encarna y por la trayectoria que ha dejado como una estela de luz para nuestras
vidas.
Los textos anteriores pueden ser
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