lunes, 21 de diciembre de 2020

21 de diciembre. El día 19 de este mes nació el poeta Alejandro Romualdo. / Y no morirá jamás.


21 DE DICIEMBRE 
EL DÍA 19 DE ESTE MES NACIÓ EL POETA 
ALEJANDRO ROMUALDO 

NO 
MORIRÁ 
JAMÁS 

Danilo Sánchez Lihón 



Alejandro Romualdo


1. Voz 
redentora 

De aspecto severo, grave y cejijunto. Seco, áspero y taciturno, Alejandro Romualdo evolucionó de la Torre de los Alucinados al libro de Poesía concreta. Avanzó de la levedad del ser de la poesía para cruzar hacia donde la poesía es lucha, fragor y contienda. En quien la poesía es batalla, ajuste de cuentas y abismo.

Estricto, feroz, apasionado; con la piel pegada al hueso. los labios contraídos y la mirada de fuego. Evolucionó de la duda existencial a los poemas del Dios material. Que mira con ojos fríos, helados y duros en sus órbitas; cavando sus trincheras en su libro Cuarto Mundo.

Hecho un látigo, un fuete, un disparo; con aliento entrecortado que hurga en las noches tenebrosas, para arribar a las profecías del libro Como Dios manda. Escueto, solemne, lapidario, evolucionó de ser poeta que reluce a ser poeta que conduce.

Avanzó de ser artista que plasma una obra a ser un visionario que marca otro paso, alza otro puente, otro espacio y otro rumbo. Proteico, dejando toda ostentación verbal, con sencillez desgarradora y colmado de voz redentora alcanzó en su libro Edición extraordinaria una cumbre planetaria como es el Canto coral a Túpac Amaru que es la libertad.

 

Alejandro Romualdo. Autoretrato


2. Hacia

las estrellas

 

Y es que fue la suya otra manera de asumir la poesía. Para luego, como era natural, él mismo hacerse silencio y soledad; e irse mimetizando poco a poco, escondiéndose y haciéndose soledad.

Lo que nos prueba que todo lo hizo de a verdad, no para ganar sinecuras, canonjías ni prebendas, no para ganar premios, podios ni lauros, como se cree que para eso se es poeta.

Que no es para eso que la poesía fue concebida sino para hacernos comulgar con las esencias de la vida. Nada hizo él para la figuración.

Y vivió sin nada que pudiera decirse que era una concesión hacia afuera, nada por ganarse un aplauso de la tribuna, galería o plaza pública.

Siempre hosco, huraño, abrupto y abismal. Siempre con un gesto rudo, adusto y riguroso. Con las mejillas chupadas hacia adentro; flaco, demacrado, enjuto.

Y el pelo revuelto como si ya anhelara escaparse hacia las estrellas y constelaciones de donde entresaca su vuelo.

 

Alejandro Romualdo


3. Candentes

y poderosos

 

Poeta risco, roca, ruta. Montaña tutelar e inasequible. Coherente consigo mismo y con lo que es el Perú profundo.

Su vida es coherente con su épica: montaraz, hirsuto y hierático como la de un puma o cabeza clava chavín. Todo tenía de ello, quienes debieron ser sus antepasados sanguíneos y ancestros anímicos.

Él constituye el punto más alto de la poesía social en el Perú, y decir Perú en este campo es decir pináculo del mundo. Del cual el poema Canto Coral es la mascapaicha o corona imperial eterna.

Y que el pueblo coloca cada día que lo declama, en la frente del héroe de Tungasuca. Dicho con la distancia de los siglos lo cual engrandece mucho más aquella gesta.

Son los versos más candentes y poderosos escritos después de César Vallejo. Y referidos, así como España, aparta de mí este cáliz, a una de las gestas más asombrosas del género humano, como fue el levantamiento, el sacrificio y la inmolación del cacique José Gabriel Condorcanqui, o Túpac Amaru II.

 

Túpac Amaru

4. Con ética

y visión

 

Poema que es la corona de laurel en la frente del héroe. Es la culminación de toda una época, la coronación de la poesía de inspiración histórica a lo largo de los siglos.

Poema que para escribirlo había que llegar a una cima muy alta. Que para concebirlo hubo que tener en las manos la flor, el agua, el rayo y el sol. Y una bandera inmarcesible.

Tenía que saberse vocero de todo un pueblo, de una cultura y de una civilización. Hubo de sentir él mismo que la historia se tendía a sus pies para escuchar su voz y cada uno de sus acentos.

Hubo de saber que las generaciones presentes y futuras estaban esperando siglos oír aquellas palabras. Que la historia se abría como un surco que ya jamás se cerraría a fin de escuchar esos versos que son más que siembra y cosecha juntos.

Que es la consagración de edades para lograr un canto tan contundente. Es la coronación de la poesía que quiere resarcirse con lo más vibrantemente humano. Es la poesía con ética y visión como para el país que somos.

 

Sacrificio de Túpac Amaru en la Plaza de Armas del Cusco


5. Ha

de volver

 

CANTO CORAL A TÚPAC AMARU

QUE ES LA LIBERTAD

 

Ya no tengo paciencia

para aguantar todo esto.

Micaela Bastidas


Lo harán volar

con dinamita. En masa,

lo cargarán, lo arrastrarán. A golpes

le llenarán de pólvora la boca.

Lo volarán: 

¡y no podrán matarlo!

Lo pondrán de cabeza. Arrancarán

sus deseos, sus dientes y sus gritos.

Lo patearán a toda furia. Luego

lo sangrarán: 

¡y no podrán matarlo! 

Coronarán con sangre su cabeza;

sus pómulos, con golpes. Y con clavos

sus costillas. Le harán morder el polvo.

Lo golpearán: 

¡y no podrán matarlo!

Le sacarán los sueños y los ojos.

Querrán descuartizarlo grito a grito.

Lo escupirán. Y a golpe de matanza,

lo clavarán: 

¡y no podrán matarlo! 

Lo pondrán en el centro de la plaza,

boca arriba, mirando al infinito,

le amarrarán los miembros. A la mala

tirarán:

¡y no podrán matarlo!

Querrán volarlo y no podrán volarlo.

Querrán romperlo y no podrán romperlo.

Querrán matarlo y no podrán matarlo. 

Querrán descuartizarlo, triturarlo,

mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.


Querrán volarlo y no podrán volarlo.

Querrán romperlo y no podrán romperlo.

Querrán matarlo y no podrán matarlo.


Al tercer día de los sufrimientos,

cuando se crea todo consumado,

gritando: ¡libertad! sobre la tierra,

ha de volver.

¡Y no podrán matarlo!

 

 Alejandro Romualdo


6. En los hombros

de un gigante

 

Él mismo, Alejandro Romualdo, leía en alta voz ese poema entresacado de sus huesos temblorosos con gravedad metálica, con resonancia de socavón, de bajo profundo de mina de metales aún no descubiertos. Con voz honda, de muchos matices y de mil ecos.

Poemas que, junto a otros de Scorza, de Rose, de Valcárcel, de Nieto, de Florián, son los picachos nevados de los andes de la poesía, porque en general todos los miembros de esa generación son montañas tutelares.

Y es que es una generación que tienen a Vallejo como punto de apoyo. Que siente el privilegio de que como en ninguna otra cultura ellos se erigen sobre los hombros de un gigante. Quien les ha dado la prerrogativa de reconocerse que están en lo más inhiesto de la cordillera de la poesía más humana y más fraterna.

En todos ellos Vallejo es la bandera tremolante y ellos la portan convictos y confesos. Sabiendo que con Vallejo nadie puede ya disputarles nada. Vallejo les da aplomo, ética, lenguaje; así como sangre, pulso y coraje.

 

Alejandro Romualdo


7. No morirá

jamás

 

Cuando la muerte le sorprendió lo encontró como correspondía encontrarlo: pobre, digno y abandonado. Sin embargo, justo en esos días el poeta Winston Orrillo se encontraba gestando un movimiento para postularlo al Premio Nobel de Literatura. Quien en 1976 ganó el Premio del Festival OTI con su poema titulado Quiero salir al sol, musicalizado por Ernesto Pollarolo e interpretado por Fernando Llosa.

El gran Romualdo a quien el poeta español Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura del año 1977, reconoció que era el poeta más grande de América, después de Vallejo y Neruda. Quien murió solo, a tal punto que su cadáver fue encontrado en su casa después de varios días después de haber fenecido.

Pero quizá su destino sea estar ligado a la suerte de los grandes creadores artísticos que no tuvieron tumba como el Dante y como Mozart, porque viven para siempre. Y su acontecer sea estar en la boca y en el alma de niños y jóvenes que lo recitan a cielo abierto y estupefacto de oír los versos que oye.

Porque él está en cada corazón que se abre a escucharlo. Y que vuelve a saber de su verso. Por eso Romualdo no muere ni morirá nunca.

 

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