domingo, 25 de julio de 2021

25 de julio. Hoy se funda Santiago de Chuco. / En el Cerro de la Luna.


25 DE JULIO
HOY SE FUNDA
SANTIAGO DE CHUCO

EN
EL CERRO
DE LA LUNA

Danilo Sánchez Lihón



Panorama de Santiago de Chuco en la salida a Trujillo


Ciliado arrecife
donde nací.
César Vallejo


1. Embelesados
por la noticia

 

La primera visita de los peninsulares a la región indígena de los Chucos fue en 1533, pocos meses después de la muerte del Inca Atahualpa y el derrumbe del imperio del Tahuantinsuyo en Cajamarca.

Era mayo cuando por los caminos del inca avanzaba una extraña y curiosa comitiva: Hernando Pizarro, quien iba adelante montado en un caballo, portando el estandarte español de la Conquista.

Detrás de él era seguido, y caminando a pie, por dos religiosos misioneros agustinos, quienes eran: Fray Juan Ramírez y Fray Juan Coxiga, quienes portaban la cruz del evangelio levantadas sobre sus cabezas.

Así llegaron primero a Huamachuco, donde fueron recibidos pacíficamente por la población nativa y donde establecieron el primer centro misional.

Embelesados por la noticia de la existencia de la región de los Chucos, Hernando Pizarro y esta vez sólo con Fray Luis Coxiga se encaminaron a conocerla.

 

Carretera de entrada a Santiago de Chuco


2. Indómitos

y rebeldes

 

Atravesando frías punas y profundas quebradas. Llegaron a las alturas de la Peña de Sauca y desde allí divisaron el Ayllu grande de Andaymarca, a lo lejos, y, más cerca, la verde llanura de Huayatán.

Allí reconocieron que estaba afincado el Palacio Real del reino, la residencia del soberano del lugar, el adoratorio del ídolo Huanaco y del Dios-Sol, impuesto este último por los Incas, así como diseminadas por el contorno las casas de los habitantes del lugar.

Los españoles, ya entrada la noche, se presentaron ante el soberano de aquel reino, recepción que fue fría, distante y con claras demostraciones de enojo y rechazo de parte de los nativos.

Los caminantes temieron, incluso, por sus vidas al notar que estos hombres eran indómitos y rebeldes. De allí que decidieron continuar el viaje en dirección de los indios Cabanas.

Luego de tres días de caminata fueron recibidos en este otro lugar con simpatía y hasta festejos.

 

Iglesia de Huayatán


3. Con báculo

y el libro

 

Después de esta incursión los expedicionarios volvieron a Huamachuco, para después Hernando Pizarro dirigirse al Cuzco. 

Pero, Fray Juan Coxiga se había quedado prendado de la tierra de los Chucos y mediante carta a sus superiores solicitó permiso al propio emperador español Carlos V para evangelizarla.

Acompañó su petición con el ruego de que el soberano donara dos estatuas del Apóstol Santiago el Mayor: una montada a caballo, y con espada en mano, destinada para el reino de los Chucos, a quienes consideró belicosos.

La otra del Apóstol, pero en su actitud de peregrino, con báculo y el libro del evangelio en la mano, para entronizarla en Cabana.

Por diversas circunstancias los frailes Juan Ramírez y Juan Coxiga tuvieron que regresar a España, en 1536.

Allí consiguieron audiencia real con Carlos V, ante quien renovaron su petición. 

 

Efigie del Apóstol Santiago en la iglesia de Santiago de Chuco

4. En

dicho lugar

 

Sin olvidar el detalle de las imágenes. Carlos V dio la orden de que las confeccionaran en el Taller de Compostela.

Es más: dispuso el reforzamiento de la misión evangelizadora de la orden de San Agustín en el Perú, que se concretó con la venida de 60 clérigos de esa feligresía.

Fueron ellos quienes en Lima celebraron su Primer Concilio Provincial, en el convento de la orden en 1551, planificando la evangelización y “conversión de idólatras” en la sierra del norte del Perú.

Efecto de dicho Concilio fue que a don Fray Juan Coxiga se le encomendara hacerse cargo de la misión evangelizadora de los Chucos, estableciendo su centro de operaciones en Huayatán.

Inició su viaje hacia dicho lugar, caminando a pie, amaneciendo un día del año 1552 en la Peña de Sauca.

Pero esta vez los Chucos sí aceptaron complacidos su llegada, contribuyendo incluso con la edificación del convento de los agustinos en dicho lugar.

 

Danzas en Santiago de Chuco

5. Aquella

noche

 

Allí Fray Juan Coxiga recibe la noticia de que habían desembarcado en el puerto de Huanchaco, traídos en el galeón español Santa María, dos baúles de madera forrados en cuero, conteniendo las efigies solicitadas del Apóstol Santiago El Mayor.

Con los nativos más robustos se organizó la expedición para el traslado de dicha encomienda. Largo y penoso fue el camino de ida a la costa.

Y más aún el de regreso, hasta llegar con los baúles cargados hasta el paraje de Los Tres Ríos, donde bajaron uno de los baúles, cuál era el del Apóstol a caballo y con espada para traerlo hacia aquí por ser ariscos e indómitos.

Y el otro continuó su viaje a Cabana. Al abrir ya en Huayatán el baúl Fray Coxiga quedó atónito. La imagen era la del Apóstol peregrino. Sin decir palabra y acatando la voluntad divina se le llenaron de lágrimas los ojos.

Celebraron diversos actos litúrgicos y dejaron la imagen en una hornacina, bien protegida y bajo techo. Aquella noche en la liturgia religiosa el primer converso a la religión cristiana fue el Señor de los Chucos, Juan Llacta Huaracollca, quien recibió el bautismo católico.

  

Calle de Santiago de Chuco

6. En el Cerro

de la Luna

 

Cuenta la tradición que la imagen del apóstol Santiago había desaparecido al día siguiente.

Dotados de clarines y pífanos 450 comuneros lo buscaron, encontrándolo finalmente muy bien erigida en los espesos bosques de perejil y palo santo que había junto a la vertiente de un chorro de agua denominado Pichi Paccha.

Por tres veces ocurrió este hecho asombroso, que fue tomado como providencial y un designio divino.

Constatado esto el 25 de julio de 1553, y luego de ser bautizados los 450 comuneros de los Chucos, decidieron trasladar la efigie, en imponente procesión y en brazos de los más fornidos comuneros, al manantial de Pichi Paccha. Y con él trasladaron al pueblo.

La comitiva iba acompañada con danzas y bailes folclóricos. Presidía la procesión Juan Llacta Huaracollca, el Señor de los Chucos ya convertido al cristianismo.

El nuevo sitio para la ermita correspondía al Ayllu Grande de Andaymarca, situado en las faldas del Cerro de la Luna, o Quillahirca, entre las cuencas de los ríos Patarata y Huaychaca, en donde ahora se asienta la ciudad de Santiago de Chuco.

 

El Apóstol Santiago por las calles de Santiago Chuco

7. Húmedos

manantiales

 

Finalizada la entronización en la nueva capilla, Fray Juan Coxiga, conmovido y dirigiéndose a la multitud expresó:

“Declaro fundado aquí el pueblo de Santiago de Chuco y proclamo como su patrón tutelar al Apóstol Santiago el Mayor, el peregrino”.

En 1560 Fray Juan Coxiga emprendió la gigantesca obra de construcción de la iglesia matriz.

Fue un bello y artístico templo de estilo barroco dedicado a la devoción del Apóstol Santiago el Mayor, en el mismo lugar ocupado por el chorro de Pichi Paccha.

Gracias a las técnicas indígenas de edificación se abrieron zanjas profundas de drenaje de las aguas en donde antes eran húmedos manantiales.

El arzobispo de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo, en su visita pastoral de 1563 llegó a Santiago de Chuco y fue recibido por Fray Juan Coxiga.

En su informe consta la edificación en proceso de la iglesia matriz de dicha villa.

 


Todas las fotos
Jaime Sánchez Lihón


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