14 DE JULIO
DÍA
NACIONAL DE FRANCIA
GEORGETTE
EN SANTIAGO
DE CHUCO
Danilo
Sánchez Lihón
“Amor
constante
más allá de la muerte”.
Francisco de Quevedo
1. Vuelve
Vallejo
Hoy día en
nuestro pueblo, como es Santiago de Chuco, se vive un júbilo inmenso. Desde el
amanecer se escuchan las cornetas por los contornos y ya el sol estalla en las
cumbres de los cerros. Y pronto se cubre con todo su esplendor el suelo de esta
comarca.
Ayer hemos
dejado lista en el corredor de nuestra aula de clases la banderola con que
desfilaremos hoy, que dice: “César Vallejo vuelve hoy a Santiago de Chuco”, que
nuestra escuela lucirá en el pasacalle de recibimiento. Los gallos cantan
entrelazando los bordes de los tejados y en las huertas de las fincas el trino
de los gorriones hace estallar más flores en los rosales.
Camino hacia la
escuela, ya en lo alto de las calles, se cruzan esta mañana de pared a pared
toda clase de guirnaldas y banderas del Perú y de Francia, porque sentimos que
hoy día 4 de octubre del año 1952, vuelve César Vallejo en la persona de su
esposa francesa
Regresa el hijo
predilecto de nuestro pueblo, el autor genial de Los heraldos negros, Trilce, Poemas humanos y España, aparta de mí este
cáliz, a quien desde muy pequeños nuestros mayores nos han enseñado a
querer y venerar porque ha logrado la presencia más cimera del Perú en la poesía
universal.
2. Vuelve
hoy
Poeta además que
amó entrañablemente a nuestra tierra, la recordó siempre y la llevó clavada en
el alma; quien sufrió y luchó por superar la condición de injusticia en que
vive el hombre y que murió afligido en la cruz de su pasión por España, donde
se luchó por construir un mundo justo. Y quien, lejos del lugar natal, había
escrito:
Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París –y no me corro–
talvez un
jueves, como es hoy, de otoño.
Y, como lo
predijo, murió en París el 15 de abril del año 1938, a la edad de 46 años.
Entonces, ¿cómo es que vuelve hoy a Santiago? Regresa, ¡sí!, pero en la persona
de su esposa, quien ha hecho el peregrinaje de venir desde París al Perú, 13
años después de su muerte.
Y para enrumbar
luego sus pasos hacia nuestra tierra, enclavada entre abruptas cordilleras;
hecho que nos conmueve y nos embarga de profunda emoción, de alegría y también
de honda pena en el alma.
Santiago de Chuco
3. Viene
desde lejos
A primera hora
de la tarde de hoy, ya en la escuela, ajusto las correhuelas de mi tambor,
lustro la franja que bajará desde mis hombros hasta ceñirse en mi cintura; y así,
todo el alumnado del plantel se afana haciendo algo: pegando banderas de los
dos países: de Francia y del Perú.
Se alisan los
estandartes, se tiemplan las pancartas, se acicalan las insignias y escarpines.
Y así damos inicio al desfile hacia las afueras del pueblo para recibir a
Georgette Philippart.
Es ella la
esposa de César Vallejo, el poeta a quien nacimos amando y respetando por ser
quien con su obra y, sobre todo, la conducta de su vida, ha ganado para nuestro
pueblo un laurel de gloria imperecedera.
Él ha muerto en
París, pero su esposa viene desde ese lugar lejano, hecho que nos parece muy
valeroso, auténtico y de lo más fiel, llegando hasta nuestras cumbres
encrespadas, a nuestros ríos que bajan precipitándose en cascadas impetuosas.
Llega a nuestras
noches intrincadas y a nuestro frío inclemente que ahuyentamos con el fuego de
nuestros corazones. Y viene trasponiendo jalcas, abismos y soledades.
César Vallejo y Georgette
4. Arrobado
y pensativo
Y con ella César
Vallejo vuelve, hecho más tangiblemente poesía, en una dimensión quizá más
tierna, más asequible para nuestro afán de retener, de cobijar y proteger, como
es su esposa; ¡y más aprehensible para nuestro anhelo de mostrar cariño y amar!
– ¿Cómo será
ella? –Me pregunta Manuel, mi compañero en la fila de los que tocamos los
tambores. Y lo dice lleno de inquietud y de ilusión.
– ¡Es linda!
¡Preciosa! –Afirmo yo.
– ¿Y cómo sabes?
– ¡Porque es
como el país de donde viene! ¡Es como Francia!
Me escucho decir,
aún más efusivo, alegre y entusiasmado; recordando todo lo que he leído y visto
para hacer la asignación que nuestro profesor, Arnulfo Enríquez, nos ha
encomendado hacer.
Monografía que
abarca: “El viaje de Vallejo a París, la
identidad de su esposa y cómo se conocieron”; y para lo cual he devorado
los libros que me ha ido facilitando mi padre, y a quien he leído después mi
composición, que ha escuchado en silencio, arrobado y después pensativo.
5. Trigo
y cebada
– Y, ¿cómo es
Francia?
Vuelve a
preguntar, obsesionado, Manuel; mientras caminamos silenciosos y sujetando
firmemente con una mano los redoblantes, pegándolos al costado de nuestros
muslos para que no bamboleen. Mirando los sembríos florecidos a la vera del
camino, y a su vez carretera, le contesto:
– Mira, es así
como esas espigas de trigo y de cebada. –Tallos que justo en este instante se
mecen con el soplo de la brisa que ulula en la curva de “La Piedra Bruja”, por
donde estamos pasando.
– ¡Ah! –Y mira
los campos–. Y nosotros, ¿cómo somos?
Indaga
ingenuamente, mirándome detenidamente a los ojos para que yo le diga. Sin saber
yo responderle corrige su pregunta, queriendo hacerla más fácil, para más bien decir:
– ¿Cómo era
César Vallejo?
Buscando
alrededor algo con lo cual compararlo, ensayo una aproximación:
– Mira, ¡como
esas montañas y como esos abismos! –Y le señalo las cumbres y las hondonadas de
pavor y de miedo que hace la cañada del río Patarata, que está a nuestro frente
y a nuestros pies.
6. Asoman
veloces
Manuel mira las
rocas de granito y los precipicios que descienden en vertical hacia el río
empequeñecido. Después se queda contemplando las espigas de trigo y cebada que
están cerca del camino por donde pasamos.
Cuando divisamos
por las alturas de Chollagueda los dos automóviles en que viene la comitiva,
según el informe telegráfico recibido, la banda de músicos del pueblo arranca a
tocar una marinera en son de diana, y los cohetes empiezan a subir y reventar
en el aire azulado.
Y lo hacemos más
por corresponder con el regocijo reinante de nuestros corazones, antes que por
lo que pudieran ver y escuchar los viajeros aún distantes. Todos haciendo el
esfuerzo por seguir, colocando como visera nuestras manos, la trayectoria de
los dos vehículos que aparecen y desaparecen entre los cerros, las curvas y los
bosques de eucaliptos.
Cuando asoman
veloces los dos autos por el caserío de Huayatán, las filas dispersas de los
alumnos de los diferentes centros educativos somos convocados de inmediato para
formar en dos columnas, una a cada lado del sendero, para arreglar las
pancartas, para coger los banderines y afinar los instrumentos de las Bandas de
Guerra.
Camino de ingreso a Santiago de Chuco
7. A la vera
del camino
Se escucha y se
eleva una algarabía intensa de voces. Se corean los lemas largamente ensayados,
y una alegría diáfana aflora en todos los rostros. El hecho de que ella llegue
hasta nuestro pueblo tiene para nosotros un significado y un encanto profundos.
Ya en la curva
de “Las Guitarras” se detienen los dos vehículos. Baja la comitiva entre quienes
se encuentran, además de Georgette, viuda de César Vallejo, los señores Héctor
Centurión Vallejo, Carlos H. Berríos, Wilfredo Torres Ortega y Oswaldo Vásquez
Vallejo, sobrino carnal del poeta, entre otras personas que los acompañan.
Las autoridades
de la provincia, como son: el alcalde, el subprefecto, el Inspector de
Educación y el Juez de Primera Instancia, le extienden ramos de flores. Después
de los saludos y abrazos, cuando vemos venir al grupo de viajeros, nuestros
tambores y cornetas empiezan a resonar alborozados mientras niños y niñas
agitan las banderas del Perú y Francia, dando ¡vivas! a ambos costados de la
carretera.
Y para nosotros
es como si los demás se hubieran detenido y solo a ella la viéramos avanzar
yendo adelante, preciosa y elegante. Y la vemos como es: fina, delgada y con
sus ojos transparentes que resaltan aún más con los alcanfores y las pencas
azuladas a la vera del camino y con el cielo iluminado hacia arriba.
Pileta de la Plaza de Armas
8. Mar
de la
eternidad
Delante de mis
ojos veo pasar a Georgette de Vallejo, tal y como son las niñas que amamos en
nuestros sueños. Cargada de flores, envuelta en un traje oscuro que a mí me
parece de luto, y que resalta su tez de ámbar.
De rostro
agraciado donde fulguran sus ojos vivaces y brujos; menuda de talla, delicada
como una mariposa, o una flor en un seto de luces.
¡Hasta en eso
nos vemos representados por César Vallejo! ¡Hasta en eso él ha concretado
nuestros anhelos, ilusiones y sueños!
Haciendo sonar
mi tambor yo avanzo por la carretera que da a “La Pamplona”, habiendo visto
pasar encabezando la comitiva a la niña que encarna nuestras aspiraciones,
consolándome en mirar la hondonada del río Patarata.
Mis labios entonces
musitan aquellos versos que dicen:
Como el río que nace entre picachos fríos
y soberbio muere
desafiando el mar.
Indudablemente,
en el caso de César Vallejo, el mar de la eternidad.
Georgette Phillipart
9. Una luz
fulgurante
La comitiva, de
varias cuadras de extensión, la acompañamos hasta el Municipio Provincial
ubicado en la Plaza de Armas, donde recibe el homenaje de nuestras autoridades.
Después, algunas
delegaciones, escoltas y bandas de guerra, la acompañamos a la casa de doña
María Jesús, la hermana mayor del poeta, en donde se ha previsto que ella se
aloje.
Hoy día 5 de
octubre los personajes importantes y la familia Vallejo en pleno le brindan un
almuerzo en la casa materna donde vivió el poeta.
Al ingresar por
primera vez en esta casa, Georgette pregunta por el cuarto dónde nació el
poeta. Desde allí mira el patio, el corredor, los muros, las puertas y tejados,
y dice:
– En esta casa y
sin Vallejo. –Y ruedan las lágrimas por sus mejillas.
En los días
siguientes en que ella permanece en Santiago de Chuco, sentimos como si
tuviéramos en nuestro firmamento una luz fulgurante, un tesoro inmenso, una
joya invalorable, porque estamos convencidos que Vallejo está presente, y con
nosotros.
Los textos anteriores pueden ser
reproducidos, publicados y difundidos
citando autor y fuente
dsanchezlihon@aol.com
danilosanchezlihon@gmail.com
Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos: ventas@editorialsanmarcos.com
Ediciones Capulí: capulivallejoysutierra@gmail.com
Ediciones Altazor: edicionesaltazo@yahoo.es
*****
DIRECCIÓN EN FACEBOOK
HACER CLIC AQUÍ:
*****
Teléfonos:
393-5196 / 99773-9575
Si no desea seguir recibiendo estos envíos
le rogamos, por favor, hacérnoslo saber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario