8 DE JULIO
DÍA DEL MÉDICO VETERINARIO
EL TRATO
QUE DAMOS A
LOS ANIMALES
Danilo Sánchez Lihón
1. Si fuimos
buenos
Se cuenta en la mitología andina que
después de morir nuestras almas caminan hacia la morada de los dioses, en donde
habitan muy cerca también nuestros antepasados.
Luego de muertos todos anhelamos con el
mayor fervor llegar hasta ellos, hacia donde está nuestra familia y seres
queridos.
Pero para poder lograrlo hemos de atravesar
la tierra donde moran los animales.
En primer lugar, incursionamos en el
dominio de los reptiles que nos ven venir y reconocen acerca de cómo nos
comportamos con ellos estando vivos y en la tierra.
¡Y cuál fue nuestra actitud, relación y
conducta al tratarlos a ellos!
2. Fuera
del camino
Cómo fue que les tuvimos aprecio y respeto;
o cómo fue que descargamos en contra de ellos, con toda prepotencia y encono
nuestro maltrato.
Hechos que lo tienen presentes y nítidamente
grabados hasta en sus pupilas y con sus mínimos detalles.
Si fuimos crueles, abusivos y hasta
perversos, entonces se desquitan.
Nos muerden los pies, nos azotan con sus
colas, nos arañan con sus garras, y pican con sus aguijones.
Arrojándonos hacia fuera del camino, hacia
el cascajo y las piedras llagándonos e hiriéndonos.
3. Ojos
bien abiertos
Pero si fuimos buenos y protectores,
entonces nos conducen por caminos amables y propicios, nos muestran atajos y portillos.
Si fuimos compasivos nos hacen avanzar para
ganar tiempo y cruzar temprano el río que separa su morada de los otros
dominios.
Y por los cuales hemos obligadamente de pasar
y proseguir nuestro viaje, porque no hay otras rutas ni senderos.
Si logramos sobrevivir a aquella travesía
ingresamos a unas llanuras pobladas por toda clase de aves y pájaros que
sobrevuelan la campiña.
Y nos distinguen venir y llegar desde lejos
hacia ellos.
Saliendo a nuestro encuentro en bandadas y con
los ojos bien abiertos. Y con las alas plenamente desplegadas para
reconocernos.
4. Así
llegamos
Y si fuimos malos allí nomás se lanzan y
nos atacan a picotazos; nos tumban con la fuerza de sus aletazos graznan y
chillan en nuestros oídos gaviotas y gallinazos, loros y guacamayos enredando
nuestro caminar titubeante.
Pero si hemos sido buenos con ellos nos
guían y hasta nos alcanzan frutos silvestres y frescas semillas para nuestro
sustento; nos dan de beber agua y néctares de flores para recuperar fuerzas y
alegría.
Y dormimos allí una noche en un colchón de
plumas que ellas mismas nos preparan y hasta nos pasan sujetos a sus vuelos y por
el aire hacia la otra orilla, y que es el límite con la otra planicie.
Así llegamos al dominio de los perros donde
si fuimos malos con ellos nos muerden y atacan con saña y a dentelladas.
5. Cómo fuimos
con ellos
Y no nos dejan pasar confundiendo nuestro sendero
con sus aullidos.
Pero si hemos sido buenos al tratarlos
lamerán nuestras heridas hechas por la fragosidad de la vía y por los otros
animales.
Y si alguna vez tuvimos perro en nuestra
casa es muy probable que allí mismo él salga a nuestro encuentro.
Y nos guíe y acompañe en llegar a la estancia
en donde nos esperan nuestros seres queridos.
Y así tenemos que cruzar distintos dominios
de animales, el de los gatos y felinos, el de los peces y batracios, el de los
auquénidos y caballos.
Y todos van tratándonos en correspondencia
a cómo fuimos con ellos en esta vida. Y si nos comportamos tiernos o
despiadados.
6. Definitiva
cabaña
El dominio más difícil de atravesar es el de
los animales más débiles y pequeños con los cuales somos frecuentemente más crueles
y que los eliminamos casi siempre de un manotazo hasta por impaciencia.
Y peor todavía, si es por indolencia y
hasta por aburrimiento. Y ya mecánicamente, sin apreciar que son vidas
maravillosas
Solo llegarán al final los seres nobles,
considerados, de buen corazón y sentimientos altruistas. Y los dioses sabrán,
que si hemos merecido llegar hasta ellos es porque somos seres buenos y
entonces seremos gratos, bien considerados y bienvenidos.
Y nos darán tierras donde habitar, cultivar
y criar ganado que sabremos bien tratar; lugar donde crecerán árboles y plantas
a las cuales haremos fructificar. Y nos proveerán de materiales con los cuales
edificar nuestra definitiva cabaña.
7. Dentro
del hombre
Incluso muchos de los animales que tuvimos
en esta vida estarán esperándonos en ese lugar y por el camino. Nos verán venir
e irán detrás nuestro, así sea un asno, una vaca, un buey o un caballo.
Y con ellos llegaremos al lugar decisivo
que tenemos asignados de acuerdo a la calidad de hombres que hemos sido en nuestra
existencia terrena.
De esa manera nuestra cultura de honda
sabiduría y valores reverenció a los animales, llegando a ser tótems,
divinidades y presencias supremas.
Como veneramos a la naturaleza íntegra, considerando
que el hombre está dentro de ella y la naturaleza está dentro del hombre, con
todos sus dones, virtudes y potencialidades.
Donde la Pacha Mama es presencia sagrada,
vívida y adorable junto con todos sus atributos, siendo los principales los
animales.
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