En sus inicios la canción de El Cóndor Pasa formó parte de una zarzuela
presentada por el teatrista Julio de la Paz, seudónimo de Julio Baudouin, y por
Daniel Alomía Robles, como compositor musical de diversos pasajes de la obra;
la misma que se estrenó el 19 de diciembre del año 1913, en el Teatro Mazzi,
situado en la Plaza Italia en los Barrios Altos de Lima, Perú.
Fue tan impactante y exitosa su presentación que se hicieron 300
funciones a lo largo de los cinco años que la obra estuvo en escena. Julio de
la Paz fue autor del libreto de la zarzuela y Daniel Alomía Robles de la
música.
Obra en donde incluyó, en la parte final, los acordes de una canción que
había recogido don Daniel Alomía Robes en Jauja, y que era una endecha de amor
conocida con el nombre de: “Soy la paloma que el nido perdió”, que inicialmente
tenía el ritmo y la forma de una cashua que era una danza ritual.
Daniel Alomía Robles
2. Llévame
a mi hogar
A esa canción él agregó otros elementos musicales de plena y cabal
evocación andina, para lo cual había recorrido el Perú desde muy temprana edad
recopilando aires melódicos, así como tradiciones, mitos y leyendas.
Fue aquella peregrinación y trabajo de campo en los andes lo que le
permitió conocer el alma y el tuétano de la música andina, en donde se siente
con autenticidad la raigambre telúrica inconfundible de lo que es el Perú
musical profundo.
La letra original de El Cóndor Pasa, escrita en quechua y que
figura en la partitura de la zarzuela, dice así:
Oh, majestuoso cóndor de los Andes,llévame a mi hogar, en los Andes, oh cóndor.
3. Volar
y volver
Como se puede apreciar en la letra, como también ocurre lo mismo en la
música, cuál es: que ellas trasuntan el anhelo de volar, por un lado; y de
volver, por otro.
Tiene entonces el afán de elevarse, de ganar altura y ascender, como
también el gesto, la actitud y decisión del retorno al origen y al lar nativo.
Quiero volver a mi tierra queriday vivir con mis hermanos incas,que es lo que más añoro, oh cóndor.Espérame en Cusco, en la plaza principal,para que vayamos a pasearnosa Machu Picchu y Huayna Picchu.
Por un lado, un afán de alcanzar altura y por otro el de volver. Un
movimiento en vertical, y el otro en sentido horizontal, lo cual parecería
contradictorio y opuestos dialécticos, lo cual puede ser una razón de su
perennidad.
4. De vértigo
y altura
Predica a la vez el arraigo como exalta la libertad. Hecho que coincide
con el mensaje final de la composición que reivindica el mundo perdido de la
autonomía y de su ligazón a una heredad.
Como es lo que el cóndor representa: se eleva al espacio abierto,
pero tiene bajo sus alas lo propio y genuino. Significa pertenencia dentro de
un mundo vasto e ilimitado.
Y que es anhelo no solo de pertenencia sino también de libertad para
alcanzar la universalidad. Como en realidad ha ocurrido con El Cóndor Pasa, que
ya es un patrimonio mundial.
En ello la composición tiene la majestad de lo sublime e inalcanzable;
de vértigo, altura e infinito; de aspiración a lo supremo, prístino y
acrisolado; pero sin perder la delicadeza y la ternura de lo cercano, pequeño y
cotidiano.
5. Y en la orilla
opuesta
Y esto ya sea en la evocación o ya sea en los compases; sea en la
cadencia o ya sea en la melodía, propios todos esos elementos de nuestro mundo
originario: a la vez llano y abrupto, salvaje y sensitivo; a la vez amable y
terrible, exquisito y escarpado.
Hay otros elementos en la zarzuela que le dan actualidad, y es que en su
argumento esta es una obra vinculada a la actividad minera, y al conflicto que
se traba entre patrones y asalariados.
En este caso entre la trasnacional extranjera dueña de la empresa y, en
la orilla opuesta, la masa de trabajadores asalariados y explotados.
Su eje y ambientación es la actividad extractiva que pareciera no haber
cambiado en los más de 100 años transcurridos desde que se estrenó dicho
texto.
6. El compromiso
del escritor
Siendo así, la zarzuela es una obra de denuncia social, y de un
conflicto que ocurre en el asentamiento minero de Yapaq en Cerro de Pasco, con
el costo de varias vidas humanas inmoladas.
La trama subyacente es la pugna de los patrones de la mina, de
procedencia norteamericana, representados por Mr. King.
Y los peones y trabajadores, representados por Higinio y sus compañeros
de lucha.
La puesta en escena tuvo un éxito rotundo al punto de haberse
representado en ciudades del interior del país, como es el Cusco.
Coincidió todo ello en presentarse en tiempos de enorme efervescencia
social.
Y del compromiso del escritor y artista en la transformación de su
realidad.
7. Construyendo
la utopía
Su mensaje no es la aspiración a un mundo confortable y complaciente,
sino de estar al lado del pueblo y de lo heroico por imposible que parecieran
el ideal y las tareas que en ese sentido se emprendieran.
Y es que tanto Julio de la Paz como Daniel Alomía Robles pertenecían a
la Asociación Pro Indígena que fundara y desarrollaran la pareja legendaria de
intelectuales y luchadores sociales, como fueron Pedro Zulen y Dora Mayer.
El Cóndor Pasa ha cumplido más de cien años de permanente vigencia en la
versión de Alomía Robles, y cumplirá muchos siglos futuros más, cada vez con
mayor intensidad, vigor y refulgencia.
Porque es un himno y un símbolo de la ascensión del hombre hacia el
infinito, pero sin desligarse ni dejar la tierra, construyendo más bien en ella
la utopía de la solidaridad y la fraternidad universales.
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