1.
Antonio Cornejo Polar del Perú, junto con Ángel Rama de Uruguay,
son los baluartes que desde la crítica literaria estructuraron para América
Latina categorías de pensamiento sistemáticas, rigurosas y propias.
Él configuró un sistema de pensamiento definido como la
heterogeneidad discursiva, que ahonda no solo en los géneros y formas
literarias, sino en los espacios de sensibilidad, en los sujetos de producción
verbal, como en la heterogeneidad del mundo.
Nació en Lima el 23 de diciembre del año 1936 pero siempre reclamó
su identidad arequipeña, como correspondía por sus ancestros. Establecido en
Arequipa cursó estudios en el colegio jesuita de San José y luego en la
Universidad Nacional San Agustín donde pronto ejerció la docencia.
Luego se traslada a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en
Lima, en 1966, en donde llegó a ejercer el cargo máximo de rector, en el año
1983, para posteriormente ejercer, a partir del año 1966, la docencia en los
EE.UU.
Arequipa, donde naciera
2.
En clases sus palabras, fluidas y exactas, y que obedecían a
esquemas de razonamiento y erudición bien estructurados, apenas dejaban
espacios a las bocanadas de humo de los cigarros que fumaba uno tras otro.
Las volutas nublaban el pizarrón, pero no su mirada límpida detrás
de los cristales de sus anteojos, ni tampoco empañaban los colores vistosos de
sus corbatas que apenas sobrepasaban la mitad de su pecho en su figura delgada,
esbelta y elegante.
Fue director de la Casa de la Cultura del Perú en la época más
expectante de nuestro país, y fue elegido Rector de la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, como culminación de un movimiento apoteósico de renovación
universitaria.
3.
Me invitó a visitarlo en Pittsburg y pasar algunos días en su casa
en donde me alojé. A mi llegada fue a recibirme junto con su esposa Cristina.
Vestía esta vez ropa deportiva y lucía en la cabeza una boina marrón de cuero
con correa y hebilla hacia atrás.
Llovía intensamente
en Pittsburg cuando, con Antonio Cornejo Polar y Cristina, su esposa,
recorríamos, agachados bajo los paraguas, primero la hermosa placita del
Alleghen en el centro histórico de la ciudad, hecha de vidrio y de acero –él
pugnando por encender un cigarrillo– y, luego, los tres de arriba abajo por el
“campus” de la antigua universidad.
Hacia el
conglomerado de Pittsburg apuntan amenazantes muchas ojivas nucleares, puesto
que es el principal centro de investigación de energía atómica con fines
bélicos, y el núcleo de las acerías que colmaron de tanques, barcos y aviones
los frentes de batallas en la Segunda Guerra Mundial, y sigue proveyendo de
ellos al ejército norteamericano.
4.
Allí trabajaba desde
hacía algunos años este brillante profesor universitario peruano de procedencia
arequipeña, a quien esa prestigiosa casa de estudios le hizo concesiones
excepcionales a fin de retenerlo. Sin embargo, posteriormente ejerció la
docencia en la Universidad de Berkeley, en California.
Después caminamos bajo la lluvia, guareciéndonos bajo los alerces y
castaños del inmenso campus universitario, visitando el edificio central y sus
recintos aledaños.
En su casa conversamos de muchos aspectos, pero pude grabar una
entrevista que le hiciera sobre un tema en aquel entonces marginal, como es el
de la literatura infantil y juvenil, que dividí en dos partes. La primera que
publiqué hace algún tiempo y esta segunda parte que presento ahora. Antonio
Cornejo Polar murió en el mes de mayo de 1997 aquejado de una imprevista y
penosa enfermedad. (D.S.L.)
Antonio Cornejo Polar
1.
D.S.L. Antonio ¿Cuáles
consideras como las razones históricas, sociales, estéticas o literarias, por
las cuales no ha habido de manera ostensible, nutrida y constante una
literatura para niños y jóvenes en el Perú, considerando que los siglos XVII,
XVIII y XIX produjeron en Europa a los grandes escritores de la literatura
infantil como charles Perrault, Jean de la Fontaine, Hans Christian Andersen,
los hermanos Grimm y a los fabulistas españoles Tomás de Iriarte y Félix
Samaniego?
¿Por qué entonces y a contrariamente a lo que
ocurría en el Perú, que lo imitaba todo de Europa, no tuvieron lugar aquí esas
manifestaciones a favor de una literatura emparentada con la población infantil
y juvenil? ¿Cuáles serían a tu parecer los motivos de esta situación?
A.C.P. En parte creo que el
florecimiento de la literatura infantil y juvenil en Europa fue una
manifestación tangencial, pero importante, del romanticismo, y de la necesidad
de encontrar ciertos valores, como también sentimientos más simples, el candor
u otros contenidos, que eran considerados como muy trascendentes por los
románticos.
De otro lado, parte de esta
literatura, en el caso de Europa, tenía mucho que ver con las tradiciones
nacionales y, como sabemos, el romanticismo tuvo como una de sus grandes metas
la consolidación de los estados en ese viejo continente, por consiguiente,
dentro de ese proyecto esta literatura, que volvía a la tradición y a los
eventos antiguos, que podían reformular viejas leyendas, fábulas, etc., también
podía servir a este proyecto de consolidación nacional y por esa razón es que
prospera.
Pienso que, en América
Latina, y especialmente en el Perú, el romanticismo fue débil y probablemente
por eso es que no se produjo un cultivo similar de la literatura infantil y
juvenil; aunque algo hubo a este respecto, pero mucho más tardíamente, pienso,
por ejemplo, que hay dos figuras importantes, pero obviamente en otra época, me
refiero a Francisco Izquierdo Ríos y a Carlota Carvallo de Núñez, que creo
fueron dos clásicos en este sentido.
Antonio Cornejo Polar, el segundo de la izquierda
2.
D.S.L. Algunos estudiosos,
preocupados por este tema, creen advertir que la falta de una literatura
infantil o juvenil es un problema de identidad, con el agravante de no haber
reconocido o valorado debidamente nuestros aportes orales, tradicionales,
folclóricos, que constituyen y hacen la primera versión de la literatura
infantil.
Y también por no reconocer
que somos una población fundamentalmente infantil y juvenil hacia la cual los
escritores nos debemos en primer lugar. ¿Crees que hay un problema de
coherencia de lo que son los discursos literarios con lo que es la realidad del
Perú y especialmente, en este caso, la ausencia de una versión de literatura
para niños y jóvenes formaría parte de estas contradicciones, solapamientos y
negaciones de nuestra identidad, problema muy acusado en el Perú?
A.C.P. Yo creo que tal vez el
problema mayor no sea el hecho de la no existencia de una literatura infantil y
juvenil nutrida, sino que ésta existe en términos de literatura oral y por
consiguiente se realiza dentro de un circuito marginal respecto a lo que
solemos llamar, entre comillas, “alta cultura”.
Tengo la impresión que en las
familias, y sobre todo en las familias campesinas o populares, hay una
tradición de mitos, fábulas, leyendas, refranes, etc., que van circulando y
modificándose de generación en generación y que allí sí hay una tradición muy
rica.
Lamentablemente creo que la
conocemos poco y poco la hemos llevado al formato del libro; entonces el
problema no estaría tanto en la ausencia de este tipo de relato o de poesía,
sino en nuestra incapacidad de traducir eso a un lenguaje más universal, como
podría ser la escritura.
Realizar esto permitiría,
además, una relación horizontal entre distintas tradiciones que coexisten en el
Perú; haría posible que un cuento de Puno se conociera en zonas de la selva,
por ejemplo. Por tanto, considero que es más un problema, primero de
investigación y, luego, de trabajo de edición y de divulgación de esta materia.
Antonio Cornejo Polar
3.
D.S.L. Ciertamente,
recuerdo muy bien una conferencia que dictaste en el INIDE donde apuntabas
certeramente todo esto y no olvido tampoco algunas inquietudes o comentarios
posteriores de algunos maestros que escucharon esa advertencia o atisbo tuyo,
de que existe una literatura oral más o menos fecunda, pero en el ámbito de
vida cotidiana y más ligada al ámbito rural del Perú.
Pero aparte de la edición
de libros, que siempre es una función muy limitada en nuestro medio, ¿qué otras
propuestas, operaciones y vías se podrían realizar o seguir a fin de que se
transvase esa literatura oral hacia lo que forma parte de una cultura más
ligada a la educación, o a los soportes o convenciones de la vida moderna?
A.C.P. En términos generales,
e inclusive pensando en otros problemas de la literatura más reciente, que
suele reconocerse bajo el nombre de post-moderna, existe la discusión teórica
sobre si, de alguna manera, la relación actual con la cultura se hace
fundamentalmente a través del sonido.
Es decir, que también en este
caso, con más evidencia acerca de lo que acabo de mencionar, cabría imaginar
formas de difusión de esta literatura que emplearan nuevas tecnologías y que,
de alguna manera, sin salir del terreno de la voz o de la oralidad, se pudiera
hacerla circular más intensamente y más extensamente por el cuerpo social.
El gran problema en estos
casos suele ser que ese tipo de tecnología no está dedicada a trabajos de
cultura o a trabajos de afirmación de identidad nacional, y entonces los medios
comienzan a fallar, referentes a un proyecto de esa naturaleza.
Pero creo que sí es
importante reflexionar en el hecho que objetivamente el niño y el joven tienen
hoy un acceso a la cultura que parece depender mucho más de la imagen y de la
palabra dicha, que de la escritura propiamente, eso por supuesto no quiere
decir que descuidemos el libro ni ninguna de las otras formas escritas, pero sí
que podemos experimentar con otros medios y otras tecnologías.
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